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El uso de la fauna silvestre: un tema en crisis en Colombia

OPINIÓN.

Nancy Vargas- Subdirectora técnica de Fundación Natura

31 de agosto de 2023 - 11:00 a. m.
Uso de la fauna silvestre
Foto: Cortesía

El revuelo mediático generado últimamente por distintas noticias relacionadas con la fauna silvestre como: las propuestas normativas frente a la utilización de animales vivos, la muerte de los chimpancés, el control y manejo de los hipopótamos, la prohibición de la pesca deportiva, la expedición de una licencia para la cría y comercialización de especies únicas de nuestra diversidad faunística, entre otras; ha llamado la atención y suscitado reacción de distintos sectores, pero muy pocos han abordado el tema de fondo: la crisis del uso de la fauna silvestre.

Hoy por hoy el uso de la fauna silvestre es un tema estigmatizado, debilitado e invisibilizado en el escenario nacional, con consecuencias para la gestión del conocimiento, la toma de decisiones, la conservación y manejo de la fauna silvestre, y para los medios de vida y la identidad cultural de distintos grupos humanos que, a lo largo y ancho del país, dependen de ella. (Lea: Calendario ambiental de 2023: estas son las fechas que quedan por conmemorar)

El uso de fauna silvestre se ha debatido históricamente entre dos posiciones: la ética y la pragmática. La primera cuestiona si los humanos tenemos derecho a utilizar a las otras especies y la segunda, si el uso podría convertirse en una opción para su conservación; mientras, desapercibida y algo silenciosa, se ha venido instalando una visión globalizadora de las ideas, del consumo, del mundo, que ha incorporado estereotipos que generan una visión cada vez más humanizante de la fauna silvestre a la cual hay que salvar y proteger a toda costa, y, por tanto, cualquier posibilidad de uso es prácticamente un sacrilegio.

En Colombia el uso de la fauna silvestre se reconoce jurídicamente en el código de los recursos naturales y la elaboración de normas posteriores más específicas, que abrieron el camino hacia su reglamentación. Esto derivó en una gran proliferación de normas, algunas contradictorias, ajenas a los contextos socioecológicos involucrados, que a la postre se han convertido en una barrera y restringen cada vez más la posibilidad de su uso.

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Aunado a esto y, a pesar de las obligaciones que para el país implica hacer parte del Convenio sobre Diversidad Biológica y de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres – CITES, ambas con directrices específicas en torno al uso de biodiversidad; el uso de la fauna silvestre es un tema marginalizado en la gestión ambiental nacional, empezando por las mismas entidades estatales encargadas cuya inercia, agravada por la pasividad e intereses propios de funcionarios históricos encargados de darle vuelo al tema, han sido responsables en buena parte de esa marginalización y debilitamiento.

Mono aullador
Foto: Cortesía

La falta de información para la toma de decisiones en torno al uso de la fauna silvestre, es también un elemento, o ¿quizás una excusa?, que ahonda la crisis. Si bien el país cada día genera más y mejor información, aparentemente nunca tendremos la mínima requerida para tomar decisiones que permitan darle uso a la fauna silvestre. Por ejemplo, ¿la información sistemática, rigurosa, cuidadosa y responsable, generada durante varios años por el profesor Hugo López, del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, en torno a las poblaciones de chigüiros en algunos sectores de la Orinoquia colombiana no fue suficiente para desarrollar un esquema de uso y aprovechamiento?

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Bajo el escenario de gestión de los últimos años, la zoocría se promueve como la única salida legal, permitida y aceptada al uso de la fauna silvestre, pero ¿esto es realmente una opción viable? Los aprendizajes, pero, sobre todo, los cuestionamientos que ha dejado la zoocría comercial en Colombia, deben alimentar obligatoriamente esta discusión y evaluación, como opción real a las necesidades de uso que no pueden suplir las normas y prohibiciones. (Lea: Crearon un saco de papel que se desintegra al tocar el agua)

Es imposible excluir de este escenario a los grupos humanos que dependen de la fauna silvestre y que se ven afectados por la crisis. Más allá de su función nutricional, el uso de la fauna es inseparable de los medios de vida locales, pues opera allí una red de relaciones humanas y extrahumanas que intervienen directamente en el parentesco, las relaciones sociales, el chamanismo, los rituales. El uso de la fauna silvestre participa en la producción misma de la sociedad y en la configuración de las relaciones entre las personas. La restricción del consumo de animales silvestres y los incentivos para la transición a animales domésticos, propugnada por algunos como alternativa a la caza, representa, por tanto, un conflicto ontológico en relación al uso de la fauna por parte de poblaciones indígenas y tradicionales. En el caso de comunidades campesinas, el uso de la fauna silvestre está asociado a la idea de ilegalidad promovida por algunos científicos y funcionarios que subvaloran su capacidad para manejar sosteniblemente el recurso.

