Mujeres rurales, lideres en la transición hacia un planeta resiliente y sostenible

Conversatorio “El rol de la mujer como dinamizadora de la conservación”.

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“La crisis climática amplifica las desigualdades de género ya existentes y representa una seria amenaza para los medios de vida, la salud y el bienestar de las mujeres”, afirmó Razan Al Mubarak, campeona climática de alto nivel de las Naciones Unidas en la apertura del Día de la Igualdad de Género en el marco de la COP 28. De hecho, según los más recientes reportes de ONU Mujeres, para el año 2050 se prevé que, a nivel global, el cambio climático podría llevar a 158 millones más de mujeres y niñas a la pobreza, 16 millones más que el número de hombres y niños. Entendiendo la urgencia, se anunció la creación de la Alianza de Acción Climática y Transiciones Justas con Perspectiva de Género, respaldada por 60 países asistentes a la Conferencia, entre los cuales está Colombia.

Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres se pronunció sobre la importancia de esta alianza, indicando que “los derechos de mujeres y niñas deben ubicarse en el centro de la acción climática” y que se debe escuchar sus voces y darles un lugar en la toma de decisiones con respecto a las estrategias para enfrentar y adaptarse al cambio climático. (Lea: Avances y muchos retos hacia el futuro: un recorrido por un año de objetivos ambientales)

Precisamente con este objetivo, Colombia, de la mano de programas de cooperación de la Unión Europea, han puesto el foco en la situación de las mujeres rurales del país, donde las brechas de género son aún más amplias, pues según la última nota estadística del DANE en este tema, “cuatro de cada diez mujeres rurales se encontraban en situación de pobreza multidimensional en Colombia (37,3 %). Mientras que la diferencia entre la incidencia de pobreza multidimensional en mujeres rurales y en mujeres urbanas es de 24,7 puntos porcentuales en contra de las mujeres rurales”.

Entendiendo la complejidad de estas brechas y reconociendo el hecho de que las mujeres habitan y construyen el sector rural de una manera diferente a la de los hombres, programas como el DRETII (Desarrollo Rural con Enfoque Territorial) de la Unión Europea, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son una apuesta para fortalecer a las mujeres rurales de Colombia y al rol que ellas tienen en el desarrollo rural y sostenible del país, teniendo en cuenta la diversidad en las dinámicas económicas, sociales y culturales de cada región.

En este contexto el Programa articula acciones con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Organizaciones de la Sociedad Civil y las comunidades rurales para fortalecer la política con el enfoque de género como estrategia de la ambición climática nacional y la implementación de la contribución nacionalmente determinada (NDC), de los Planes Integrales de Gestión de Cambio Climático (PIGCC) y de las acciones de mitigación o adaptación.

Este año, el DRET II invitó a tres mujeres, beneficiarias de sus proyectos piloto, a compartir sus experiencias y puntos de vista en el festival de cine verde más importante del país, Festiver, que se celebra todos los años en Barichara (Santander) y que reúne a autoridades del tema ambiental y cinematográfico de todo el mundo.

Intercambiando experiencias, conocimientos y visiones del futuro

Desde San Martín de Amacayacu, en el Amazonas, llegó a Barichara Francisca Santos, mujer indígena Ticuna de 53 años, lideresa de su comunidad, cantora, maestra artesana de cerámica y en sus propias palabras “representante de la fuerza de la chagra, la minga y el papel de las abuelas en la generación del conocimiento propio”. Francisca hace parte del proyecto “La Chagra Biodiversa” del Programa DRET II, implementado por la organización Agrosolidaria, de la mano de Parques Nacionales Naturales de Colombia.

En representación de las mujeres indígenas Wayúu, llegó a Barichara Mayra Quintero, lideresa comunitaria de Barrancas, La Guajira. Mayra es madre cabeza de hogar, artesana y emprendedora. Como parte de una sociedad matriarcal, está vinculada a las labores del hogar, a la tenencia de animales heredados por descendencia y a la elaboración de artesanías tradicionales como mochilas, chinchorros y hamacas. Hizo parte del proyecto “Mujer Rural y Políticas Públicas” del Programa DRET II y la Fundación Alpina.

A estas dos mujeres se unió Patricia Jaimes Sequeda, campesina cacaocultora de Rionegro, Santander. Integrante de la Asociación Agropecuaria de Mujeres Campesinas del Municipio de Rionegro “Zurron’s Cacao de Sabor y Aroma”, desde donde trabaja en el cultivo y la transformación del cacao, produciendo chocolates y artesanías. Actualmente hace parte de otro de los proyectos piloto del DRET II, implementado por la organización Proterritorio, que busca a través de la apropiación de las tecnologías de la información y comunicaciones, contribuir a cerrar las brechas de género en la comunidad y reducir los tiempos de trabajo doméstico no remunerado entre las mujeres cacaocultoras del municipio.

Estas tres mujeres fueron protagonistas del conversatorio “El rol de la mujer como dinamizadora de la conservación”, en el marco de la agenda académica de Festiver 2023, el cual este año inauguró su decimotercera versión con la proyección del documental “Geographies of solitude”, que se centra en la labor de Zoe Lucas, una mujer ambientalista que se dedica a proteger y conservar el ecosistema de la isla Sable, en Canadá.

