A pesar de las múltiples advertencias sobre el calentamiento global provocado por la actividad humana y sus profundas consecuencias ambientales, económicas y sociales, la humanidad no ha actuado con la urgencia necesaria. El planeta continuará calentándose en los próximos años. Así lo advierte la actualización climática anual y decenal publicada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la entidad especializada de las Naciones Unidas encargada de coordinar las actividades internacionales relacionadas con el clima, la meteorología, la hidrología y las ciencias geofísicas conexas.
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La Actualización de este año incluye 220 miembros del conjunto de modelos aportados por 15 institutos diferentes, incluidos cuatro centros de producción mundial, como el Centro de Supercomputación de Barcelona, el Centro Canadiense de Modelización y Análisis del Clima, el Deutscher Wetter Dienst y el Servicio Meteorológico del Reino Unido.
Según los pronósticos que se detallan en el informe de la OMM, la media anual de la temperatura mundial cerca de la superficie para cada uno de los años del intervalo comprendido entre 2025 y 2029, será entre 1,2 °C y 1,9 °C superior a la media del período 1850-1900. Hay, también, una probabilidad del 80 % de que al menos un año entre 2025 y 2029 sea el más cálido jamás registrado, superando incluso el valor del año 2024.
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Hay que recordar que los científicos creen que el año pasado fue, probablemente, el primer año natural en superar en más de 1,5 °C la media del período 1850-1900, dado que la temperatura media mundial cerca la superficie estuvo 1,55 ± 0,13 °C por encima de la media de 1850-1900. Fue, por tanto, el año más cálido desde que empezaron a registrarse los valores de temperatura hace 175 años. ¿Por qué el límite siempre es 1,5 °C? En virtud del Acuerdo de París, los países se comprometieron a mantener el aumento de la temperatura media mundial en superficie a largo plazo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y de proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C.
La comunidad científica, reunida en instancias como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), un organismo creado en 1988 por la OMM y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha repetido una y otra vez que superar ese umbral de 1,5 °C puede agravar los fenómenos meteorológicos extremos y las consecuencias del cambio climático, y que cada fracción de grado de calentamiento cuenta.
“Los diez últimos años han sido los diez años más cálidos jamás registrados. Desafortunadamente, este informe de la OMM no anticipa una mejora de las condiciones en los próximos años, y ello conlleva consecuencias cada vez más negativas para nuestras economías, nuestra vida cotidiana, nuestros ecosistemas y nuestro planeta”, declaró la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett. “El monitoreo permanente y la generación de los correspondientes pronósticos son esenciales para dotar a las instancias decisorias de instrumentos y datos de índole científica en los que fundamentar las medidas”, afirmó.
Las proyecciones del informe no son nada alentadoras. Hay una probabilidad del 70 % de que el calentamiento medio quinquenal del período 2025-2029 sea superior a 1,5 °C. Esa cifra supone un incremento del 47 % respecto al porcentaje presentado en el informe del año pasado (correspondiente al período 2024-2028) y del 32 % en comparación con el porcentaje del informe de 2023 (relativo al período 2023 2027). “Con cada nueva fracción de grado de calentamiento, las olas de calor son más dañinas, las precipitaciones más extremas y las sequías más intensas, se acelera la fusión de los mantos de hielo, el hielo marino y los glaciares, y aumenta el calentamiento del océano y la subida del nivel del mar”.
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Entre los aspectos más relevantes del informe, se prevé que el calentamiento del Ártico durante las próximas cinco temporadas invernales extendidas (de noviembre a marzo) supere en más de tres veces y media el promedio mundial, alcanzando los 2,4 °C por encima de la media del periodo de referencia 1991-2020. En cuanto al hielo marino, las predicciones para los meses de marzo entre 2025 y 2029 apuntan a nuevas reducciones en la extensión del hielo en el mar de Barents, el mar de Bering y el mar de Okhotsk.
Por otro lado, la configuración esperada de las precipitaciones entre mayo y septiembre sugiere un aumento por encima del promedio en regiones como el Sahel, el norte de Europa, Alaska y el norte de Siberia, mientras que se anticipan condiciones más secas de lo habitual en la Amazonía. Asimismo, en los últimos años —con excepción de 2023— se han registrado precipitaciones superiores a la media en Asia meridional, una tendencia que probablemente se mantendrá entre 2025 y 2029, aunque no necesariamente se repetirá en todas las temporadas dentro de ese periodo.
El calentamiento global ya está acá y produce mueres
Los científicos insisten, cada vez con más fuerza, en que los efectos del cambio climático no son una amenaza futura: ya están ocurriendo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, ha señalado con bastante claridad que el cambio climático representa la mayor amenaza para la salud mundial en el siglo XXI. Según el organismo, tan solo considerando algunos indicadores clave, podrían registrarse 250.000 muertes adicionales al año en las próximas décadas como consecuencia directa del cambio climático.
¿Por qué? La salud se será afectada por los cambios de clima a través de impactos directos (olas de calor, sequías, tormentas fuertes y aumento del nivel del mar) e impactos indirectos (enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, inseguridad alimentaria y del agua, desnutrición y desplazamientos forzados).
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El 16 de mayo de 2024, por ejemplo, reportamos en este periódico la publicación de una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Monash (Australia) en la que se desarrolló el primer mapa mundial de la mortalidad relacionada con las olas de calor durante tres décadas, de 1990 a 2019. Los expertos descubrieron que estos ciclos provocaron más de 153.000 muertes adicionales, casi la mitad de ellas en Asia. Allí señalaban que, en comparación con 1850-1990, la temperatura global de la superficie ha aumentado un 1,14 ºC en 2013-2022. Y que dicho aumento se ha relacionado con un incremento de las olas de calor que están aumentando en frecuencia, gravedad y magnitud.
“En el mundo cada vez hay más olas de calor con periodos más largos y mayor intensidad. Sin embargo, aún no disponemos de estadísticas sobre cuántas muertes causan”, explicaba a la Agencia SINC el autor de esa investigación, Yuming Guo, quién resaltó: “Conocer el número es crucial para la gestión de la salud pública y elaboración de políticas, la asignación de recursos, la sensibilización de la población, la promoción de la equidad sanitaria y el avance de la investigación científica”. Las olas de calor se producen cuando en un lugar se suceden días y noches de calor excesivo durante un periodo prolongado.
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