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Preocupación y nerviosismo. Ese fue el común denominador entre productores y comercializadores de café, cacao, aceite de palma, soja, madera, ganado y caucho a nivel mundial, desde el 29 de junio de 2023, fecha de publicación del Reglamento de la Unión Europea sobre cadenas libres de deforestación (EUDR 1115/2023).
Esta iniciativa, enmarcada en el Pacto Verde, exige a los operadores que quieren continuar comercializando estos productos en la UE, que, a partir del 1 de enero de 2025, cumplan con el Reglamento. En esencia pide tres cosas: garantizar que el lote productivo no haya sido deforestado desde el 31 de diciembre de 2020 en adelante, cumplir con la ley del país de producción, y que el operador haga la diligencia debida para soportar los dos primeros puntos.
Comprometidos con la lucha contra la deforestación y la carbono neutralidad, desde UE hemos determinado que siete materias primas son las principales responsables de la pérdida de bosques a nivel mundial. Como respuesta, decidimos regular el mercado con lineamientos de cero deforestación y legalidad para todos nuestros socios comerciales a nivel global.
Nuestro consumo consciente puede definir el futuro de los bosques. Sin una regulación adecuada, la producción y el consumo en la Unión Europea de estos productos, haría que de aquí a 2030 la deforestación aumente aproximadamente 248.000 hectáreas anualmente. Este Reglamento no es en vano y el compromiso de todos los países productores es fundamental.
¿Cómo está el Colombia? Afortunadamente, está en el grupo adelantado. No hay nada que temer. Aunque la deforestación es un problema, gracias al trabajo del IDEAM sabemos que sus principales causas están relacionadas con actividades como el acaparamiento de tierras, la expansión de la ganadería, los cultivos ilícitos y la minería y tala ilegales. La producción de café, cacao y palma no es un factor determinante en la deforestación colombiana y el país tiene un gran potencial para la producción agrícola sostenible y la agroecología.
Tampoco es un secreto que otros grandes mercados mundiales están siguiendo nuestro modelo y están aprobando reglas similares al EUDR. Por eso, es fundamental para Colombia redoblar sus esfuerzos para garantizar cadenas de suministro sostenibles y posicionarse con una visión de largo plazo en los mercados internacionales.
Colombia tiene una oportunidad de oro. Como Embajador de la Unión Europea me enorgullece ver que se han superado las comprensibles resistencias iniciales, gracias al compromiso de los productores de café, cacao y palma de aceite, quienes actualmente exportan a la UE, y cuyos avances en geolocalización, legalidad y diligencia debida son un ejemplo a nivel mundial. Hemos acompañado a las federaciones, empresas privadas y asociaciones para que conozcan el Reglamento y cuenten con herramientas para seguir exportando. Además, el trabajo del IDEAM en monitoreo de deforestación y la definición de la frontera agrícola que la UPRA son activos públicos fundamentales para informar el debate.
Espero que el segundo país más biodiverso del mundo siga cuidando sus bosques, no solo con esfuerzos de conservación, sino con una perspectiva económica de producción legal y sostenible.