Al oriente del país, en la zona transicional entre la Orinoquia y la Amazonia, queda el departamento de Guainía, que colinda con Venezuela y Brasil. Es el quinto departamento más extenso del país y el menos densamente poblado. Hasta hace poco, y a diferencia de otras regiones de la Amazonia, había permanecido ignorado por la investigación en ciencias naturales y sociales, por la inaccesibilidad de algunos lugares y problemas de orden público.
Después de dos expediciones científicas realizadas en 2021 en Guainía, un grupo interdisciplinario de científicos acaba de publicar el libro que recoge los hallazgos de estas dos salidas. El libro, titulado “Diversidad biológica y cultural del departamento de Guainía”, contó con la participación de Gobernación del Guainía, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente Amazónico (CDA), WWF Colombia, la Fundación Omacha, el Instituto Humboldt y el Instituto SINCHI, y varias universidades y ONG entre otros.
“Con las expediciones, logramos complementar la información que existe en las principales colecciones científicas nacionales. Con eso, le mostramos al país lo que sabemos sobre la riqueza del departamento, y también sobre la labor de nuestros pueblos indígenas como verdaderos guardianes de nuestras fronteras y del patrimonio cultural y ambiental de Colombia. Esta es por ejemplo, la tarea que cumplen nuestros compatriotas del pueblo Curripaco en el Río Negro, en la frontera con Venezuela y Brasil”, dice Saulo Usma, Especialista en Agua Dulce de WWF Colombia y editor principal del libro. (También puede leer: ¿Ha pensado en que su comida sea sostenible? Estos restaurantes sí)
Las expediciones se realizaron en marzo de 2021, al río Guaviare, y en octubre de ese año, al río Guainía/ Río Negro. Fue la primera vez que se podían examinar detalladamente estas zonas y lo que encontraron los sorprendió. Los investigadores registraron 362 nuevas especies de plantas para Colombia, 9 de peces, 8 de abejas, 5 de libélulas, 1 de aves y 1 de mamíferos. Con estos datos, en total el departamento registra una riqueza de 2.499 especies de flora, 160 mariposas, 28 coleópteros coprófagos (escarabajos que se alimentan de excremento), 15 abejas de las orquídeas (euglosinas), 42 libélulas, 418 peces, 56 anfibios, 97 reptiles, 617 aves y 198 mamíferos.
Encontrar esta gran biodiversidad en Guainía es como “descubrir que uno no conocía su propia casa tan bien como creía”, explica Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha. Uno de los ejemplos que recuerda es el de un tipo de marmosa, un marsupial, que antes solo se creía presente en la Amazonia ecuatoriana y peruana. A través de las expediciones, pudieron comprobar que el pequeño mamífero también vive en Colombia.
Por otra parte, también descubrieron siete especies de plantas nuevas para la ciencia, que están en proceso de identificación taxonómica, para después ser publicadas y socializadas. Una de ellas, que fue encontrada en el río Guainía, representa un nuevo género, dentro de la familia Annonaceae (guanábanas). Los investigadores del Instituto Sinchi y la Corporación Paisajes Rurales resaltaron en el libro que hay “un estrecho relacionamiento de los habitantes con la flora local”, ya que alrededor de la mitad de las especies de plantas que existen allí tienen alguna categoría de uso. Por ejemplo, 322 especies son plantas medicinales, mientras que 268 son comestibles y 119 son artesanales. (Le puede interesar: Fotos: Colombia es un país megadiverso con más de 67 mil especies de fauna y flora)
Otro aspecto importante del departamento tiene que ver con su riqueza hídrica. En idioma Yurí, Guainía significa “la tierra de muchas aguas”, y no es un significado aleatorio. Usma explica que: “No solo es el lugar donde se unen cuatro grandes ríos para formar el gran Río Orinoco, sino que también es el único punto de conectividad en toda América, que une las cuencas Orinoco y Amazonas; es un lugar de megacomunicación fluvial”.
La importancia del agua también se ve reflejada en el rol que juegan los peces en los servicios ecosistémicos del departamento, o sea, los beneficios que la naturaleza les brinda a las personas. Cerca del 50% de especies que están en Guainía tienen un valor pesquero ornamental o de consumo; así, este departamento es la principal fuente de peces ornamentales que Colombia exporta a nivel mundial. En 2019, resalta WWF Colombia, más del 50% de individuos exportados venían de Inírida, la capital del departamento. Durante las expediciones realizadas el año pasado, además, se registraron por primera vez nueve especies nuevas para Colombia en Guainía.
Usma resalta también la importancia de la pesca deportiva en la economía de las comunidades indígenas del departamento. “Como hay muchas especies de tucunares y payaras, actualmente, las comunidades locales están aprovechando la pesca deportiva como actividad turística sostenible que beneficia las economías locales. Alred edor de esta actividad, han construido hospedajes para los turistas y pescadores deportivos que los visitan y comparten con ellos su cultura”, indica el experto.
La existencia de estas alternativas económicas es importante para las comunidades, dice Usma, ya que en la zona hay pocas fuentes de empleo y muchas amenazas debido a actividades ilegales que están causando alta deforestación y contaminación de sus aguas, por el uso de tóxicos como el mercurio, que son perjudiciales para la salud humana y la vida silvestre (peces, nutrias y delfines de río). El rol de las comunidades locales en la conservación ha sido muy importante. En 2014, la Estrella Fluvial Inírida (lugar donde confluyen cuatro ríos para formar el gran Río Orinoco) fue designado como sitio Ramsar, es decir, un reconocimiento internacional por la buena conservación de sus humedales. (Le recomendamos: ¿Cómo comemos los colombianos y qué tiene que ver eso con la crisis ambiental?)
“La figura permite la efectiva participación y empoderamiento de las comunidades locales en el manejo de sus recursos naturales, les da una voz para que puedan participar en todas las etapas del proceso, como la construcción y desarrollo de su plan de manejo”, explica Usma. Por esta razón, las comunidades de Guainía han estado, desde el principio, involucradas en la conservación de la Estrella Fluvial Inírida. Usma señala que, dentro del plan de manejo de este lugar, el colectivo de autoridades indígenas y campesinos participaron como autores de varios capítulos, escribiendo sobre sus recursos, su conocimiento y las acciones de conservación y uso sostenible que han realizado en su territorio.
En gran parte, entonces, ellos son los responsables de la conservación del patrimonio ambiental y cultural colombiano que está en Guainía, dice Usma. “Ellos son los que están viviendo en zonas remotas del país, con muy poca ayuda y son los que toman las decisiones de qué selvas y humedales se conservan y cómo aprovechar las plantas, los peces y la fauna silvestre, realmente son los verdaderos guardianes de la naturaleza en las fronteras del Guainía”, puntualiza.
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