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La segunda parte de la cumbre de biodiversidad más importante del mundo, la Conferencia de las Partes (COP16), llegó a su fin en Roma, Italia. Aunque cerca de 200 países se habían reunido inicialmente en Cali, entre el 21 de octubre y hasta las primeras horas del 2 de noviembre del año pasado, la plenaria final se había suspendido por falta de quorum.
Aunque en aquella ocasión se lograron acuerdos importantes, también quedaron sobre la mesa varios temas pendientes. Uno de los principales fue el dinero que se necesita para cumplir con las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad (adoptado a finales de 2022, en la COP15), que, en términos generales, busca detener y revertir la pérdida de biodiversidad a 2030.
Por esta razón, los países se volvieron a reunir entre el 25 y 27 de febrero en la capital italiana. El gran resultado fue el acuerdo sobre la financiación para la biodiversidad, “un paso en la dirección correcta”, como lo califica Efraím Gómez, director de Política Global en WWF Internacional. “Sin embargo, este paso, aunque necesario, no es suficiente. Ahora comienza el verdadero trabajo”, dijo.
¿Por qué? ¿Qué se pactó en esta COP16? ¿Cuáles desafíos vienen de ahora en adelante? Estos son los puntos que no puede perder de vista de este encuentro.
El encargado de administrar el dinero de la biodiversidad
En la COP16, el problema sobre el dinero no se centraba tanto en la cantidad —son necesarios US $200.000 millones para cumplir con las metas del Marco de Biodiversidad—, sino en quién debe administrar el fondo que recauda ese dinero. Por un lado, los países desarrollados apoyaban que el Fondo Marco Global para la Biodiversidad (GBFF, por su sigla en inglés) continuara en manos del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF). Por otro lado, había otro grupo, integrado en su mayoría por países en desarrollo, que pedían crear uno nuevo.
Ambas partes finalmente encontraron un punto medio. “Los negociadores de todos los países, organizados regularmente en grupos regionales, dejaron de lado sus diferencias para forjar un camino común”, sostuvo Lin Li, directora de Política Global e incidencia de WWF Internacional.
Los países que exigían un nuevo fondo aceptaron una estrategia progresiva en la que primero se evalúan mejoras al GBFF y la posibilidad de reformar entidades existentes antes de crear unas. Por otro lado, los países que se oponían a un nuevo fondo aceptaron la posibilidad de establecerlo si las reformas no logran cerrar la brecha de financiamiento, de acuerdo con Óscar Soria, director de la organización Common Initiative, que le hace seguimiento a este tipo de encuentros.
Sin embargo, aunque ya hay un acuerdo, hay retos en el camino. “Nos preocupa que las naciones desarrolladas aún no estén en camino de cumplir con su compromiso de recaudar 20 mil millones de dólares para 2025 en apoyo a los países en desarrollo. Invertir en la naturaleza es una cuestión de supervivencia, es un seguro de vida global”, Efraím Gómez, director de Política Global en WWF Internacional.
Pueblos indígenas y comunidades locales, ahora parte del CDB
Tras 8 años de trabajo, en la COP16 se logró concretar una vieja promesa: que comunidades locales y pueblos indígenas pasen a ser un grupo de trabajo permanente en las negociaciones del Convenio de Diversidad Biológica (CBD) y que sean asesor de la Secretaría.
Hasta el momento, solo había dos órganos de trabajo permanente: el de Implementación, y el de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico.
Con la nueva decisión, las comunidades locales y pueblos indígenas también contarán con recursos permanentes para sus reuniones, a diferencia de cuando eran un grupo de trabajo (del artículo 8j) y dependían de donaciones ocasionales.
“Esta es una ocasión sin precedentes en la historia de los acuerdos multilaterales sobre la biodiversidad. Este nuevo órgano subsidiario es un referente para el resto del mundo en el que las partes reconocen la necesidad continua de nuestra participación seria y efectiva para cumplir los objetivos y los convenios”, aseguró Camila Paz Romero, vocera de los pueblos indígenas, en la primera parte de la COP.
Aprobación del Fondo de Cali
Justo al final de la primera parte de la COP16, los delegados que quedaban aprobaron la creación del ‘Fondo de Cali’, que recibirá los beneficios que se deriven de la información genética digitalizada de los recursos naturales, más conocidos por su sigla en inglés DSI.
Para entenderlo un poco mejor, hay que recordar que a lo largo de la historia, las personas han utilizado información genética para desarrollar productos y servicios para el beneficio del ser humano. Esto incluye productos como medicamentos y cosméticos, además de prácticas y técnicas agrícolas y ambientales. Sin embargo, al igual que muchos recursos clave en el mundo, los de los recursos genéticos no están distribuidos de manera uniforme.