“De la película me impactó el contraste, porque nosotros vivimos en mundo lleno de árboles y aire limpio, y nos mostró la importancia de conservar. Esta película, posteriormente, nos ambientó para la discusión enfocada en razonar la conservación y sobre la economía del cuidado”, comentó Patricia Jaimes.

Y es que precisamente es la labor de cuidado y de conservación del ambiente lo que une a estas tres mujeres y lo que las hace tan valiosas en la respuesta frente al cambio climático. Cada una desde su territorio actúa como aliada silenciosa del ecosistema, ayudando al planeta y a sus comunidades a ser resilientes frente a las afectaciones de la crisis climática.

“Nosotras recogemos semillas y hacemos viveros para reforestar en comunidad, para que las futuras generaciones conozcan esas plantas y no se pierdan.”, afirmó Francisca Santos en su intervención. Por su parte, Mayra Quintero habló de la situación de su territorio, un resguardo contaminado por la minería: “como mujeres artesanas no queremos ser otro factor contaminante del ambiente, por eso aprovechamos todos los residuos que quedan de los procesos artesanales para fabricar otros productos”.

Así mismo, para Patricia y las mujeres productoras de cacao de su asociación, la conservación es vista como una manera de invertir en el futuro de las generaciones que vienen: “El cacao es un cultivo agroforestal. Las hojas secas de los árboles son materia orgánica que alimenta los cultivos, los suelos, es hogar de nuestras aves y ayuda a conservar nuestras aguas”. Por eso necesitamos estufas ecoeficientes, para no talar árboles”. Respondiendo a esta necesidad, el DRET II entregó la asociación Zurron´s estufas ecoeficientes que además ayudarán a reducir los tiempos que las mujeres dedican a sus actividades diarias.

Desde la COP 28 se resaltó la importancia de este tipo de aportes. Durante su intervención, Hillary Clinton, ex secretaria de Estado de los Estados Unidos dijo que “cuando una mujer tiene acceso a estufas ecoeficientes o paneles solares, esto no solo impacta su vida, sino a sus comunidades y a su país entero”, refiriéndose al apoyo que esto genera en el ambiente y en el trabajo doméstico.

En el conversatorio también participaron mujeres representantes del Ministerio de Agricultura y Ministerio de Ambiente, quienes respondieron a las solicitudes de Francisca, Mayra y Patricia, desde una óptica de mujeres que a su vez provienen de territorios rurales. “Las mujeres rurales tienen afectaciones específicas frente a los efectos del cambio climático, reconociendo esto, el Plan Nacional de Desarrollo plantea cinco transformaciones que tienen como eje la conservación del medio ambiente, para producir de manera responsable y de acuerdo a las visiones de desarrollo que tienen las comunidades desde los territorios, priorizando ecorregiones estratégicas como La Guajira, el Amazonas y el Chocó, entre otras”, aseguró Yacila Perea, representante del Ministerio de Ambiente.

Desde la Dirección de Mujer Rural, Lili Mendoza destacó los encuentros territoriales que se realizaron desde el Ministerio en el marco de la actualización participativa de la Ley 731 del 2002 de Mujer Rural, así como “la necesidad de reconocer las actividades que las mujeres hacen en sus territorios y que no están valoradas ni costeadas dentro de una cadena productiva, y en este sentido la relevancia que tiene el proyecto piloto del DRET II con las mujeres cacaoteras de Rionegro, con las que se está avanzando en la creación de una línea base para valorar aquellas actividades que realizan día a día las mujeres campesinas.

Alimentando nuevas generaciones, proyectos y políticas públicas

La relación de las mujeres rurales con el territorio y la biodiversidad se entrelaza también con las dinámicas socioculturales, reflejándose en temas tan fascinantes como la gastronomía tradicional.

En el marco de Festiver, el programa organizó una experiencia gastronómica protagonizada por Mayra Quintero y Francisca Santos, que prepararon para el público presente tres de las recetas tradicionales de sus culturas: el friche, un plato wayúu a base de chivo y yuca; el merü y el góêrü, platos típicos amazónicos a base de pescado, plátano y yuca dulce. Durante la preparación, ambas mujeres hablaron sobre la cosmovisión de sus culturas, dando un espectro amplio del rol de las mujeres en la producción de alimentos, en la alimentación de la comunidad y en la conservación de esas fuentes de vida, que, como en el caso de la chagra tradicional, provee de alimentos y conocimientos ancestrales.

Para la Agencia Italiana de Cooperación (AICS), promover este tipo de espacios de dialogo entre mujeres rurales contribuye a visibilizar sus experiencias, conocimientos y diversidades culturales. “Las mujeres son gestoras del agua, del bosque y de las chagras, son gestoras de conocimientos ancestrales y transmiten estos conocimientos a las nuevas generaciones, trabajan para conservar las especies autóctonas y se encargan de reforestar. Y todo esto lo hacen mientras cuidan sus hogares y sus familias”, afirma Jessica Congionti, referente en temas de género en AICS. Además, Congionti indica que estos espacios aportan a nuevos proyectos: “Es importante que la formulación de las iniciativas que la cooperación promueve se base en las necesidades efectivas de las mujeres, para que desde sus perspectivas se diseñen programas que, por un lado, no hagan daño a las mujeres, y por el otro aumenten el impacto en sus vidas en una óptica de empoderamiento y reconocimiento de su aporte fundamental. Es importante también que estos diálogos puedan alimentar políticas públicas que sean orientadas al cierre de brechas”.