El Complejo Cenagoso de Zapatosa es uno de los humedales continentales más grandes e importantes de Colombia. Ubicado al norte del país, es un ecosistema de más de 120 mil hectáreas que hacen parte de la jurisdicción de los municipios de Chimichagua, Chiriguaná, Curumaní, Tamalameque (Cesar) y El Banco (Magdalena).
Además de su extensión, es de gran importancia por su función hidrológica y riqueza biológica, albergando una gran variedad de flora y fauna. Este complejo de ciénagas, alimentado por los ríos Magdalena y Cesar, también tiene un fuerte arraigo cultural y socioeconómico, pues actividades como la pesca, el ecoturismo, la gastronomía y los festivales, fortalecen la vida alrededor del agua.
A este escenario de gran valor biológico y cultural, Fundación Natura llegó hace ocho años para realizar procesos de monitoreo y evaluación de los ecosistemas acuáticos; fortalecimiento de las áreas prioritarias; gobernanza, pesca, restauración, modelación ecohidrológica y mosaicos de conservación. Esto se dio en el marco del proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, que permitió la articulación con la comunidad para fortalecer el Plan de Manejo del Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI del Complejo Cenagoso de Zapatosa.
Uno de los principales retos al llegar a esta zona fue orientar las acciones hacia el fortalecimiento de la gobernanza local. Este concepto ha cobrado relevancia en los últimos años, ya que responde a la necesidad de fomentar procesos de toma de decisiones participativas e inclusivas, en torno a la gestión del territorio. La gobernanza permite la construcción de mecanismos para la participación de todos los actores presentes, de tal forma que las decisiones tomadas reflejen y respeten sus expectativas, intereses y necesidades.
“La gestión territorial tiene implicaciones ambientales muy fuertes. Definitivamente, cuando uno trabaja en territorio, en zonas rurales, en áreas de alta biodiversidad y con ecosistemas frágiles, el tema ambiental es transversal y, por eso, cuando se habla de la gobernanza, se habla de muchos temas: la gobernanza para el agua, el manejo del ecosistema, las comunidades que viven en áreas protegidas, los consejos comunitarios, entre otros temas”, afirmó Carlos Vieira, profesional de gobernanza de Fundación Natura.
En este caso, para hablar de gobernanza en el Complejo Cenagoso de Zapatosa, se tienen en cuenta los mecanismos de participación de todos los actores sociales, comunitarios e institucionales en la gestión del territorio. Sin embargo, uno de los problemas identificados es que no existían espacios de diálogo para que se den las discusiones y concertaciones.
Entonces, “el gran problema que encontramos en Zapatosa, como en otros sitios, es que no existen esos espacios formalmente constituidos que operen, que tengan una frecuencia, constancia y dinámica propia, que permita que se reúnan y tomen decisiones desde la planeación, la ejecución y el seguimiento de cualquier tipo de acciones que se implementa. Por eso, Fundación Natura ha trabajado por fortalecer espacios donde se logren encontrar todos los actores que tienen algo que ver, sea por obligación, por misión, por interés o por ser usuarios de los recursos naturales”, aseguró Carlos.
Aunque los proyectos han sido la puerta de entrada de Fundación Natura, el enfoque siempre ha ido más allá de la ejecución técnica, comprendiendo y defendiendo firmemente la necesidad de trabajar de manera articulada con las comunidades, promoviendo su integración a través de instrumentos de planificación existentes. Por ende, la gobernanza no solo se entiende como un concepto teórico, sino como un mecanismo que permite alinear planes de manejo de áreas protegidas con planes de desarrollo municipales y departamentales. Identificar los puntos en común entre estos instrumentos es clave para lograr una gestión coordinada y efectiva del territorio.
En este contexto, los procesos que se han planeado e implementando, promueven una gobernanza que integra los diferentes niveles de decisión, desde el ámbito nacional hasta el local. Esto implica fortalecer los procesos comunitarios y visibilizar el trabajo de las personas que habitan el territorio, así como fomentar el conocimiento y apropiación de los planes de desarrollo de sus gobiernos locales. Esta perspectiva busca consolidar una gobernanza inclusiva, donde se articulen las capacidades y responsabilidades de diversos actores para lograr un manejo sostenible del ecosistema.
De acuerdo con Carlos, “la participación de las comunidades a través de las asociaciones y las pequeñas iniciativas, no solo se da en la ejecución de sus actividades concretas, como patios productivos, pesca, cría de especies menores o restauración, sino que se entienda y que ellos entiendan que lo que hacen es parte de un proceso más amplio, que es de aportar a la implementación de acciones del plan de manejo en restauración, en actividades de uso sostenible, de la biodiversidad y de los recursos”.
Por ejemplo, en el marco de Magdalena Cauca Vive, se apoyaron 24 Pequeñas Iniciativas Comunitarias en el Complejo Cenagoso de Zapatosa, con el Programa Pequeñas Donaciones del GEF-PNUD (PPD), que estaban enfocadas a generar seguridad y soberanía alimentaria, pero también en la búsqueda de ingresos adicionales y alternativas de aportes de la comunidad al plan de manejo.
