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Comprar productos de madera legal, cuidar los bosques y no fracasar en el intento

Conocer la procedencia de la madera usada para fabricar un mueble, un instrumento, un accesorio o un empaque es posible. En este artículo te contamos algunos de los sellos y certificaciones que son empleados en el país para indicar que un producto maderable es de origen legal.

Redacción Bibo
06 de septiembre de 2021 - 11:07 a. m.
Vista aérea del dosel del bosque en la Amazonia colombiana. ©Luis Barreto/WWF UK
Vista aérea del dosel del bosque en la Amazonia colombiana. ©Luis Barreto/WWF UK
Foto: ©Luis Barreto/WWF UK

Pensar que la compra de un mueble o una puerta en Bogotá patrocina la degradación de los bosques en la Amazonia, Chocó Darién o en el oeste de Antioquia sería una exageración para muchos. Sin embargo, debido a la manera en la que los productos maderables se comercializan en el país, hace que esta afirmación sea más que posible. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Minambiente), el 47% de la madera comercializada en el país es ilegal y la mayoría de su consumo se realiza al interior del país, especialmente en las principales ciudades.

“El gran problema radica en la falta de conocimiento de las personas sobre el origen de la madera utilizada para fabricar los productos que adquieren. Sin saber, las personas compran un mueble o un artículo elaborado con madera que, posiblemente, fue extraída de un bosque natural sin ningún tipo de permiso. Como consumidores podemos incidir en el mercado, priorizando el consumo de aquellos productos que están hechos de madera de origen legal. Debemos ser más conscientes de nuestro papel como actores de cambio” explica Johana Herrera, Oficial de Bosques y Cambio Climático en WWF Colombia.

Por esta razón, Minambiente, en el marco del Pacto Intersectorial por la Madera Legal –una alianza entre organizaciones del sector público, privado y sociedad civil para promover la legalidad de la madera extraída, transportada, transformada, comercializada y utilizada– creó dos esquemas: uno para las empresas que se dedican al aprovechamiento forestal de bosques naturales y el segundo para las empresas de transformación y comercialización de Productos Forestales. Estos dos mecanismos buscan reconocer y destacar a las pequeñas, medianas y grandes empresas forestales, que desarrollan sus procesos comerciales de manera legal y sostenible.

“El valor agregado de estas herramientas es que justamente les muestra a los compradores qué empresas están comprometidas con la conservación de los bosques y cumplen con todos los requisitos exigidos por la ley para vender productos forestales legales y con madera aprovechada de manera sostenible” explica Johana Herrera. Para aplicar a alguno de las certificaciones, las empresas forestales deben pasar por una serie de evaluaciones realizadas por la autoridad ambiental regional del territorio en el que se encuentran, con el fin de demostrar que cumplen con todos los requisitos obligatorios para obtener algún tipo de reconocimiento. Estos requisitos van desde la verificación de la tenencia de la tierra hasta las acciones de aprovechamiento y transformación de la madera.

Asimismo, estos esquemas tienen algunos requerimientos opcionales, lo que permite clasificar a las empresas en distintas categorías (certificados) según su nivel de compromiso: Diamante, para las empresas que cuentan con el certificado internacional Forest Stewardship Council (FCS) – un certificado internacional que corrobora la legalidad y sostenibilidad de los productos maderables – o cumplen con todos los requerimientos obligatorios y opcionales del esquema en sus niveles de mayor complejidad; Platino, cuando tiene todos los requerimientos obligatorios y la mayoría de los opcionales en sus niveles de mayor exigencia; Oro, para quienes cumplen con todos los requerimientos obligatorios y la mayoría de los opcionales en sus niveles de complejidad intermedia, y Plata, para las empresas que cumplen con todos los requerimientos obligatorios y algunos de los opcionales en sus niveles de complejidad básica.

FSC es una ONG internacional dedicada a promover la gestión forestal ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable. Todos los productos maderables que tengan el sello FCS te garantizan que la madera utilizada es de origen legal.

Actualmente, los compradores pueden entrar a la página www.elijamaderalegal.com, con el fin de conocer las empresas que ya cuentan con algún tipo de reconocimiento otorgado por el esquema. Esta página que alcanza públicos en Colombia, España, México y Estados Unidos, entre otros, cuenta con al menos 87 empresas adscritas con alguno de los certificados dados por el esquema y más de 300 productos disponibles para la venta. Allí los compradores pueden encontrar empresas que vendan desde madera en bruto y madera aserrada, hasta productos forestales no maderables, muebles e instrumentos musicales. Además, la plataforma cuenta con una sección de tienda virtual donde las personas pueden ingresar a los perfiles de algunas empresas, revisar las características de sus productos y comprar directamente desde la página.

De las compras a los bosques degradados

La deforestación no es el único enemigo de los bosques. La degradación forestal también es una amenaza que, aunque es menos conocida, es igual de grave para el bienestar de los bosques.

Cuando un bosque se degrada significa que, aunque todavía existe, ya no funciona bien. “Es como si, a pesar de que se vieran árboles y parte del bosque sigue en pie, dentro de él las funcionalidades naturales están deterioradas y, por ende, ha perdido gran parte de su capacidad para generar recursos y sustentar a las especies y comunidades que antes dependían de él” explica Miguel Pacheco, coordinador de Recursos Naturales y Medios de Vida de WWF.

Para expertos como Pacheco, aunque la tala ilegal no es el principal agente de deforestación en el país (tan solo es responsable del 10% de la deforestación nacional, según Ideam), sí existe una relación directa entre tala ilegal y degradación forestal. ¿La razón? Además de que eliminar o extraer individuos de una especie de un territorio sin un criterio o planificación ambiental trae terribles consecuencias para el ecosistema y sus funciones. La necesidad de extraer la mayor cantidad de madera en el menor tiempo posible y sin ninguna planificación, genera una gran variedad de afectaciones a los bosques, convirtiéndolos en espacios llenos de parches o claros, con telarañas de caminos no planificados, vegetación devastada, dejando grandes impactos en el bosque.

Justamente, un estudio publicado por la revista académica Carbon Balance and Management en 2017 demostró que el 85% de la degradación forestal en Colombia durante los años 2000 y 2010 estuvo relacionada únicamente a la tala selectiva ilegal, contribuyendo a las emisiones de entre 15 y 50 millones de megagramos de dióxido de carbono equivalente al año. Asimismo, según otro estudio realizado por el Ideam, con el apoyo del Programa ONU-REDD, se estimó que para el periodo 2000-2015 la degradación de los bosques representó entre el 35% y el 57% de las emisiones anuales forestales totales de dióxido de carbono en el país.

“Esto demuestra la responsabilidad que tiene la extracción ilegal de madera en la propagación del cambio climático, pues, aunque la deforestación es uno de las principales responsables de la liberación de Gases de Efecto Invernadero, las emisiones liberadas por la degradación de los bosques son igual de relevantes, ya que en algunos periodos de análisis realizados por el Ideam los territorios degradados en el país fueron aún mayores que los territorios deforestados. Para reducir los bosques degradados y sus impactos en el ambiente, debemos actuar ya y optar por un comercio de madera aprovechada de manera sostenible” añade Johana Herrera.

Por Redacción Bibo

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