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El gremio porcícola quiere entrar en el mercado de carbono

En un foro realizado en Barranquilla, actores del Gobierno, gremio porcícola, consultores, entre otros, se reunieron para abordar los retos y las oportunidades de los mercados de carbono, y las posibilidades que abre para el agro en Colombia.

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11 de diciembre de 2025 - 01:01 p. m.
Panel sobre las oportunidades en este mercado.
Panel sobre las oportunidades en este mercado.
Foto: Porkcolombia
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En Colombia, los gases que impulsan el calentamiento global se comportan de manera distinta a la tendencia mundial. Mientras que en el ámbito global cerca de dos tercios provienen de la quema de combustibles fósiles y entre el 20 y el 25 % del cambio y uso del suelo, en el país esa proporción se invierte: las mayores contribuciones —entre el 50 y el 60 %— están asociadas precisamente a las transformaciones del uso del suelo.

“El sector agropecuario, entre el que se encuentra la porcicultura, es responsable del 30 % de las emisiones en Colombia, por lo que existe la importancia de actuar y, al tiempo, un gran potencial cuando se habla de las oportunidades de manejo del metano, uno de los gases que más calienta la atmósfera del planeta”, explica Alex Saer, director de Cercarbono, el estándar colombiano de certificación voluntaria de carbono.

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A ojos de Saer, si bien existen importantes retos para disminuir los GEI en Colombia —como la meta de reducir en un 51 % la liberación de gases para 2030, así como lograr la carbononeutralidad en 2050—, se han desarrollado protocolos y líneas de financiación para impulsar proyectos verdes de mitigación del cambio climático, lo que puede significar amplias oportunidades para diversos sectores productivos.

Ante este panorama, el sector porcícola, que es el tercer gremio del agro colombiano en generación de PIB, ha expresado su interés en incursionar en estos mercados y líneas de financiación para apalancar innovaciones o tecnologías que reduzcan las emisiones en las granjas y, al tiempo, mejoren la eficiencia de sus procesos.

“Se trata de una idea que se viene gestando hace varios años y que, en los últimos meses, ha tomado fuerza en relación con los pilares de la sostenibilidad, que implica pensar en lo económico, lo social y lo ambiental. En esta apuesta están los mercados de carbono, que nos permiten alinear esos tres objetivos e impulsar al porcicultor local en su labor de construir empresa y país”, sostiene Julián Cifuentes, subdirector de Sostenibilidad de Porkcolombia.

Con esta visión en mente, hace una semana se realizó en Barranquilla (Atlántico) el 5.º Foro de Sostenibilidad: Mercados de Carbono, organizado por Porkcolombia - FNP, el gremio que representa a los productores de carne de cerdo del país. La propuesta del espacio, que puede revivir a través del código QR que acompaña estas páginas, es brindar pistas e ideas sobre las posibilidades que existen detrás de estos mecanismos financieros climáticos.

¿Espejismo u oportunidad real?

Durante una de las intervenciones del foro, Juan Sebastián Valle, profesional de Finanzas del Clima del Ministerio de Ambiente, resaltó que “en los últimos años los mercados de carbono han experimentado un boom en el planeta y en el continente, y se trata del principal mecanismo económico para lograr aquello que todos queremos: un modelo de desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima”.

Según el más reciente informe de la Dirección de Cambio Climático de Minambiente, entre enero y junio de 2025 se compensaron cerca de 125,26 megatoneladas de CO₂ equivalente a través del mecanismo de ‘no causación’, que es una manera de pagar el impuesto al carbono en Colombia mediante inversiones voluntarias en proyectos certificados.

“A esto se suma que hoy hay normatividad suficiente para desarrollar este tipo de proyectos y vender certificados en el mercado. Y aunque existen decretos pendientes para reglamentar algunos asuntos, ahora es el momento para empezar a implementar estos proyectos y estar listos para otras posibilidades que abre el Artículo 6 del Acuerdo de París”, asegura David Quevedo, consultor de la Asociación Colombiana de Actores del Mercado de Carbono (Asocarbono).

Uno de los ejemplos de cómo se está incursionando en estas iniciativas es el proyecto de reforestación en Santa Rosa de Osos (Antioquia) impulsado por Solla S.A, empresa que dedica parte de sus actividades a la producción de genética porcina y carne de cerdo. Se trata de la Granja Betania, que incorporó cerca de 160 hectáreas de plantaciones —establecidas entre 2014 y 2018— a un proyecto asociativo y programático de la región Andina y la costa Atlántica.

