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En las últimas dos décadas, la población de tigres (panthera tigris) aumentó en un 30 % en la India, uno de los países más poblados del mundo. Durante este tiempo, estos grandes carnívoros han ocupado persistentemente áreas protegidas libres de humanos y ricas en presas, pero también colonizaron hábitats conectados a zonas donde habitan hasta 60 millones de personas.
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Durante el siglo pasado, los tigres desaparecieron en más del 90% de su área de distribución histórica, dejando solo alrededor de 3.600 individuos salvajes al comienzo de este siglo, según un reciente estudio liderado por investigadores del Instituto de Vida Silvestre de la India.
La pérdida de hábitat, el agotamiento de las presas, el conflicto con los humanos y la demanda ilegal de partes de los tigres, combinados con bajas densidades y grandes requisitos de espacio para una población viable, son algunos de los factores más importantes que llevaron a los grandes carnívoros a números en los que muchos han perdido su papel funcional y algunos están al borde de la extinción.
Ante este panorama, los líderes de los países del área de distribución del tigre y profesionales de la conservación se reunieron en San Petersburgo, Rusia, en 2010 para forjar el Programa de Recuperación Global del Tigre y apuntaron a duplicar la población de estos animales para 2022. India logró este objetivo y ahora posee 75% de la población mundial de tigres en medio de algunas de las densidades humanas más altas del mundo. ¿Cómo lo lograron?
Según el estudio, la clave de este éxito son las políticas científicas vinculadas y respaldadas por los compromisos de los gobiernos y la participación de la gente. “En este trabajo, demostramos que tanto las áreas protegidas con restricción humana, como las zonas de coexistencia entre tigres y humanos eran necesarios para recuperar las poblaciones de tigres en toda la India, lo que sugiere que ambos paradigmas juegan un papel en el futuro de los grandes carnívoros”, mencionan los investigadores.
Una gran proporción de los hábitats ocupados por tigres (45%) se compartía con 60 millones de personas en la India. Esta coexistencia con personas coincide con áreas relativamente prósperas económicamente, muchas de las cuales aprovechan importantes beneficios financieros del turismo relacionado con los tigres, así como de esquemas proactivos patrocinados por el gobierno para compensar la pérdida causada por el conflicto.
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Sin embargo, las tasas de colonización de tigres fueron más bajas en áreas de alta tasa de pobreza rural. “A menudo, las comunidades marginadas dependen en gran medida del uso extractivo de los recursos forestales y la carne de animales silvestres para su sustento, lo que se está volviendo insostenible con el crecimiento de las poblaciones humanas y la disminución de la biodiversidad. La prosperidad económica lograda a través del uso alternativo y no consuntivo de los ecosistemas y la biodiversidad permite que los tigres y los ecosistemas asociados se recuperen”, agregan los investigadores.
Por esto, uno de los retos en los que aún trabajan, y que es clave tener en cuenta, es la adopción de una prosperidad rural inclusiva y sostenible en lugar de una economía impulsada por un cambio intensivo del uso de la tierra. Las inversiones para proyectos de ecodesarrollo inclusivos y equitativos dentro de paisajes compartidos permitirían la recuperación del tigre.
Esto, además de traer beneficios para esta especie en específico, también sería favorable para otros animales. Los investigadores encontraron que las áreas ocupadas por tigres coinciden con las áreas de distribución de sus principales presas, como el ciervo moteado (Axis axis), el ciervo sambar (Rusa unicolor), el ciervo de los pantanos (Rucervus duvaucelii) y el gaur (Bos gaurus) que tuvieron la mayor contribución para explicar la ocupación del tigre.
“La recuperación de grandes carnívoros en hábitats fragmentados en medio de regiones superpobladas y asoladas por la pobreza del Sur Global es una propuesta difícil, a menudo impuesta a través de una visión dogmática de separar a las personas de los depredadores”, indican los investigadores. Sin embargo, el éxito de la India ofrece lecciones importantes para los países del área de distribución del tigre, así como para otras regiones, para conservar los grandes carnívoros y, al mismo tiempo, beneficiar a la biodiversidad y a las comunidades.