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Cada año, de julio a septiembre, el Pacífico colombiano recibe la visita de ballenas jorobadas y tortugas marinas que, en un viaje migratorio, encuentran aquí condiciones propicias para el nacimiento de las crías de ballena y el regreso de tortugas marinas a las playas donde nacieron, para desovar y repetir el ciclo.
En el Pacífico colombiano existen 53 playas propicias para la anidación cuatro especies de tortugas marinas: la baula (Dermochelys coriácea), la verde del pacífico (Chelonia mydas agassizii), lacarey (Eretmochelys imbricata) y la caguama (Lepidochelys olivácea), todas en peligro de extinción. Organizaciones como: Fundación Natura, WWF, USAID, Patrimonio Natural, entre otras, han promovido investigaciones, instalación de tortugarios, elaboración de planes de manejo, fortalecimiento a grupos comunitarios para monitoreo y rescate de nidos y el turismo alrededor de la anidación de tortugas; como una opción para su conservación y el bienestar de las comunidades, que actualmente se ha convertido en una amenaza para las tortugas y factor de discordia entre los grupos que las protegían.
La región es un destino conocido para el avistamiento de ballenas, la observación de tortugas anidando y la liberación de tortuguillos, que ha ocasionado la proliferación de tortugarios comerciales sin control, sin estándares de manejo y sin las condiciones mínimas para la incubación. Los tortuguillos nacen en estos criaderos y son “almacenados” en baldes esperando turistas que paguen por su “liberación”, lo que afecta la impronta para que regresen a desovar a la playa donde nacieron y pone en riesgo las poblaciones futuras.
El manejo de las tortugas marinas será una opción de conservación y una oportunidad para el desarrollo sostenible, en la medida que los distintos actores avancen en:
· Elaboración, reglamentación y certificación, por parte de autoridades ambientales, de protocolos y buenas prácticas para el manejo de tortugarios y liberación de tortuguillos.
· Reactivación del proceso de monitoreo comunitario y registro de información biológica y ecológica de las tortugas marinas.
· Diseño de estrategias de divulgación en sitios claves sobre buenas prácticas que deben cumplir los operadores turísticos.
· Las ONG y entidades presentes en el territorio deben aportar a los procesos de investigación, para medir los impactos derivados de estas prácticas.
· La articulación entre el Parque Nacional Natural Utría, consejos comunitarios, CODECHOCÓ y alcaldías locales, para hacer ordenamiento de la actividad en las zonas de influencia del parque y el respectivo seguimiento a estos acuerdos.
· Todos los eslabones del turismo de naturaleza conozcan y respeten los acuerdos colectivos en torno a la conservación de las tortugas e implementen las recomendaciones de manejo.
· Los turistas deben rechazar en su visita a la región prácticas como la manipulación directa de los tortuguillos, acercamiento indebido a la línea de liberación, uso de recipientes antihigiénicos y liberaciones en horas no adecuadas.
Es responsabilidad compartida garantizar la protección y conservación de las tortugas marinas, respetando el equilibrio ecológico y promoviendo un turismo verdaderamente sostenible en la región.
*Expertos de la Fundación Natura