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Cambios de temperatura del mar afectarán presencia de pulpos y calamares

Según un estudio publicado por la revista Hydrobiologia, estos invertebrados marinos son muy sensibles a los factores externos y muestran una alta plasticidad a cambios en las condiciones ambientales.

EFE
16 de junio de 2015 - 11:19 p. m.
Archivo EFE / Archivo EFE
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Los investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han revelado que los cambios moderados en la temperatura del mar tienen un efecto importante en la presencia y distribución de las poblaciones de cefalópodos como pulpos, potas y calamares.

La revista “Hydrobiologia” ha publicado un estudio sobre los efectos de las condiciones oceanográficas sobre la distribución de las larvas de cefalópodos en el Mediterráneo, realizado en el marco del proyecto “Life+Indemares”, según ha comunicado el IEO.

Mediante paralarvas capturadas alrededor de las Islas Baleares durante dos veranos consecutivos, en 2004 y 2005, y caracterizados por condiciones oceanográficas muy diferenciadas, los investigadores han buscado determinar en qué medida esos escenarios tan contrastados afectaron a la distribución espacial de las paralarvas.

El estudio ha revelado que los cambios moderados en la temperatura del mar tienen un efecto importante en la presencia y distribución de las poblaciones de paralarvas, lo que puede tener profundas implicaciones en el contexto del actual calentamiento global, destaca el IEO.

Una de las autoras del artículo, Núria Zaragoza, ha explicado que “este hecho es especialmente relevante en el Mar Mediterráneo, que se espera que sea una de las regiones más afectadas por el cambio climático”.

Ciclos biológicos cortos

Los cefalópodos tienen ciclos biológicos relativamente cortos, ya que la mayoría de especies muere al año de vida, una vez finalizada la reproducción, por lo que sus poblaciones son muy sensibles a los factores externos y muestran una alta plasticidad a cambios en las condiciones ambientales.

Por este motivo, los cefalópodos son consideraros unos buenos indicadores ambientales.

El estudio detalla que las contrastadas condiciones oceanográficas de los veranos de los años 2004 y 2005 provocaron diferencias en la circulación marina y en la temperatura del agua, siendo 2005 mucho más cálido y con menos actividad hidrográfica que 2004.

Esas diferencias se reflejaron en la distribución espacial y la frecuencia de aparición de cada uno de los taxones. Por un lado, la presencia de los taxones más abundantes (pulpos, potas y calamares) fue mayor en el año 2005 que en 2004, y pudo deberse a que las condiciones más cálidas favorecieran tanto el éxito de la reproducción de los adultos como el crecimiento de las paralarvas.

Además, la distribución espacial de las paralarvas fue más uniforme durante 2005 debido posiblemente a la poca actividad hidrográfica en comparación con 2004.

No se encontró un factor ambiental que afectara por igual a las diferentes especies, lo que apunta a diferencias en la sensibilidad de cada una de ellas a las condiciones ambientales.  

Por EFE

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