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Colombia desaprovecha la energía solar, pero hay una solución a la vista. ¿Funcionará?

Los paneles solares que hay en el país no producen energía en horas en las que los hogares más la necesitan. Para resolver ese problema, el Gobierno está cerca de sacar un decreto que busca abrirle las puertas a una solución sencilla: comprar baterías para almacenar la energía, aprovechando que su precio en el marcado cayó.

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29 de diciembre de 2025 - 02:01 a. m.
Toma aérea del Parque Solar Fotovoltaico La Unión, uno de los proyectos de energía renovable inaugurados en los últimos años. / Presidencia
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Foto: Presidencia
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En los últimos meses, el Gobierno ha anunciado en varias ocasiones que las energías renovables, principalmente la solar, han alcanzado cerca del 10 % de la capacidad energética de Colombia. Desde 2022, el país ha pasado de tener una capacidad de alrededor de 200 megavatios (MW), que podrían abastecer a unos 70.000 hogares al año, a tener cerca de 3.000 MW, más de dos veces la capacidad de Hidroituango, el proyecto más grande del sistema eléctrico nacional.

Pero, hay que tener presentes unas consideraciones a la hora de hablar de esa capacidad para generar energía renovable. La primera es que la energía eólica, como hemos contado en varios artículos, se estancó desde hace varios años y hoy tiene más de 23 proyectos con retrasos importantes, y solo dos generando electricidad, aunque en período de prueba. La segunda es que la producción solar, la que más ha crecido durante el Gobierno Petro y que dio lugar a los anuncios de los últimos meses, tiene sus horas de mayor generación entre las 10:00 a.m. y las 3:00 p.m.

Lo invitamos a leer: La nueva discusión que se avecina con la producción de hidrógeno en Colombia.

Eso ha hecho que gran parte de la energía solar no pueda aprovecharse, cuando en Colombia, los hogares consumen energía, principalmente, entre las 6:00 p.m. y las 10:00 p.m. A esa hora, la mayoría de familias llegan de la jornada laboral, ven televisión, cargan sus celulares y encienden otros electrodomésticos, como lavadoras o computadores. Pero, como los paneles solares no pueden generar energía en ese período, el sistema debe recurrir a otras fuentes, como la hidroeléctrica o las plantas de generación térmica, que operan con gas y carbón.

Por ese motivo, el gremio de empresas de energías renovables, SER Colombia, ha insistido desde inicios de 2025 en que las baterías para almacenar la energía que produce el Sol podrían garantizar que esté disponible para las horas de mayor demanda. Sus propuestas parecen haber tenido eco, pues el Ministerio de Minas y Energía está preparando un decreto con el que le daría vía libre a estos proyectos para instalar sistemas de almacenamiento. Se trata de equipos con baterías de litio, transformadores y conversores de energía, que guardan la producción de los paneles para entregarla horas más tarde al sistema.

La iniciativa podría reducir las tarifas de energía y desincentivar el uso de plantas térmicas, que son las que generan mayor impacto ambiental. Sin embargo, según el gremio, la norma limitaría la disponibilidad de proveedores de baterías al delegarles únicamente a estos la obligación de ocuparse de que las baterías no terminen en un relleno sanitario cuando dejen de utilizarse. Piden que las empresas también puedan asumir esa responsabilidad.

¿Cómo será la implementación de las baterías en los proyectos de energías renovables en Colombia? Esto es lo que plantea el Minminas.

La caída en el precio de las baterías

La discusión que atraviesa Colombia hoy, de integrar baterías a sus proyectos de energía renovable, ha ocurrido en otros países de la región, que han tomado la decisión de darle vía libre a estas tecnologías. “Hoy, Chile es el país más avanzado de América Latina en sistemas de almacenamiento de energía. En México también se están dando pasos importantes, y ahora es obligatorio que los proyectos de energías renovables incluyan baterías”, afirma Wilmar Suárez, analista de Ember Energy, un centro de estudios sobre la transición energética en el mundo.

En otros países, como Estados Unidos, es un tema que se está impulsando hace varios años. El Estado de California, por ejemplo, celebró a mediados de 2025 que cubren cerca del 10 % de la demanda de energía en las horas de mayor consumo con baterías asociadas a proyectos solares o eólicos. Entonces, ¿por qué, a pesar del avance en energía solar, Colombia no ha integrado estos sistemas a su producción de electricidad?

