La Cumbre del Clima (COP25) empezó en España con tensión en el aire, luego de que la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, decidiera reabrir el debate de las condiciones de “especial vulnerabilidad” que sufre el continente africano.
Por años los países africanos, latinoamericanos y asiáticos se han enfrentado en el aspecto diplomático en estas cumbres, pues los primeros han pretendido ser declarados como los más vulnerables para así acceder a mayores recursos para financiar sus planes de adaptación y mitigación del cambio climático.
Las delegaciones de los países latinos que participan en la cumbre que se celebra en España se vieron sorprendidas con la decisión que tomó la ministra Schmidt, al permitir que se reabriera esa vieja discusión por petición de los africanos. Las delegaciones latinas no esperaban que un aliado por décadas “traicionara” esa postura política ahora que dirige las negociaciones. En los corredores donde se mueven los hilos diplomáticos de las conversaciones la decisión cayó muy mal entre los grupos de Latinoamérica.
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La raíz del problema realmente está en la financiación que cada continente recibe para mitigar las afectaciones ambientales. Una iniciativa que comenzó en 2010, coordinada por el Fondo Verde del Clima (FVC), un programa que busca dar dinero a los países en vía de desarrollo que no pueden destinar recursos propios a proyectos, programas, políticas y otras actividades preventivas para efectos del Cambio Climático.
Para muchos representantes de otros países latinoamericanos la decisión tomada por Chile fue interpretada como una afrenta para los colegas del mismo continente, pues además de ser un tema debatido con anterioridad, de alguna forma se ponen en segundo plano las necesidades suramericanas que tampoco son menores. Actualmente se estima que el continente africano recibe una aproximado de 2,6 billones de dólares y Suramérica 1.3 billones.
Todo indicaba que África llegaría a la COP con una idea clara: aumentar su acceso a los recursos otorgados por el Fondo Verde Climático. Así lo hicieron saber el pasado mes de noviembre luego de que culminara la Conferencia Ministerial Africana sobre el Medioambiente (AMCEN, por sus siglas en inglés) que tuvo lugar en Durban (Sudáfrica): "Los países africanos afectados por estos eventos extremos y graduales son los países con menos capacidad y más retos de desarrollo. Esa provisión y movilización de financiación climática de los países desarrollados debe implicar un avance más allá de los esfuerzos previos".
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Por ahora, la COP25 seguirá su curso en la ciudad de Madrid (España) hasta el próximo 13 de diciembre, y las más de 25.000 personas, representantes de países de todo el mundo, tomarán decisiones determinantes para poder mitigar los inminentes cambios climáticos.
Las delegaciones de los países latinos creen que ahora la presidencia de la COP en manos de Chile tendrá que trabajar para reconstruir la confianza con sus vecinos. A medida que pasa el tiempo ha ido quedando más y más claro que la vulnerabilidad frente a los eventos climáticos asociados al calentamiento global están por todas partes.