¿Cómo hacer para que las empresas distribuyan parte de estas ganancias y que las comunidades se vean beneficiadas? Para empezar a lograr ese propósito, se creó el fondo que será el único mecanismo de financiación bajo el Convenio de Diversidad Biológica destinado a distribuir equitativamente los beneficios de la DSI.
Según quedó establecido en la decisión, “los usuarios de información sobre secuencias digitales de recursos genéticos en sectores que se benefician directa o indirectamente de su utilización en sus actividades comerciales deben aportar una proporción de sus beneficios o ingresos al fondo mundial, en función de su tamaño”.
Estos sectores son: las farmacéuticas; las nutracéuticas (que desarrollan complementos alimenticios y sanitarios); las cosméticas; los criaderos de animales y plantas; las empresas de biotecnología; y, por último, quienes desarrollen equipos de laboratorio asociados a la secuenciación y a la utilización de información de secuencias digitales sobre los recursos genéticos.
Al igual que con el manejo del dinero general, este fondo también tiene sus retos. Representantes de The Common Initiative señalaron poco después de la aprobación del fondo que, si bien “supone un paso importante hacia el reparto inclusivo de beneficios”, puede tener dificultades para conseguir contribuciones significativas.
“La estructura se basa únicamente en incentivos de reputación para las empresas, ofreciéndoles la perspectiva de ser reconocidas como contribuyentes sin ninguna obligación vinculante. La participación es voluntaria, y las empresas se ven incentivadas principalmente por la oportunidad de ganar prestigio en la lista de contribuyentes al fondo”, explicaron desde la organización.
Por eso temen que haya dificultades para contribuciones significativas, pues estas dependerán, en últimas, de la voluntad de los países para apoyarlo y de que las empresas reconozcan el valor de hacerlo.
Revisión del cumplimiento
Otro de los logros de la COP16 fue la aprobación del proceso de Revisión Global en 2026, que permitirá evaluar el progreso en el cumplimiento de los compromisos asumidos y realizar ajustes si los países no están en camino de alcanzar sus metas.
Además, se reforzó la cooperación entre la CDB y otras organizaciones internacionales, y se adoptaron indicadores clave para monitorear el impacto del consumo y la producción en la biodiversidad.
Actualmente, solo 46 países han actualizado sus planes nacionales de biodiversidad (NBSAPs por sus siglas en inglés), la hoja de ruta que cada país debe trazar para cumplir con las metas del Marco Global de Biodiversidad. Aún hacen falta 150 Partes, lo que subraya la necesidad de acelerar estos procesos para garantizar que las estrategias nacionales estén alineadas con los objetivos.
Logros de Colombia, más allá de las negociaciones
Durante la primera parte de la COP, Colombia, como país anfitrión, logró varios acuerdos importantes. Algunos de los que resalta el Instituto Humboldt, son:
- Financiamiento desde la cooperación internacional por USD 75 millones para proteger la biodiversidad, luchar contra la deforestación y avanzar en el cumplimiento del Plan de Acción al 2030.
- La firma de política de Agroecología en Colombia, un hito en la transición de la agricultura convencional hacia modelos agroecológicos y sistemas agroalimentarios sostenibles.
- La creación del Fondo multidonante para la conservación y restauración del Chocó Biogeográfico impulsado por Colombia, Ecuador, Panamá y Costa Rica. Busca gestionar USD 100 millones a 2030.
- El lanzamiento de la Coalición Mundial por la Paz con la Naturaleza: un llamado desde Colombia a tomar medidas para enfrentar la crisis del planeta. Según Presidencia, se unieron 31 países, UE, 40 organizaciones mundiales y cerca de 140.000 personas.
Lo que se viene
Este año, los ojos estarán puestos sobre la COP30 sobre cambio climático en Brasil. Este evento, que se celebrará en la Amazonia a finales de este año, deberá enviar una señal clara sobre la urgencia de transformar los sistemas de energía, alimentación y financiamiento, así como de conservar y restaurar la naturaleza, de acuerdo con WWF.
“La COP30 representará una oportunidad clave para fortalecer el papel de la naturaleza y las soluciones basadas en la naturaleza en las negociaciones climáticas y los planes de acción nacionales, además de centrar la atención en la eliminación de la deforestación y la restauración de los bosques tropicales”, menciona la organización.
La próxima COP de biodiversidad
La COP17 se realizará en Armenia, en noviembre de 2027. Este será un encuentro clave para evaluar el progreso en la implementación del Marco Global de Biodiversidad y corregir el rumbo si los países no están cumpliendo con sus compromisos.