Para Adrián Correa, docente de la Universidad Distrital y exdirector de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), “Colombia es un país que siempre se ha demorado en tener políticas que se alineen con las innovaciones tecnológicas en energía”.

Una muestra de eso, dice, es que la primera ley de energías renovables del país empezó a regir en 2015, mientras que gran parte del mundo impulso estos proyectos 15 años atrás. Pero, en cuanto a las baterías, podría haber otro motivo: “si vemos los precios que tenían hace cinco o 10 años, no eran competitivas”.

En los últimos 13 años, los precios de los sistemas de almacenamiento han caído a cerca de una octava parte. Según cifras de BloombergNEF, que recopila datos sobre las materias primas para la transición energética, en 2013 costaba USD 827 producir un kilovatio hora (kWh) de energía. Con corte al pasado 9 de diciembre, ese mismo indicador reportó un precio de USD 108. Solo entre 2023 y 2025 se registró una disminución de USD 40 en el precio del kWh para sistemas de almacenamiento.

Eso ha hecho que sea más rentable para una planta de energía solar incluir baterías en su proyecto, algo que hace cuatro años era inviable financieramente. Alexandra Hernández, directora de SER Colombia, asegura que hay un apoyo generalizado en el sector a la implementación de estos sistemas. La normativa que prepara el Minminas, añade, “es un reconocimiento de que la reglamentación para el almacenamiento es urgente para la transición energética”. Sin embargo, considera que hay varias cosas importantes para que esa normativa funcione. Una de ellas es definir cuánto se pagará por la energía almacenada en baterías.

Baterías vs. Combustibles fósiles

Cuando un país empieza a implementar sistemas de almacenamiento, ocurre algo que Correa llama un “círculo virtuoso”. Por una parte, porque dejan de perderse grandes cantidades de energía que se producen alrededor del mediodía, pero que antes no se utilizaba. Por otra parte, teniendo en cuenta la caída de los precios, porque es posible pagar menos por cada kilovatio que se genera.

“Es algo que desincentiva comprarle a las plantas más costosas. ¿Cuáles son esas? Las que producen con gas y carbón. Entonces, se solucionan problemas logísticos, pero también se evita una generación más costosa y contaminante”, asegura el exdirector de la UPME.

En los países en los que se ha implementado, explica Suárez, el principal beneficio es que “baja el precio del componente de generación, y eso tiene un efecto de disminución en la tarifa de energía eléctrica”. Tanto él, como Correa, coinciden en que es muy pronto para saber de cuánto podría ser esa disminución.

Hernández, de SER Colombia, destaca dos aspectos claves, que podrían influir en qué tanto disminuyen las tarifas. El primero está en manos de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), que tendría nueve meses para definir cuánto se le va a pagar a las empresas por cada kilovatio almacenado que entreguen al sistema eléctrico. Cuando eso esté claro, y si es un precio que permita que las empresas tengan rentabilidad, a la vez que compiten con los precios de las térmicas de gas y carbón, “la norma se convertirá en un habilitador clave para viabilizar nuevos proyectos y fortalecer la entrada de inversión en el sector”, señala la directora del gremio.

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El segundo punto es que, como solicitaron en uno de los comentarios que enviaron al Minminas sobre el borrador de decreto, hay que “revisar el esquema que asigna las obligaciones ambientales exclusivamente a fabricantes o importadores”. Como lo plantea el Minminas, serán los proveedores de baterías quienes deberán encargarse de gestionar su disposición final, cuando cumplan su vida útil, para evitar impactos ambientales por contaminación con alguno de sus componentes, como el litio.

“Proponemos permitir que los propietarios y operadores asuman también estas responsabilidades de gestión de residuos. Esto ampliaría las alternativas operativas sin comprometer los estándares ambientales. Mantener la restricción actual podría limitar la oferta de proveedores y elevar los costos de cumplimiento para toda la cadena”, advierte Hernández.

El Minminas ya recibió los comentarios de este gremio y de otros actores de sector. Se espera que publique una versión definitiva del decreto en los próximos días, dándole luz verde a la entrada de baterías para las energías renovables en 2026.

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