¿Seguiremos siendo testigos del tráfico ilegal de especies silvestres y resistiéndonos a pensar que su solución tal vez esté en el rancheo, en la reproducción en cautiverio y comercialización legal de especies apetecidas como mascotas? ¿Seguiremos siendo espectadores pasivos de la venta y comercio ilegal de carne de chigüiro, proveniente de nuestras sabanas orientales, hacia los mercados legales o ilegales de nuestros vecinos? ¿Seguiremos cuestionando la venta de carne de monte como opción para la compra de la canasta familiar indígena?

Muy seguramente han quedado por fuera de este artículo otros temas relevantes para describir de mejor manera la crisis, pero hay aquí elementos que nos obligan a repensar la fauna silvestre y, como propone Brigitte Baptiste, colocarla en el centro de un debate nacional que la reconozca más allá del objeto biológico y de los estereotipos, y la reinserte nuevamente en nuestra cultura como parte de una compleja red de relaciones simbólicas, sociales, culturales, funcionales, comerciales y por supuesto biológicas con la sociedad. Se requiere un nuevo aire al interior de las entidades estatales encargadas de la gestión del uso de fauna silvestre, que permita reavivar el tema en el escenario de la gestión ambiental y el desarrollo sostenible del país, teniendo en cuenta las particularidades de los territorios y los conocimientos y costumbres de los pobladores.

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Como parte del reconocimiento a la diversidad y en el marco de mantener viva la discusión, el debate con argumentos y llevarla a escenarios que porten elementos para la toma de decisiones, del 20 al 24 de noviembre del 2023, Colombia reunirá a expertos, comunidades, organizaciones, empresas y gobiernos, para discutir y proponer soluciones frente al manejo de la fauna silvestre en el país: el Congreso Internacional de Manejo de Fauna Silvestre de la Amazonía y Latinoamérica-XV CIMFAUNA, que se llevará a cabo en Santa Marta (Magdalena).

Tortuga caguama
Foto: Cortesía

Sobre XV CIMFAUNA

Este evento que tendrá como sede la Universidad del Magdalena, convoca a todas las personas relacionadas con el manejo sostenible de fauna silvestre en Latinoamérica. Y para esta versión se ha propuesto reforzar la participación de pobladores locales, como actores fundamentales para el entendimiento del manejo y conservación de la fauna silvestre, fortaleciendo la participación de las comunidades locales en el intercambio de saberes sobre el este tema en América Latina. Además, se contará con la experiencia científico-técnica de profesionales, el entusiasmo de los estudiantes y la disposición al diálogo de los representantes de instituciones gubernamentales.

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Este será el espacio ideal para: crear y fortalecer redes de trabajo colaborativo y el intercambio de conocimientos y experiencias entre comunidades locales, investigadores, funcionarios, estudiantes y público general, para la generación de información relevante para el manejo de fauna en áreas naturales protegidas y no protegidas. Fomentar el desarrollo de esquemas efectivos e inclusivos, y políticas públicas que contribuyan a la conservación de la vida silvestre en la región. Incentivar la divulgación de la investigación en manejo de fauna realizada en Latinoamérica. Visibilizar iniciativas y propuestas de las comunidades locales que permitan articular esfuerzos encaminados al estudio y conservación de la fauna silvestre en América Latina. Y generar un espacio de encuentro que permita la planificación de acciones futura.

Entre los invitados magistrales están profesionales de alto nivel que profundizan en temas que han estado en el centro del debate en los últimos años. El Dr. Alex D. Greenwood llegará desde Alemania para responder a la pregunta ¿Qué nos pueden enseñar las enfermedades de la fauna silvestre sobre las enfermedades en general?; la Dra. Egleé Zent con su conferencia “Más allá de humanos: derechos y vida animal en Amazonas”; la Dra. Brigitte Baptiste y su posición sobre “Animalismos e inclusión”; “El papel del conocimiento local, las percepciones y las emociones en el manejo y la conservación de la fauna silvestre en Latinoamérica”, por el Dr. Eduardo J. Naranjo Piñera y Dra. Nathalia M. Castillo Huitrón; entre otros.

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XV CIMFAUNA es la excusa perfecta para construir soluciones conjuntas frente a los desafíos que representa el manejo sostenible de la fauna silvestre y que van más allá de la ciencia y la ética. Más información aquí.

¡Bienvenidos éticos y pragmáticos del uso de la fauna silvestre, a dialogar, debatir y construir!

Por Nancy Vargas- Subdirectora técnica de Fundación Natura

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