Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Nos encontramos en el trimestre más complejo para nuestros bosques, donde las estructuras criminales aprovechan la temporada seca para llevar a cabo sus operaciones de deforestación. Mientras que en gran parte del país inician las celebraciones navideñas, en ecosistemas clave como la selva amazónica se despliegan la tala y la quema, y con estas una serie de daños ambientales a nuestra fauna y flora silvestres. Por eso, hacemos un llamado vehemente a las comunidades que viven en la Amazonía: mantengan sus predios conservados que el Gobierno va a llegar.
Lea: ABC de la cumbre de cambio climático y el rol de Colombia.
Pese a que las cifras estimadas de deforestación del Ideam para la Amazonía han mostrado un comportamiento de reducción del 70 % a lo largo del 2023 con respecto al año anterior, somos cautelosos frente a estas alertas tempranas, que en departamentos como Guaviare evidencian un aumento en el periodo de julio a septiembre, aunadas a la presencia del fenómeno de El Niño.
Este llamado a que contengamos la deforestación y conservemos los bosques lo hemos enmarcado en los acuerdos sociales realizados con las comunidades del Arco Amazónico. Precisamente, este mes me reuní con líderes, presidentes de juntas de acción comunal y asociaciones campesinas de esta región, a quienes debo reconocer su compromiso y con quienes estamos firmes en el propósito de salvar la selva.
Derivado de estos acuerdos y de los diálogos que hemos sostenido con las comunidades, estamos fortaleciendo nuestro Plan de Contención de la Deforestación por medio de los pagos de servicios ambientales, el desarrollo de una economía forestal y de la biodiversidad, la investigación criminal, la presencia institucional en los territorios y la inclusión de este flagelo en la Paz Total.
Lea también: Colombia inició su camino hacia la reducción y eliminación de plásticos de un solo uso.
En este sentido, seguimos trabajando en 11 de los 22 Núcleos de Desarrollo Forestal y de la Biodiversidad que estamos consolidando en la Amazonía, para los que ya destinamos más de 100 mil millones de pesos y a los que inyectaremos nuevos recursos.
Este plan de contención ha mostrado su efectividad en las cifras de reducción logradas en 2022 y las alertas tempranas de 2023.
Otra de las acciones concretas que llevamos a la Amazonía fue la mesa de trabajo permanente por los derechos territoriales, en conjunto con la ministra de Agricultura, para crear una productividad de la selva con estabilidad jurídica para las comunidades.
Buscamos solucionar conflictos territoriales que se han vivido durante años, con un nuevo enfoque en el ordenamiento territorial alrededor del agua y bajo diferentes mecanismos como las concesiones forestales campesinas, el derecho de uso del suelo, las zonas de reserva campesina y la titulación dentro de la frontera agrícola.
Puede interesarle: El cangrejo sabanero, entre lo exótico y la amenaza a su supervivencia.
También nos reunimos con los nuevos gobernantes de la región para afianzar los acuerdos y articular acciones para el próximo año.
La lucha por conservar la selva no es un trabajo solo del Gobierno, sino un trabajo mano a mano en los territorios, de ir construyendo sobre lo construido con las comunidades para consolidar una nueva economía de la biodiversidad, que cuide el bosque y brinde mejores oportunidades a las generaciones actuales y futuras.
Los invito a que juntos demos un gran paso para que este año la deforestación en la Amazonía colombiana tenga una reducción histórica y avancemos en nuestro propósito de país: salvar la selva.
Por Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible
