Desde 1950 el nivel del mar ha subido de manera constante en Cartagena. Hoy su tasa de ascenso es la segunda más alta de todo el Caribe, después de Haití, y es tres veces mayor que la de Panamá, su vecino geográfico y geológico. Cada año el nivel aumenta 7 milímetros (mm), de los cuales el cambio climático solo es responsable de 3,2 mm. ¿Por qué está sucediendo esto? ¿Qué está causando los 4 mm restantes? (Lea Es un hecho: la bahía de Cartagena es un paciente terminal)
El Proyecto Basic, una investigación que reunió a científicos de las universidades e instituciones nacionales y extranjeras, entre ellas la EAFIT, la de Cartagena y la de Los Andes, intentó resolver esa pregunta. Tras estudiar el cambio climático en la Bahía de Cartagena y analizar los datos de estaciones geodésicas permanentes (GPS) instaladas en tres puntos de la Bahía, imágenes satelitales y mareógrafos, encontró la respuesta: la ciudad se está hundiendo. Sus resultados se publican en la revista Scientific Reports, del grupo Nature. (Le puede interesar: Reforma tributaria, ¿embolatará de nuevo la plata del impuesto al carbono?)
“Si saco agua del suelo subterráneo, petróleo o gas, los suelos se compactan por el peso y porque ese espacio queda vacío”, explicó Juan Darío Restrepo, oceanógrafo y profesor investigador de EAFIT, en la socialización de los resultados hace unos días en Cartagena.
Además, Mamonal, Tierrabomba, Barú y la Bahía de Cartagena están sobre al menos 45 volcanes activos de lodo, fenómeno que los geólogos llaman diapirismo. Así, entre 2017 y 2020, la Ciénaga de la Virgen, Pasacaballos y Bocagrande reflejan las tasas más altas de hundimiento.
En 2050, por culpa solo del cambio climático, el nivel del mar será 26 centímetros más alto que ahora. “Con un pequeño mar de leva se duplica; con cualquier brisa sus calles se podrían inundar”, dijo Restrepo. Pero si se le suma el hundimiento del terreno, serán 35 centímetros. A 2100 la elevación llegará a un metro.
El estudio fue acompañado por el geofísico Shimon Wdowinski, de la Universidad Internacional de Florida, uno de los científicos que demostró el riesgo en que estaba el edificio Champlain Towers South, de Miami, que se desplomó el pasado 24 de junio.
En diálogo con El Espectador, Wdowinski confirmó que los procesos naturales, incluido el vulcanismo de lodo y la compactación de sedimentos, producen el hundimiento observado en Cartagena. Y si bien “es poco probable que los humanos puedan detener el hundimiento en Cartagena, pueden desempeñar un papel importante en la desaceleración de la tasa de aumento del nivel del mar y las futuras inundaciones en Cartagena al reducir la tasa de emisiones de carbono, como han defendido muchas organizaciones, incluido el IPCC”.
Por su parte, el geodesta Héctor Mora, del Servicio Geológico Colombiano y coinvestigador en este estudio, dijo que “cuando hay exceso de humedad y se le pone el peso de las edificaciones, se compacta bastante” el terreno. Y agregó que la estimación cuantitativa de los valores posibles de subsidencia o hundimiento en Cartagena se basó en la combinación de datos recolectados durante varios años en tres estaciones de GPS ubicadas en Barú, en el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) en Manzanillo y en el Canal del Dique, con los resultados del procesamiento de imágenes de radar de los satélites de observación de la Agencia Espacial Europea Sentinel 1 y del Centro Aeroespacial Alemán, TerraSAR X. Así se afinaron los datos obtenidos.
Pero la geología de Cartagena también demuestra que hay fallas tectónicas en el subsuelo, que son como “las cicatrices de la evolución del planeta, que se mueven de manera muy lenta”, explicó Restrepo. Eso no significa que habrá terremotos, advirtió, “pero sí desplazamientos horizontales y verticales adicionales debidos a estas fracturas”.
Lo cierto es que cada vez habrá más inundaciones por las calles de la ciudad y de las poblaciones vecinas y aunque estemos a más de 75 años de lo que las modelaciones indican, es necesario tomar medidas como prohibir el crecimiento de la ciudad en algunas zonas y ser muy cautos en la inversión de puertos; es decir, tener un POT que tenga en cuenta las conclusiones del estudio.
“Tenemos que prepararnos para el futuro”, remató el oceanógrafo Restrepo. “Posiblemente Cartagena es el sistema ambiental más complejo que hay en Colombia”. En ese sentido, propone planes de expansión de las estaciones GPS para continuar monitoreando el subsuelo y sus consecuencias en la superficie y en el nivel del mar de diferentes sectores de Cartagena.
Sobre las conclusiones del estudio, Álex Saer Saker, director de cambio climático y gestión del riesgo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, dijo: “Los resultados nos invitan a pensar que la planeación y la política de la ciudad tienen que ser enfocadas a la adaptación. A cómo protegemos los espacios construidos, comunidades e infraestructuras, para que Cartagena pueda ser viable en unos cuantos años, porque no solo se afectarían sus medios de vida, sino también sus medios de desarrollo: turismo, comercio, industria”.
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