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¿Por qué no comprar o usar ramos hechos de palma de cera en Semana Santa?

Durante el domingo de ramos (24 de marzo) se ha vuelto común el uso de la palma de cera. Sin embargo, esta es un especie amenazada.

19 de marzo de 2024 - 08:02 p. m.
Uso de la palma de cera en Semana Santa. / Germán Torres Instituto Humboldt
Uso de la palma de cera en Semana Santa. / Germán Torres Instituto Humboldt
Foto: Germán Torres Instituto Humboldt

Desde este domingo 24 y hasta el 31 de marzo diferentes países, incluido Colombia, celebrarán la Semana Santa. Durante la conmemoración religiosa se ha hecho muy común el uso de la palma de cera, especialmente en el domingo de ramos. Sin embargo, las autoridades ambientales recomiendan no usar esta planta, pues está categorizada como amenazada a nivel nacional (En Peligro-EN), según el Ministerio de Ambiente. (Lea: Solo siete países cumplen con estándar de calidad del aire; Colombia no está entre ellos)

De acuerdo con el Instituto Humboldt y el MinAmbiente, en algunas zonas de los departamentos de Tolima y Quindío, la palma de cera sigue siendo objeto de amenazas derivadas de la expansión de actividades agropecuarias que afectan la calidad y tamaño del hábitat.

En la Semana Santa, es común que las personas usen los cogollos y hojas jóvenes, “porque al ser suaves pueden ser trabajados para la ornamentación”, explica Germán Eduardo Torres, investigador del Centro de Colecciones y Gestión de Especies del Instituto Humboldt.

Por esto, el uso de esta planta para elaborar estos ramos es insostenible, pues estos objetos generalmente se hacen con los cogollos de palmas juveniles, que todavía no tienen tallo. “Estas plantas tienen un crecimiento tan lento, de una o máximo dos hojas por año, que no sobrellevan bien esta extracción. Entonces, aunque un solo evento de extracción no necesariamente produce la muerte de la palma, si se practica de manera continua, puede causar su muerte. Asimismo, en el caso de los adultos, a veces se corta toda la palma para derribarla y así extraer sus cogollos”, agrega Torres.

¿Por qué debemos proteger la palma de cera?

Primero hay que mencionar que la palma de cera es nativa del país; es decir, que se distribuye naturalmente en nuestro territorio; así como en Perú. En áreas de Tolima como Tochecito, se encuentra una alta densidad poblacional, con registros de hasta 270 individuos en una hectárea en localidades con palmares densos. (Lea: Las temperaturas más altas y otros récords ambientales que se batieron en 2023)

Sin embargo, en otras zonas como el Valle del Cocora (Quindío), Tenerife (Valle del Cauca), Roncesvalles y Anaime (Tolima), se ha registrado un  decrecimiento de sus poblaciones, según los últimos estudios, ya que, desde hace 100 años o más, “empezó toda la perturbación por ganado y cultivos que hoy persisten, convirtiéndose en amenazas importantes”, sostiene el investigador del Humboldt.

Esta planta ofrece alimento a muchas especies de aves, como es el caso de loros endémicos amenazados, pavas, tucanes, carriquíes y mirlos. Sus troncos muertos también sirven de hábitat para que muchas aves aniden. Al caer, explica Torres, estos frutos pueden ser consumidos también por diferentes mamíferos silvestres, como las tairas y, en algunos casos, por cerdos domésticos. Además, al igual que otras plantas, producen oxígeno y contribuyen a la fijación de carbono en los ecosistemas.

Otros valores que tiene la palma de cera es que es considerada como una ‘especie sombrilla’, término con el que se considera a algunas especies cuya conservación promueve la supervivencia de otras especies o ecosistemas. Además, tiene una gran importancia en términos espirituales o culturales para diferentes comunidades en el país y hace parte del paisaje de lugares turísticos.

¿Cuáles son las alternativas para sustituir los ramos obtenidos de las palmas de cera?

“Diferentes instituciones, durante muchos años, han adelantado campañas para reemplazar los ramos por el uso de plantas vivas, que puedan ser sembradas luego, como por ejemplo la iraca; aunque también se pueden usar el amero del maíz u otras plantas cultivadas, de crecimiento más rápido y no amenazadas, cuyo aprovechamiento es menos problemático o, inclusive, usar plantas vivas de uso comercial en maceta”, dice Torres.

“La palma de cera del Quindío debe conservarse, no sólo por su importancia cultural al ser uno de los símbolos patrios y, en turismo, un elemento clave del paisaje, sino por su importancia ecológica para aves y otras especies como fuente de alimento”, agrega.

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