
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Desde el pasado 22 de julio y hasta el 10 de agosto, un grupo de científicos argentinos lidera una expedición sin precedentes en el cañón submarino de Mar del Plata, uno de los más profundos y extensos del Atlántico Sur. La misión, apoyada por el Schmidt Ocean Institute y liderada por el Dr. Daniel Lauretta (Museo Argentino de Ciencias Naturales – CONICET), utiliza por primera vez en esta zona el robot submarino ROV SuBastian, capaz de descender más de 3.500 metros bajo el nivel del mar.
Según puede leerse en la página del Schmidt Ocean Institute, el cañón de Mar del Plata se ubica en la plataforma continental argentina, un área geológicamente activa que sirve de frontera entre dos grandes corrientes: la corriente cálida y salada de Brasil, que fluye hacia el sur desde el ecuador, y la corriente fría y rica en nutrientes de Malvinas, que viene del sur, cargada de aguas subantárticas.
Vea aquí la transmisión en vivo de la expedición
Esta zona de confluencia, conocida como Malvinas-Brasil, es una de las más energéticas del océano global. Allí, la diferencia de temperatura y salinidad genera una fuerte termoclina, que a su vez produce remolinos y turbulencias que redistribuyen calor a nivel planetario. El choque de estas aguas crea además una frontera biogeográfica: al norte dominan especies tropicales, al sur especies templadas, y en el centro, un mosaico único de biodiversidad.
Primeras imágenes directas del fondo oceánico
Aunque misiones anteriores realizadas entre 2012 y 2013 con redes de pesca permitieron identificar nuevas especies, hasta ahora ningún equipo científico había logrado observar directamente los ecosistemas de este cañón. El ROV SuBastian está registrando imágenes en alta resolución, recolectando muestras biológicas, sedimentos, agua y ADN ambiental para analizar qué especies habitan el fondo marino, incluso aquellas que no pueden verse a simple vista.
Se espera encontrar corales de aguas frías, esponjas, crustáceos, peces de profundidad y organismos que podrían ser completamente nuevos para la ciencia. Las primeras inmersiones han comenzado en la pared norte del cañón, a 2.782 metros de profundidad, y continuarán en ascenso hasta unos 1.700 metros.
¿Qué buscan los científicos?
Además de capturar fauna con pinzas robóticas, el equipo instaló trampas para crustáceos y zooplancton, recolecta ADN ambiental y toma muestras del fondo para analizar el ciclo del carbono y la presencia de plásticos y microplásticos. Esto último, según el Schmidt Ocean Institute, es clave, pues el cañón está frente a la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, con más de 17 millones de habitantes.
Estas observaciones también permitirán entender mejor cómo se conectan las especies de profundidad con las capas superiores del mar, y cómo se ven afectadas por la actividad humana y el cambio climático.
Todas las inmersiones del ROV SuBastian son transmitidas en vivo por el canal de YouTube Schmidt Ocean Institute, permitiendo que cualquier persona en el mundo pueda observar en tiempo real el fondo marino argentino. Esta es también una oportunidad para formar nuevos investigadores, como ya ocurrió con las expediciones anteriores que impulsaron las carreras de decenas de estudiantes.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