Cada vez que encendemos una luz, conectamos un electrodoméstico o cargamos el celular, hacemos uso de un sistema de enorme complejidad que muy pocos colombianos comprenden. Sin embargo, entender el mercado de energía es una necesidad ciudadana que nos permite tomar mejores decisiones, exigir calidad en el servicio y comprender qué estamos pagando.
ISAGEN acaba de publicar un video educativo que explica este complejo engranaje. A través de una narrativa clara y didáctica, la generadora aborda los fundamentos de un sistema que nació de una crisis y que hoy sostiene el desarrollo del país.
Una lección aprendida en la oscuridad
La historia del mercado eléctrico colombiano actual comienza en 1992, cuando el país enfrentó una crisis energética sin precedentes. La falta de lluvias y de capacidad de generación sumió a los colombianos en racionamientos de hasta ocho horas diarias. Esa experiencia evidenció la urgencia de transformar radicalmente el sector.
Las Leyes 142 y 143 de 1994 abrieron la puerta a la participación privada, introdujeron la competencia y crearon un modelo orientado a la confiabilidad. Así nació ISAGEN, para contribuir a que la corriente vital de la electricidad nunca volviera a faltar.
Colombia implementó además subastas de energía firme que incentivan a los generadores a desarrollar la capacidad. Este mecanismo ha permitido enfrentar sequías sin racionamientos y diversificar la matriz energética con fuentes renovables no convencionales.
Detrás de cada kilovatio-hora consumido hay toda una cadena de valor con roles diferenciados. Los generadores producen la energía desde diversas fuentes; los transmisores la transportan a grandes distancias por líneas de alta tensión; los distribuidores la llevan al consumidor; y los comercializadores se encargan de la facturación y atención al cliente. XM, el operador del sistema balancea la generación y la demanda en tiempo real. Y el Estado establece políticas, regula tarifas y vigila la calidad del servicio a través del Ministerio de Minas y Energía, la CREG y la Superintendencia de Servicios Públicos.
La factura: más que un número
Entender la factura requiere criterio técnico. Esta suma los componentes que remuneran cada eslabón de la cadena: generación (G), transmisión (T), distribución (D), comercialización (C), regulación (R), más las pérdidas y restricciones del sistema. El precio responde a la disponibilidad y riesgos de cada factor (clima, fallas técnicas, robos de energía), así como al comportamiento de la demanda.
El mercado se divide en regulado, usuarios que consumen menos de 100 kilovatios mensuales, con tarifas fijadas por la CREG, y no regulado, donde grandes consumidores y electrificadoras negocian libremente. En este último, la energía se transa mediante contratos a largo plazo y en la bolsa diaria, donde los precios fluctúan según oferta y demanda.
El video es un esfuerzo pedagógico para consumidores más conscientes, y ciudadanos capaces de opinar y tomar decisiones informadamente. Porque detrás de cada interruptor hay mucho más que electricidad: hay decisiones técnicas, inversiones millonarias, regulación compleja y el compromiso de mantener fluyendo esa corriente vital que impulsa el desarrollo de Colombia. ¡Comparte este video educativo!