A puertas de cumplirse diez años de la aprobación del Acuerdo de Paris, la COP29 que se celebra en estos momentos en Bakú, Azerbaiyán, busca incrementar la ambición climática desde la mitigación y la adaptación, así como también la movilización de recursos financieros con el fin de avanzar en los compromisos globales definidos en el año 2015.
Aunque hasta ahora ha sido preocupante la ausencia de líderes de países influyentes; repentino el retiro de la delegación argentina y, en general, inquietante la poca participación de delegados latinoamericanos, los lentes del mundo están puestos en los resultados de estas negociaciones.
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Más allá de los análisis que seguramente después del día 22 de noviembre -fecha de cierre de esta cumbre-, podremos hacer, quisiera destacar un punto clave y es el rol que tienen las transiciones locales para desarrollar cambios transformativos.
Lo que buscamos al implementar el Acuerdo de París o el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, -foco de las discusiones que hace pocas semanas nos reunió en la COP-16, realizada en Cali, Colombia-, es diseñar modelos adaptativos de gobernanza y gobernabilidad, regidos por alianzas y sinergias multiactor que promuevan vitalidad, bienestar y justicia. Y para mí, los tres pilares que realmente importan de la sostenibilidad.
Estos modelos nacen desde los territorios, comparten identidades y valores propios de las comunidades. Con sus formas de ver y entender el mundo. Con sus necesidades y oportunidades. Con sus historias. Pero también con las organizaciones no gubernamentales, los gobiernos y el sector empresarial.
Juntos, construimos esos modelos de gobernanza que, a su vez, se traducen en la implementación de las metas, a veces abstractas, a veces un poco etéreas, que se discuten en el estadio de Bakú en estos momentos.
Y por esta razón, hoy celebro la alianza que tiene la Fundación Natura, -una de las organizaciones más transparentes, innovadoras e inspiradoras que conozco- con la Universidad Ean, la única institución de educación superior en contar con la certificación de carbono neutralidad en la ciudad de Bogotá.
En conjunto, hemos construido territorio, tejiendo iniciativas que benefician no solo a la biodiversidad sino también al cambio climático. Y esta vez no será la excepción. Juntos estaremos representando a Colombia en la COP29, dejando en alto nuestro compromiso por las transiciones locales hacia el diseño de presentes y futuros posibles para todos.
*Directora de sostenibilidad, Universidad Ean
Por Maria Eugenia Rinaudo Mannucci*
