Ciudades, el epicentro para frenar el cambio climático

Para 2050 se espera que el 70% de la población mundial viva en centros urbanos. Líderes de 30 ciudades se reúnen en Buenos Aires para hablar de cambio climático, transporte, empleo y otros retos conjuntos.

Pablo Correa
29 de octubre de 2018 - 05:08 p. m.
Cortesía Paulina Chamorro.
Cortesía Paulina Chamorro.

“Somos la primera generación en sentir el impacto de cambio climático y la última que puede hacer algo para frenarlo”. La frase, que se repite cada día con más frecuencia, fue traída a colación por Eduardo Machiavelli, ministro de Ambiente y Espacio público de Buenos Aires, durante la Primera Cumbre de Alcaldes Urban 20 en la capital argentina. Un mensaje que esume la preocupación y urgencia compartida por alcaldes y líderes locales alrededor del mundo.

Machiavelli, uno de los anfitriones del evento, recordó también que las ciudades “tan sólo ocupan el 2% de la superficie del planeta pero generan cerca del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero”. Eso significa que son grandes responsables del cambio climático pero también un punto de partida crucial para la solución.

Los  34 alcaldes y representantes de ciudades globales que se han dado cita en Buenos Aires, pretende entregar al Presidente de Argentina Mauricio Macri una declaración conjunta para que sea presentada en en la cumbre del G20, que tendrá lugar en esta misma ciudad en un mes.

Buenos Aires, que planea convertirse en la primera ciudad con alumbrado público alimentado por energía renovable, que ha expandido en 110 hectáreas su espacio verde y ya procesa y recicla alrededor del 80% de sus residuos, como lo destacó Franco Moccia,  Ministro de Transporte y Desarrollo Urbano, tiene sus propios desafíos en tiempos de cambio climático. Su principal vulnerabilidad son las inundaciones. La ciudad, que fue construida sobre el lecho de 11 arroyos, se inunda con facilidad ante lluvias intensas. Hace unos 15 años se diseñó un plan hidráulico para hacer frente a esa contingencia.

Michael Berkowitz, Presidente de la organización 100 Ciudades Resilientes, apuntó durante su presentación que “la capacidad de las ciudades para sobrevivir a desastres no viene sólo de la infraestructura sino también de la cohesión social, su capacidad de generar empleo y satisfacer necesidades básicas a la población”. Recordó que hace dos años, cuando París se prepararaba para la Cumbre de Cambio Climático, un atentado terrorista y el fenómeno de las migraciones le recordaron a los parisinos que los desafíos no son sólo climáticos.

“Es fácil para los ingenieros decir cuáles son van a ser los lugares con inundaciones en 100 años, qué se debe construir para eso, pero no es fácil definir qué construyes para promover la equidad en la población”, dijo Berkowitz.

En ese sentido la ciudad de Hamburgo, en Alemania, definió a través de un referendo que la ciudad debería remunicipalizar algunos de los servicios básicos que había privatizado años atrás. Esto por una razón muy sencilla: en manos de las empresas privadas sería imposible hacer la transición hacia energías limpias pues se reduciría su margen de ganancia. Con la nueva determinación política, una empresa pública podrá abandonar el carbón y apostar por una combinación de energía geotérmica, gas y combustión de residuos.

“Cada vez hay más conciencia de las ciudades por avanzar en agenda climática. La pregunta es cómo permitimos que ocurra”, señaló Mauricio Rodas, alcalde de Quito. Para él el mayor desafío está en los esquemas de financiación para permitir esto pues muchas veces los gobernantes locales no tienen una buena relación con el gobierno nacional y eso bloquea su acceso a recursos de fondos internacionales.  

Rodas apuntó que Quito está intentando que en su centro histórico sólo circulen vehículos eléctricos en un futuro próximo. “Creemos que la conexión que existe entre los ciudadanos con su centro histórico, debe permitir hacer un efecto de demostración para que luego sea replicado en otras áreas y ciudades”.

Sergio Bergman, Secretario de ambiente y desarrollo sostenible de Argentina, comentó que “es importante que la ciudad lidere lo que los Estados todavía no pueden. La integración vertical no es de arriba hacia abajo sino de abajo hacia arriba. Si bien es cierto que hay acuerdo global con acción local, la única solución está en las ciudades”.

Para Jennifer Doherty, cspecialista en clima del Banco Interamericano de Desarrollo, “las emisiones que se van a emitir en 20 años serán producidas por la infraestructura que se está montando hoy”. Explicó que por esta razón el BID ya comenzó a alinear la inversión a partir de las Contribuciones Nacionales Determinadas, es decir, la meta de cada país para reducir sus emisiones.

Por Pablo Correa

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