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La posibilidad de una crisis energética en el país ha captado, en los últimos meses, la atención de diversos sectores ante el aumento de las tarifas para los hogares y las empresas, pero también por las alertas de un potencial apagón a nivel nacional en los próximos años.
Como lo ha explicado el gremio generador de energía en el país, los retrasos de la hidroeléctrica Hidroituango (por la demora en la entrada del 75 % restante de la capacidad de generación) y de los proyectos eólicos en La Guajira, inicialmente estimados para 2023 y hoy suspendidos, han impactado la oferta disponible mientras la demanda crece en todo el territorio nacional. Y por ahí es que el fantasma del apagón del 1992 podría comenzar a asustar en el mediano plazo.
Otros factores han agudizado esta percepción. La llegada del fenómeno de El Niño, por una parte afecta la capacidad de almacenamiento de los embalses para la generación de hidroelectricidad como lo han advertido los entes de control; al mismo tiempo el diferimiento de las tarifas establecido en el marco de la pandemia del Covid-19, ponen en jaque la estabilidad financiera de las empresas distribuidoras de energía.
Frente a esta situación, ISAGEN, una de las principales empresas de generación y comercialización de energía en el país, hizo un llamado al Gobierno Nacional a tomar acciones ante esta coyuntura que afecta a los hogares y empresas colombianas.
“La entendible angustia de los consumidores, así como de los dirigentes políticos regionales, debe ser un llamado a la acción por parte del Gobierno Nacional, pero a la acción atinada a resolver las causas. Los problemas de coyuntura requieren soluciones de coyuntura”, asegura ISAGEN.
Así, frente a los augurios de crisis en uno de los sistemas eléctricos más sólidos de la región, cómo lo demuestran ya tres décadas sin apagones, vale preguntarse qué está en juego y cuáles son las propuestas en el corto y largo plazo para evitar una problemática mayor en los próximos años.
Una tarifa en aumento, pero ¿por qué?
Para empezar, los costos de la producción de la electricidad comprenden una serie de costos que van desde el valor de enviarla a las ciudades, a través de cables de alta tensión, hasta los relacionados con el personal que lee el medidor, el que procesa los datos para entregar la factura e incluso para el que atiende las reclamaciones de los clientes.
¿Cómo funciona, entonces, el marco tarifario? Después de la generación (35 % de la factura), los otros componentes tarifarios son: transmisión (5 %), distribución (38 %), comercialización (13 %), pérdidas de energía (7 %) y restricciones, como los mantenimientos previstos en los embalses, (2 %).
Todo esto se suma en la factura y se consolida como Costo Unitario de Prestación del Servicio, que se encuentra como “CU” en las facturas que llegan a los hogares y empresas. Esta cifra se multiplica por el nivel de kilovatio hora (kW/h) que se consuma en el periodo facturado.
Existen unos factores ligados a la cadena productiva, que han contribuido en el aumento de las facturas, como el aumento de los precios de los combustibles, la inflación, atrasos en los proyectos de generación y, entre otros, la pérdida de beneficios para proyectos de energías renovables tras los cambios en la reforma tributaria y el Plan Nacional de Desarrollo (PND).
Para ponerlo en perspectiva, según el DANE, en septiembre de 2023, en comparación con diciembre de 2022, el costo de la electricidad registró un incremento de 9,53 %. Además, hasta octubre de este año, el precio del kilovatio hora en bolsa ha sobrepasado la barrera de los $1.100 debido al incremento de la generación térmica, para cuidar el agua de los embalses, según señaló XM, operador del mercado de la energía en el país. No obstante, es importante destacar que el precio de Bolsa no impacta la tarifa al usuario final en mas de un 6% del total a pagar, ya que la gran cantidad de la energía generada se vende a precios de contratos significativamente más bajos.
“Aun así, al analizar cómo son las tarifas de electricidad en otros países, nos encontramos con que en Colombia no solo no es la más alta de este hemisferio y mucho menos del mundo, sino que estamos por debajo del promedio de la región”, precisa Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen.
Los riesgos en los cambios en la regulación
Ante el aumento de las tarifas, se han escuchado versiones desde el Gobierno Nacional y otros sectores que ligan los altos precios de la energía en la bolsa con las ganancias de las empresas generadoras, por la manera en que se calculan las tarifas de la energía.
En este punto vale precisar que la electricidad que se consume hoy corresponde a contratos negociados dos o tres años atrás, que son un poco más del 80 % de la energía requerida por los consumidores. El porcentaje restante se negocia al día, es decir, al valor del mercado, cuyo su precio depende de factores como la hidrología del momento, las contingencias y los precios de combustibles, entre otros elementos.
Frente a estas declaraciones, el gremio de generadores de energía ha sido enfático en rechazarlas, e indica que “las empresas de generación no vivimos de las ganancias extraordinarias atípicas en la Bolsa de energía. Nuestra sostenibilidad consiste en operar activos a largo plazo, bajo un mercado en competencia y con reglas estables”, precisó ISAGEN.
Ante esto último, la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco) y Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen) proponen que los comercializadores con mayor exposición a bolsa, que atienden demanda regulada, puedan acceder a la energía no comprometida que los generadores puedan poner a disposición a un mejor costo respecto al precio de bolsa.
Además de esto, este sector ha expresado sus reparos ante el marco normativo que sugiere la Resolución 701 016 de la Creg (actualmente en discusión). “Es preocupante el interés en modificar el proceso de formación de los precios de Bolsa y afectar las señales de mercado. Estas propuestas, en nada, apuntan a solucionar los problemas de coyuntura mencionados y si afectan las expectativas de los inversionistas, impactando directamente las expansiones que por cerca de siete billones anuales que angustiosamente requiere el país”, manifestó ISAGEN.
Las propuestas desde el sector generador
Lo cierto es que la solución pasa por ampliar la oferta de energía y la disponibilidad de contratos de suministro a largo plazo. En ese sentido, la Unión Europea, en donde los aumentos de los costos de la energía se registraron antes que en Latinoamérica, avanza en una reforma al mercado eléctrico para lograr contratos a largo plazo que permitan una mayor estabilidad.
No obstante, a pesar de la voluntad de impulsar algunos de estos cambios en el país, según entes de control hacen falta decisiones para evitar el debilitamiento del sector. En particular, la procuradora general, Margarita Cabello, ha hecho un llamado al Gobierno Nacional a nombrar a la comisión de expertos de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG).
Para contribuir a las soluciones en el sistema, ISAGEN, que cuenta con 19 centrales de generación en el país, ha expresado en diferentes foros su propuesta de que el porcentaje del precio de la energía en la Bolsa correspondiente a condiciones atípicas de mercado sea aportado directamente a un Fondo del Gobierno, destinado a un subsidio de precio para los más vulnerables.
A esto se ha sumado la Acolgen, que ha propuesto la realización de unas subastas de contratos a largo plazo, bajo la figura de “pague lo generado”, para que las distribuidoras más expuestas a los precios de bolsa se protejan de la volatilidad.
Según el gremio generador, es necesario mantener el marco regulatorio que ha permitido pasar de 11 gigavatios (GW) de potencia instalada a más de 21 GW, ha canalizado inversiones particulares que a valor presente representan más de 134 billones de pesos desde 1994 y ha permitido avanzar hacia un servicio casi universal, 70 % renovable.
“Nuestra invitación es a construir soluciones a la crisis mediante decisiones que efectivamente se traduzcan en impactos certeros y de corto plazo, manteniendo el vigor de la expansión eléctrica en el país”, concluye ISAGEN.