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Colombia y otros 195 países tienen una serie de tareas pendientes para cumplir con una meta que se trazaron en diciembre de 2022, cuando acordaron el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal: detener y revertir la pérdida de naturaleza para 2030. Esto incluye restaurar ecosistemas, declarar más áreas protegidas y otras figuras de conservación, minimizar o reducir las especies invasoras, pero también asegurar el dinero necesario para realizar estas acciones, la participación de las comunidades y el acceso a la información.
Sobre este último punto habla la meta 21, de las 23 que se establecieron en el Marco Global. En términos generales, la meta busca que los países garanticen la disponibilidad y accesibilidad de los conocimientos en materia de biodiversidad para orientar las acciones que permitan protegerla.
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Estos conocimientos no solo son los artículos, informes y estudios escritos por científicos, sino que también incluyen el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas y las comunidades locales. “Una de las maneras para proteger la biodiversidad es reconociendo el rol de las comunidades en la conservación, el uso sostenible y el conocimiento tradicional asociado, que brinda pautas de modelos de vida sostenibles, a partir de la naturaleza y el cómo se pueden usar los recursos naturales”, menciona Catalina Góngora, líder de políticas públicas de The Nature Conservancy (TNC Colombia).
La idea es que esa información esté al alcance de las personas que toman decisiones (como los gobiernos nacionales o locales), los profesionales y el público en general para “guiar una gobernanza eficaz y equitativa, y una gestión integrada y participativa de la biodiversidad”, como quedó consignado en el documento.
Para Jaime Cabrera, especialista en monitoreo participativo de la Biodiversidad de WWF Colombia, esta no es una tarea fácil, pues “por un lado, tenemos que ver qué consideramos como información necesaria, pero también su calidad. Por otro lado, está el reto de cómo hacerla llegar de una manera que sea entendible para cada uno de los sectores”.
El conocimiento de los pueblos indígenas y otras comunidades
A esto se suma una segunda parte que también menciona la meta: garantizar el acceso a los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y las comunidades locales. De acuerdo con WWF, los pueblos indígenas han tenido un papel importante en la conservación de la diversidad gracias a sus conocimientos propios y prácticas ancestrales, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad del planeta. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), estas comunidades poseen, gestionan u ocupan una cuarta parte de la tierra del mundo que alberga el 80% de la biodiversidad mundial.
Solo en Colombia, hay 102 pueblos indígenas distribuidos en diferentes zonas del país, en territorios que suman más de 26 millones de hectáreas. La propiedad colectiva de los resguardos indígenas representa aproximadamente el 46 % del bosque natural en Colombia. Los pueblos afrocolombianos también tienen un rol importante pues en 15 países de Latinoamérica, incluido Colombia, estas comunidades se encuentran en zonas ambientalmente importantes. “Muchos territorios aún conservan rica biodiversidad, recursos hídricos abundantes y ricos recursos naturales, especialmente minerales”, como menciona el primer atlas que mapea la presencia de estas comunidades, presentado en la COP16.
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La meta dice puntualmente que el acceso a los conocimientos de estos pueblos debe ser “únicamente con su consentimiento libre, previo e informado, de acuerdo con la legislación nacional”. Justo aquí es donde surge un primer desafío.
“No existe una legislación clara, ya que los derechos de autor sobre estos conocimientos son comunitarios. Contamos con un marco legal sólido para la protección de derechos individuales, pero, ¿a quién se le debe solicitar permiso o quién lo otorga cuando se trata de un conocimiento perteneciente a una cultura específica? En este aspecto, aún tenemos un largo camino por recorrer”, señala Cabrera.
Otro reto en el caso del acceso al conocimiento de los pueblos indígenas es que la mayoría de estas comunidades tienen una fuerte tradición oral en la transmisión de conocimientos. “Es un proceso largo y muy personal, a diferencia de nosotros, que tenemos la escritura como medio de comunicación”, explica el vocero de WWF. A esto se suma el idioma, pues en el caso de Colombia, además del español, hay otras 69 lenguas maternas, de las cuales 65 son lenguas indígenas, de acuerdo con la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
A esto se suma otro componente fundamental: la forma en que se percibe el mundo. “En los pueblos indígenas, la naturaleza no se entiende desde una perspectiva cuantitativa, como ocurre en el conocimiento científico. No se puede encasillar el saber indígena en los esquemas tradicionales que manejamos, porque no cabe en una sola celda de Excel”, explica Cabrera. Del mismo modo, transmitir el conocimiento científico a los pueblos indígenas enfrenta desafíos similares.
Para Góngora, de TNC, reconoce que es importante generar espacios e instrumentos de información que mantengan un diálogo multicultural. Para esto, resalta el esfuerzo de consultas regionales y por grupo poblacional que hizo el país para construir el Plan de Acción de Biodiversidad o NBSAP (por sus siglas en inglés). Esta es la hoja de ruta que se traza cada país para cumplir las metas del Marco Global de Biodiversidad.