“En total, logramos la certificación de 32.872 créditos de carbono, teniendo en cuenta que cada crédito equivale a una tonelada de CO₂ equivalente. La primera liquidación de estas ventas ocurrió en octubre de 2023, cuando se nos giraron COP $199 millones, ingresos con los que antes no contábamos”, afirma Alejandro Vélez, administrador de operaciones pecuarias de Solla S.A.

La importancia de las alianzas

Uno de los principales aprendizajes que deja la experiencia en Antioquia, resalta Vélez, es la importancia de asociarse con intermediarios y desarrolladores de este tipo de proyectos para empezar en estos mercados. “Nosotros nos aliamos con una consultora que nos ayudó en ese proceso y en la aplicación de ciertos protocolos. Lo importante es tener guías e ir aprendiendo cómo hacer las cosas para, eventualmente, desarrollar la capacidad de hacerlo nosotros mismos en futuros proyectos”, asegura Vélez, de Solla.

Por su parte, uno de los mayores potenciales que tiene el sector porcícola en estos mercados es el desarrollo de plantas de biogás para manejar el metano que genera la porcinaza —el estiércol del cerdo mezclado con orina y agua de lavado,— para posteriormente transformarlo en energía para uso comercial o doméstico.

En esa misma línea, el Ministerio de Ambiente y el Instituto Global para el Crecimiento Verde (GGGI, por sus siglas en inglés) realizaron recientemente un estudio para evaluar la viabilidad de implementar biodigestores en la porcicultura para producir biogás y bioabono. El análisis encontró que el país tiene un potencial medio, especialmente en zonas de Antioquia y Cundinamarca.

“Lo que estamos mirando es cómo reducir las brechas financieras que existen en estos proyectos, y en este punto serán fundamentales las alianzas con el sector porcícola, pues ustedes ya tienen conocimiento y experiencia, y necesitamos trabajar juntos para sacar adelante estas iniciativas”, propuso José Luis Díaz, profesional de cambio climático del Ministerio de Minas y Energía.

En esta misma línea, desde Porkcolombia - FNP se presentaron algunas de las innovaciones que se han aplicado en este campo en los últimos años para el manejo del biogás y de otros subproductos de la porcinaza.

“Cerca del 85 % de nuestras acciones en este sentido se centran en la gestión de la porcinaza para generar energía a partir de fuentes no convencionales y renovables. Pero también tenemos una apuesta por la economía circular, con la producción de bioinsumos para reducir emisiones. Esta experiencia nos permite pensar en capitalizar los procesos en curso que surgen de la formalización de granjas de diferentes tamaños”, explicó Cifuentes, de Porkcolombia.

Lo que viene

Uno de los puntos discutidos durante los paneles es que la implementación de estas tecnologías no solo contribuye a ingresar a estos mercados, sino también a cumplir otras reglamentaciones para exportar productos a la Unión Europea u otras regiones del mundo.

“Los mercados de carbono pueden mejorar la productividad y generar ingresos adicionales. El objetivo no es que las granjas cambien su enfoque —lo que saben hacer—, sino que lo hagan de la mejor manera, y surge la oportunidad de mostrar al público productos elaborados de manera sostenible con el medioambiente”, aseguró Quevedo, de Asocarbono.

Por otra parte, algunos panelistas alertaron sobre los cambios que pueden ocurrir en estos mercados en los próximos años, en particular por la tendencia de reducción que ha tenido la no causación, es decir, los proyectos voluntarios usados como parte del pago del impuesto al carbono en Colombia.

“Recientemente, existió la propuesta de desmontar el mecanismo de no causación, que se está implementando en otros países del mundo, pero si se quiere impulsar más proyectos y asegurar que más recursos lleguen internamente a ellos, se debería considerar mantenerlo y aumentar el valor de los créditos de carbono”, manifestó Saer, de Cercarbono.

Para el gremio porcícola, esta incursión en los mercados de carbono no es su única apuesta, sino un “acelerador de nuestra sostenibilidad, que genera valor a partir de esa visión y del aprovechamiento de nuestra asociatividad”, concluye Cifuentes, de Porkcolombia.

Como cierre del evento, se presentó la huella de carbono del foro, equivalente a 16,8 toneladas de CO₂e. Todas fueron compensadas a través de proyectos de reforestación en alianza con la empresa Gaia Servicios Ambientales S.A.S. BIC.

*En alianza con Porkcolombia.

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