Un pacto para proteger el agua en Nariño

Esta iniciativa es impulsada por el proyecto “Gobernanza del Agua y el Territorio en la región Hídrica del Valle de Atriz”, del programa Euroclima de la Unión Europea.

Foto: Unión Europea

En el departamento de Nariño se ubica la Región Hídrica del Valle de Atriz, una zona estratégica en Colombia por ser corredor Andino, Pacífico y Amazónico, y una zona biodiversa y multicultural, que abarca 11 municipios del departamento y ecosistemas estratégicos locales, regionales, nacionales e internacionales, como el humedal Ramsar La Cocha, el Santuario de Flora y Fauna Galeras y el Páramo Bordoncillo.

Con el fin de conservar el agua en esta región, y de garantizar la protección de estos ecosistemas, se firmó el ‘Pacto Territorial alrededor del Agua’, que busca que el ordenamiento territorial de los 11 municipios que conforman esta región - Pasto, Tangua, Chachaguí, La Florida, Nariño, Buesaco, Yacuanquer, Consacá, Sandoná, El Tambo y Funes-, tenga en cuenta la conservación de las fuentes hídricas para el beneficio actual y futuro de sus 400.000 habitantes.

Esta iniciativa es impulsada por el proyecto “Gobernanza del Agua y el Territorio en la región Hídrica del Valle de Atriz”, del programa Euroclima de la Unión Europea, y fue lanzada durante la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Biodiversidad Biológica (COP16), que se celebró el año pasado en Cali.

Con el Pacto se busca conformar el Consejo Territorial del Agua de la Región Hídrica del Valle de Atriz; construir y presentar el Programa de Ordenamiento Territorial Alrededor del Ciclo del Agua, y fortalecer la participación de municipios, gremios, empresas y comunidades en torno a este propósito.

La iniciativa es impulsada por la Empresa de Obras Sanitarias de Pasto (Empopasto) con el apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que implementan el proyecto de Gobernanza del Agua en Nariño.

“El pacto territorial de ordenamiento alrededor del agua es de suma importancia todo el territorio de Nariño, porque nos ubica en la conciencia colectiva de cuidar el agua y estamos haciendo una alianza estratégica internacional y nacional para lograr conservar esta región tan diversa en lo ambiental y cultural”, afirmó Neyip Javier Oñate, gerente de Empopasto, durante el evento de lanzamiento, que se realizó en el auditorio del Banco de la República en la Zona Verde de la COP16, y a donde asistieron representantes del Gobierno nacional, departamental y municipal, así como del sector privado y la academia.

Otra de las prioridades del Pacto es promover la conservación de los ecosistemas que rodean la Región Hídrica del Valle de Atriz: páramos, subpáramos, bosque alto andino y humedales que albergan una gran biodiversidad, que aportan directamente al bienestar de la población campesina e indígena que habita los territorios rurales, así como de la población que habita en Pasto y en los centros urbanos de los municipios. También se busca aportar al desarrollo económico y agropecuario, a la identidad y la cultura de la región.

Para Lamine Sow, director de AFD en Colombia, quien firmó el pacto en representación de la cooperación internacional, ha sido importante apoyar el proyecto en dos sentidos, pues promueve la gobernanza sostenible del agua y del territorio a través del fortalecimiento de los diferentes actores como Empopasto, y el mejoramiento de la infraestructura de los acueductos de los municipios participantes.

El proyecto ‘Gobernanza del Agua y del Territorio en la Región Hídrica del Valle de Atriz’ hace parte de Euroclima, el programa insignia de la Unión Europea sobre sostenibilidad ambiental y cambio climático con América Latina, que busca reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en la región, promoviendo la mitigación y adaptación al cambio climático, la resiliencia y la inversión.

Conservar el agua para conservar la biodiversidad en territorios afectados por conflictos

El Pacto Territorial también busca resolver y prevenir los conflictos en torno a la gestión, tenencia y conservación del agua. Este fue el tema central de un panel enfocado en el rol del agua para la consolidación de la paz que se llevó a cabo durante la COP16, y en el cual los proyectos de gestión del agua en zonas urbanas que implementa Euroclima presentaron algunos casos y ejemplos que demuestran cómo la planificación y el uso sostenible, justo y equitativo del agua pueden fomentar la cooperación y la coexistencia pacífica.

El evento, titulado ‘De los Conflictos a la Paz: la gestión del agua y la conservación de ecosistemas’, contó con la participación de Gilles Bertrand, Embajador de la Unión Europea en Colombia; Serge Snrech, Director Adjunto de la división de Clima y Naturaleza de la AFD; Mónica Corrales Rodrigañez, la Vocal Asesora del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) AECID; Yanneth Bagarozza, Representante del Ministerio de Ambiente de Colombia, y Neyip Javier Oñate Paz, Gerente de EMPOPASTO.

En sus palabras de apertura, el embajador Bertrand destacó el papel crucial que cumple el agua en la conservación de la biodiversidad y en la resolución de conflictos. Mencionó que involucrar a las comunidades es clave para garantizar un acceso al agua equitativo e incluyente, protegiendo a los ecosistemas.

Las y los participantes también hicieron énfasis en que, para resolver los posibles conflictos en torno al agua, se debe fortalecer el conocimiento, articulando saberes científicos y de comunidades rurales, usando herramientas y métodos innovadores que permitan hacer frente al cambio climático, y que tengan en cuenta el crecimiento demográfico. Sin embargo, este conocimiento tradicional también se ve desafiado por diversos cambios: el cambio en los patrones climáticos, incluyendo las lluvias, la sequía, y el crecimiento poblacional, factores que tienden a desestabilizar estos saberes.

En Colombia, aseveró Oñate, el agua ha sido utilizada como arma de guerra, una herramienta para controlar territorios, poblaciones o presionar al adversario. Los conflictos armados tienen un efecto en el rompimiento del tejido social que es la base fundamental de la gobernanza del agua. Por ello, recomponer el tejido social es uno de los desafíos en estos territorios, recuperar la confianza y trabajar directamente con las comunidades para alcanzar consensos.

En esta línea, las alianzas y el trabajo colaborativo son fundamentales para la gestión del recurso hídrico y protección de la biodiversidad. Trabajar conjuntamente con organizaciones internacionales, nacionales y locales, comunidades, sector privado y academia para la planificación participativa de los territorios es un paso clave, y para ello, coincidieron las y los ponentes, es importante contar con espacios de diálogo, donde se aborden y se resuelvan los conflictos y donde se promueva la gobernanza. No es un camino fácil, pero es necesario para garantizar que el agua, más allá de ser un arma de guerra, se consolide como un instrumento de paz entre las comunidades, y de paz con la naturaleza.