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Expertos y gremios han hecho hincapié en que Colombia enfrenta una crisis energética que amenaza con provocar racionamientos y cortes selectivos a partir de 2026. El país opera ya con márgenes bastante ajustados, mientras la demanda crece sostenidamente y los nuevos proyectos no logran materializarse al ritmo necesario. “Estamos estrechos entre la oferta y la demanda, según XM, este año ya estamos 1.4 puntos negativos en energía en firme”, alertó Natalia Gutiérrez, presidenta de ACOLGEN.
En los últimos cinco años, el cumplimiento real de las metas de incorporación de capacidad no ha superado el 20%. Las cifras son claras: mientras en 2020 se proyectaron 2.299 megavatios y solo entraron 361, la tendencia se agravó en años posteriores. En 2021 se esperaban 1.868 megavatios y se registraron apenas 132; para 2024 se proyectaron 5.720 megavatios, pero entraron solo 1.447. “Durante los últimos cuatro años no han entrado casi 4.000 megas de energía, incluyendo La Guajira”, precisó Gutiérrez, una cifra que representa aproximadamente una cuarta parte de la capacidad instalada total del país.
Ante este panorama, el sector energético está a la espera de los resultados de la nueva subasta de expansión, que anunció la CREG para 2026. “Estamos tarde para crecer el parque de generación”, enfatizó Gutiérrez, quien además destacó las subastas como el mecanismo principal para incentivar nuevas inversiones.
Sin embargo, la convocatoria de subastas por sí sola no resolverá los cuellos de botella que han frenado el desarrollo energético. Los retrasos responden a múltiples factores que van desde trámites administrativos hasta problemas logísticos. El 55% de los 123 proyectos de transmisión nacional y regional registra retrasos, siendo la región Caribe la más afectada con 22 proyectos retrasados de 40 en total. Las consultas previas con comunidades se extienden durante años sin resolución clara, mientras que las licencias ambientales mantienen tiempos prolongados que desalientan la inversión.
De hecho, aunque Colombia proyecta pasar de casi 2 mil MW solares en 2024 a más de 10 mil MW en 2028, representando más del 30 % de la capacidad total, la regulación afecta también a los proyectos solares. “Están las corporaciones rechazando los proyectos solares, que se construyen más rápido, los que tienen menos impacto ambiental”, denunció Gutiérrez. Además, para que esta
tecnología pueda aportar energía realmente firme, requiere de sistemas de almacenamiento, los cuales también requieren una regulación específica, de la que también se está a la espera.
Para ser efectiva, la próxima subasta debería considerar condiciones de mercado estables y viables para los inversionistas, situación relevante ante los cuestionamientos expresados por el ministro Edwin Palma sobre el Cargo por Confiabilidad, principal incentivo para las inversiones millonarias y de largo plazo que el sector requiere. “Nos toca hacer inversiones de aquí al 2027 de 13 billones de pesos anuales para poder seguir atendiendo la demanda como está creciendo”, reveló Gutiérrez. Estas inversiones son necesarias solo para mantener el ritmo de crecimiento de la demanda, que oscila entre 2,5% y 3% anual, lo que representa inyecciones de capital importantes.
“Colombia no se ha apagado los últimos 30 años, pero estamos tarde para que esto no nos vaya a pasar como le está pasando a todos los países vecinos”, concluyó la presidenta de ACOLGEN. El país debe actuar ahora o enfrentar las consecuencias de un sistema energético al límite de sus capacidades.