Sin embargo, dice que hay otro reto que agregar: trazar la ruta para acceder acceso a la mejor información posible. Esto se debe, en parte, a que cada comunidad cuenta con marcos normativos diferenciales que regulan su participación y representatividad. Góngora lo explica con varios ejemplos. El primero es el de las comunidades indígenas que “son las que tienen unos mecanismos de diálogo más avanzados con el país, ya que cuentan con una mesa permanente de concertación con el Gobierno e incluso una mesa regional amazónica y otras instancias de diálogo formal y permanente”.
En el caso de las comunidades afrocolombianas, el panorama cambia un poco, porque si bien tienen un marco regulatorio, “y existe la obligación de consulta previa, el canal y el espacio formal y permanente de diálogo no es tan claro”, agrega Góngora
Con las comunidades campesinas el tema es más complejo, porque si bien fueron reconocidas como sujeto de especial protección constitucional en 2023, se requiere avanzar en la regulación de ese reconocimiento de cara a la participación y fortalecer la integración de las comunidades campesinas para garantizar un diálogo permanente y formal, menciona la vocera de TNC. “El NBSAP no quedó con un proceso formal de esa participación diferencial para lo que se viene de implementación. Eso es algo que tocará desarrollar”, indica.
El conocimiento científico también tiene sus barreras
Ahora, los retos no solo están en el acceso al conocimiento tradicional. En el campo del conocimiento científico también hay unos cuantos. Un informe realizado por el Instituto Humboldt en 2023, donde aborda las necesidades y demandas territoriales y sectoriales en el acceso a la información ambiental, menciona que, si bien, los institutos de investigación han desarrollado importantes avances en términos de gestión de información, que se evidencian en la existencia de diversas plataformas, aún persisten retos en cómo consultar y hacer uso de la información ambiental disponible, y cómo aumentar la capacidad de almacenamiento de las plataformas para alojar los datos que se recopilan.
“La generación de herramientas innovadoras que permitan, no solo una mayor comprensión de la información que producen, sino la inclusión efectiva de otras formas de conocimiento en la investigación (como el que tienen los pueblos indígenas), representan uno de los desafíos”, menciona el informe.
Sin embargo, así como la meta 21 tiene varios retos por sortear de aquí a 2030, también ha tenido avances. Góngora resalta las decisiones que se tomaron en el marco de la construcción del Plan de Acción de Biodiversidad y la COP16, que tuvo lugar en Cali el año pasado.
“Hubo una estrategia de comunicación y de participación clara para la construcción del NBSAP, que hizo sesiones de trabajo en regiones organizadas por grupos de manera diferencial. Eso es un avance meritorio, porque es tomarse en serio un principio que establece el Marco Global de Biodiversidad, que habla de construir este documento con aproximación de toda la sociedad, involucrándolos a todos”, menciona Góngora
En la COP16, agrega, se tomaron decisiones importantes como el plan de trabajo sobre el reconocimiento del conocimiento tradicional, así como la creación de un cuerpo subsidiario de la convención de pueblos indígenas y comunidades locales quienes pueden presentar recomendaciones a las partes para la toma de decisión en biodiversidad, dice.
¿Qué se puede hacer?
El informe del Instituto Humboldt emitió una serie de recomendaciones en el marco del acceso a la información ambiental. Sin embargo, como recalca Cabrera, de WWF, cumplir con esta meta requerirá de un trabajo continúo, que no acabará en cinco años (el plazo máximo para cumplir con la meta).
- Comprender la información
Es importante conocer y comprender las necesidades de información, los usos de la misma, las formas de acceder a ella, las maneras de generarla y utilizarla, y diseñar estrategia para el acceso, uso y apropiación de la información y las plataformas con enfoque diferencial.
- Trabajo articulado
Propiciar una articulación interinstitucional, con actores como RTVC, SENA, con el Ministerio de Educación, el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones y Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, para la construcción de estrategias conjuntas que hagan posible el acceso a la información y la participación en la generación de la misma, incluyendo los conocimientos y capacidades de las comunidades.
- Más estrategias
Diversificar las formas y los espacios, yendo más allá de los talleres y buscando generar momentos de co-construcción, retroalimentación y devolución de resultados, desde la escucha. También es importante reconocer los mecanismos propios de participación de las comunidades e incluirlos dentro de la implementación de los proyectos.
- Para los institutos de investigación
Generar programas de fortalecimiento de capacidades al interior de los institutos para el manejo de enfoques diferenciales y el conocimiento sobre mecanismo de consentimiento previo, libre e informado y consulta previa como elementos imprescindibles con el fin de promover la participación en el marco de las investigaciones.