Venecia, potencia marítima que dominó el Mediterráneo durante la Edad Media y el Renacimiento, y las islas del archipiélago Guna Yala habitado por la etnia Guna en Panamá, están quedando gradualmente bajo agua. Venecia, la ciudad de los canales, se ha hundido 30cms en los últimos 150 años, y hace unos días, dado su inminente riesgo climático, empezó la reubicación de las primeras 300 familias de las islas del archipiélago Guna Yala a tierra firme montañosa. Esta etnia ya había migrado hace más de 120 años desde la selva colombiana huyendo de la malaria y la situación de violencia.
Dado el aumento de temperatura que se ha dado por la acumulación de gases efecto invernadero, que ha ido engrosado la atmósfera evitando que una parte de los rayos solares regresen al espacio, el hielo de los polos se derrite de forma acelerada. El hielo de los polos cae en el océano, provocando un incremento en el nivel del mar. Al igual que cuando añadimos cubos de hielo a una bebida en un vaso, el líquido se eleva y puede provocar un “desastre” sobre la mesa. En el planeta Tierra existe suficiente hielo como para elevar el nivel del mar hasta 65 metros, equivalente a un edificio de 20 pisos.
Cada vez que cae un iceberg en los polos, incrementa el nivel del mar frente en Venecia, en las islas Guna y en todos los lugares costeros. Hemos dejado abierta la puerta del refrigerador, y, de manera gradual, estamos perdiendo el gran refrigerador natural que poseemos en los polos, junto con su capacidad para contrarrestar el calentamiento global. El derretimiento de extensas áreas en ambos polos, que previamente reflejaban la luz solar de vuelta al espacio, provoca que esta energía sea absorbida por las nuevas áreas expuestas del océano, acelerando el calentamiento global y, a su vez, propiciando más deshielo.
Las migraciones de las zonas vulnerables han iniciado. La Agencia de la ONU para los Refugiados señala que las amenazas derivadas del aumento en la intensidad y frecuencia de eventos climáticos extremos, como lluvias anormalmente intensas, sequías prolongadas, desertificación, degradación ambiental, aumento del nivel del mar y ciclones, entre otros, han provocado que, en promedio, más de 20 millones de personas deban abandonar anualmente sus hogares y trasladarse a otras zonas dentro de sus países en busca de alimento y refugio.
En esta pequeña esfera azul donde vivimos, dónde todos vamos en la misma barca, comprender la crisis climática, es un primer paso de solidaridad, pues de esta depende la identificación de acciones concretas individuales que aporten a la solución de esta crisis colectiva. La lectura del libro El ABC Visual del Cambio Climático, libro de bolsillo ilustrado que explica de manera sencilla y accesible la crisis climática, puede ser un primer paso. Este puede descargarse gratuitamente a través del siguiente enlace o puede adquirirse en versión física en las principales librerías del país.