Por otro lado, se ha impulsado la creación y formalización de espacios de trabajo conjunto mediante la firma de memorandos de entendimiento. Estos acuerdos representan un primer paso hacia la participación de distintos sectores en los procesos de toma de decisiones. A través de comités y mesas técnicas se construyen planes de acción que responden a las necesidades y expectativas de las comunidades, al tiempo que apuntan a objetivos comunes de conservación y desarrollo sostenible. Estos espacios permiten avanzar hacia una gobernanza efectiva, legítima y representativa en un territorio tan estratégico y frágil como el Complejo Cenagoso de Zapatosa.
“En este caso, el plan de manejo ambiental, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad son nuestros propósitos y metas, por lo que todo lo que propongamos en las mesas de gestión debe apuntar a que cada actor aporte a ese objetivo. Esto empezó desde que llegamos con el proyecto de GEF Magdalena Cauca Vive, después implementamos CO2 Humedales”, agregó Vieira, quien hizo parte de ambos procesos.
CO2 Humedales, desarrollado en alianza con Ecopetrol, fue una iniciativa que logró integrar la restauración ecológica con la gobernanza territorial. Esto implicó realizar siembras, aportar en la recuperación de los ecosistemas y generar redes de conectividad ecológica, en el marco de la restauración, pero también articular las acciones con los procesos sociales territoriales y la firma de acuerdos de conservación, para el seguimiento, evaluación y acompañamiento a las acciones pactadas con la comunidad.
Dando continuidad a estos esfuerzos, Fundación Natura en alianza con Cenit S.A.S., dieron inicio al proyecto Acciones de uso sostenible para la conservación de la biodiversidad en el DRMI Sitio Ramsar Complejo Cenagoso de Zapatosa, en los municipios de El Banco (Magdalena), Chimichagua y Tamalameque (Cesar).
Esta iniciativa tiene tres objetivos principales: fortalecer la gobernanza y la participación de comunidades e instituciones, consolidar cadenas de valor y negocios verdes, y generar estrategias de comunicación para posicionar estos emprendimientos en el mercado. Lo que permite la continuidad de las acciones y refuerza la visión de que la gobernanza es un componente esencial para cualquier proceso de conservación.
“Esta propuesta sigue la misma línea. La gobernanza, en los tres proyectos, busca crear espacios de toma de decisiones para la gestión ambiental del territorio. Eso es principalmente el ser de la gobernanza que hemos abordado y como lo hemos pensado. También se enfoca en el fortalecimiento de las organizaciones de base comunitaria para visibilizar y reconocer lo que hacen, que las mismas asociaciones y las Juntas de Acción Comunal (JAC) sean las que hagan la presentación, visibilización y divulgación de lo que están haciendo”, agregó Vieira.
Sumado a esto, una línea clave en este proyecto es la de uso y aprovechamiento, enmarcada en los emprendimientos y negocios verdes, donde se esperan realizar unos pilotos de uso de la biodiversidad para disminuir presión sobre el Complejo Cenagoso de Zapatosa. Por lo que se tendrán en cuenta modelos de ganadería, aprovechamiento de la biodiversidad para la fabricación de artesanías, la producción de material vegetal, que se sigue haciendo en viveros comunitarios, y la pesca con dos modelos de propuestas de manejo pesquero con la Autoridad Nacional de Agricultura y Pesca (AUNAP).
Estas iniciativas resaltan por la articulación con la primera línea de autoridades que tienen responsabilidades en la zona, que son la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar) y la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag). De hecho, se tiene un memorando firmado con la Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación del Cesar, con las alcaldías a través de sus oficinas de desarrollo económico, la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria y Medio Ambiente (AMATAMA) y socios naturales de las comunidades. Por lo que el gran reto desde la gobernanza es permitir y generar esos espacios donde la comunidad pueda acercarse a estas autoridades, delegados y funcionarios relacionados con la implementación de acciones del plan de manejo.
En ese sentido, el trabajo se ha orientado a fortalecer capacidades en las comunidades, para que tengan herramientas y conocimientos que les permitan participar de forma efectiva. “Ese fortalecimiento de capacidades debe apuntar a mejorar la gestión institucional, la incidencia política, la articulación con otros actores y el desarrollo de estrategias de intervención. Si las comunidades dominan los temas y adquieren destrezas, tendrán más oportunidades de articulación y visibilización”, concluyó Carlos Vieira.
Fortalecer la gobernanza significa avanzar hacia una gestión territorial más justa, equitativa y sostenible, donde el diálogo y la corresponsabilidad sean pilares fundamentales. Esto solo se logra con el compromiso de todos los actores para la construcción conjunta y articulada, donde el conocimiento local y la experiencia en el territorio sumen esfuerzos para la conservación y el uso sostenible de los recursos que brindan ecosistemas estratégicos como el Complejo Cenagoso de Zapatosa.
Por Mónica Cortés
