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En el Caribe colombiano, donde los manglares y los arrecifes de coral enfrentan una amenaza por la deforestación, la contaminación y el cambio climático, las comunidades de Barranquilla en Atlántico y Barú en Bolívar, en cooperación con la Fundación Grupo Argos, han venido consolidando una estrategia de restauración de ecosistemas marinos y costeros que se traduce en nuevas oportunidades económicas para las comunidades, a través de la generación de empleo local, el fortalecimiento de la pesca artesanal y el impulso al turismo de naturaleza. El esfuerzo va más allá de la conservación: se trata de activar la economía azul, un modelo que busca transformar la protección de los océanos en oportunidades de desarrollo económico sostenible para las comunidades costeras.
Manglares, arrecifes de coral, programas de reciclaje, negocios verdes, son hoy parte de una misma ecuación. El propósito es desarrollar programas que protejan la biodiversidad, a la vez que se fortalecen las capacidades técnicas, productivas y organizativas de las comunidades locales y se generan empleos que mejoran su calidad de vida.
Progreso social a partir de la recuperación de manglares
Los manglares son conocidos como “guardianes del litoral” porque protegen las costas de la erosión, capturan carbono y sirven de refugio a innumerables especies. Para revertir la degradación que han sufrido estos ecosistemas, la Fundación Grupo Argos, ha sembrado más de un millón de plántulas de manglar, restaurando más de 250 hectáreas en Atlántico, Bolívar y Sucre, y generando alrededor de 254 empleos en comunidades como La Playa y Las Flores en el Atlántico y Ararca y Santana en Bolívar; allí se han construido 8 viveros comunitarios y hasta la fecha se ha sembrado un millón ciento siete mil plántulas cada año para alimentar los programas de siembra. Solo en Barú, en alianza con la Fundación Santo Domingo, y siguiendo protocolos de restauración adecuados, se han sembrado 9.000 plántulas y se han abierto canales que revitalizan 192 hectáreas, fortaleciendo la resiliencia de la isla frente al cambio climático.
El caso de los corales
El trabajo con los arrecifes de coral también avanza con pasos firmes. La Fundación Grupo Argos con el apoyo de Cmarin realizó el primer levantamiento de línea base de biodiversidad en los ecosistemas marinos y costeros de Barú, utilizando, entro otras, técnicas de paisaje sonoro de los arrecifes para medir su estado de conservación y orientar futuros procesos de restauración. A ello se suman las seis guarderías de coral establecidas con la asociación comunitaria Barú Arte Natural, ubicadas en el hotel Calablanca Barú. Este modelo integra ciencia, turismo y participación comunitaria, lo que va desde el apadrinamiento de corales por visitantes a la isla, hasta limpiezas de caños realizadas junto a la Asociación de Pescadores de Ararca.
Además, desde el año 2023 se puso en marcha el proyecto Coraltheca, en alianza con Agenda del Mar, que promueve actividades culturales y educativas sobre el cuidado coralino en el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, complementadas con jornadas de marcación de colonias y fertilización asistida. y configurándose en un escenario de alianzas para la conservación de los arrecifes de coral que busca también la integración de esfuerzos en el marco de la estrategia de conservación en economía azul.
El reciclaje y limpieza de playas como una fuente de ingresos para las familias
La restauración no tendría impacto duradero sin la participación y apropiación de las comunidades. En Barú, la Fundación Grupo Argos trabaja con más de 10 organizaciones comunitarias integradas por más de 474 personas, entre las organizaciones se encuentran Tuarisba, CORAVES, Barú Arte Natural y ECA Playa Blanca, integrando procesos de conservación con proyectos productivos.
Un ejemplo es la iniciativa “Reciclemos Juntos Barú Reciclaje Playa Blanca”, que ha fortalecido sus microrutas de recolección domiciliaria y macrorutas de comercialización de materiales reciclables. Hoy esta estación de clasificación y aprovechamiento de residuos recolecta y comercializa alrededor de 21 toneladas de materiales al mes, lo que incluye plástico, vidrio, PET, cartón y chatarra. Este material se vende principalmente en Barranquilla, generando ingresos permanentes para sus asociados. La organización cuenta con 77 integrantes, en su mayoría mujeres cabeza de hogar (88%), y ha logrado formalizar siete empleos estables en logística y administración. Además de mejorar la calidad de vida de sus miembros, la ECA ha impulsado procesos de educación ambiental con familias de Playa Blanca, Barú y Santa Ana, promoviendo la reducción, reutilización y reciclaje de residuos.
Hacia un modelo replicable
Con inversiones por COP $5.848.000.000 millones, entre 2020 y 2025, la Fundación ha tejido un enfoque integral que conecta restauración ecológica, el fortalecimiento a organizaciones sociales, educación ambiental y voluntariado corporativo. Las jornadas de siembra en la ciénaga de mallorquín, las brigadas de voluntarios en Rincón del Mar o los viveros comunitarios en Atlántico y Bolívar son ejemplos de cómo el sector privado puede articular ciencia, comunidad y empresa para generar impactos medibles en la biodiversidad y la economía local.
La apuesta es clara: demostrar que conservar la naturaleza no es un costo, sino una inversión estratégica. La economía azul, con organizaciones como la Fundación Grupo Argos y sus aliados, se convierte en una hoja de ruta para la resiliencia climática y el desarrollo inclusivo en el Caribe colombiano.