Estos fueron algunos de los datos que arrojaron los Atlas Climatológico, Radiación y de Viento que fueron presentados ayer por el Ideam con la colaboración de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
La herramienta interactiva, que puede encontrarse de forma gratuita en la página del Ideam o ser descargada directamente desde una tableta, organiza la información sobre la precipitación de lluvias, la dirección del viento y la radiación solar, entre muchas otras, por ciclos mensuales y a nivel regional. Una escala que según explicó su director, Ómar Franco, les va a permitir a las entidades territoriales saber cuál es la ruta que deben seguir a la hora de tomar decisiones.
En este país estamos realizando una agricultura más histórica que técnica. La gente cultiva en cierta región porque saben que ahí cultivaron sus parientes, pero muchas veces no son las mejores especies que se adaptan a esa condición”, explicó Franco. “Por esto la información que estamos dando sobre áreas con riesgo de heladas, mayor sequía o humedad, puede ser útil para replantearse estas costumbres”.
El cruce de información que realizó el Ideam a través de sus estaciones meteorológicas, 296 sensores de brillo solar y 305 nanómetros sobre la superficie terrestre, resultó en el diseño de 429 mapas relacionados con la climatología del país, 264 mapas que explican la situación del viento y 78 mapas sobre la radiación solar. Un resultado que no solo es útil para la agricultura, sino que permite plantearse las alternativas que se tienen para el diseño de energías renovables. “El 80 % de la energía de Colombia viene de fuentes hídricas. Sin embargo, hay un reto mayor en conseguir potencializar lo eólico y la radiación solar para poder incrementar nuestra matriz energética”, afirmó Jorge Valencia, director de la UPME.
Además, datos como que los más bajos promedios de la columna total de ozono se encuentran en las cordilleras, pueden ser un referente para el diseño de políticas públicas en salud, ya que la población en esta área es más vulnerable a la radiación ultravioleta, explico Franco.
Ahora el reto está en que esta información no sea ignorada. Para Julio Carrizosa, una estrategia ideal para que estos datos se tengan en cuenta es empezar a promoverlos desde la educación primaria. Además, el país debe romper con el dogma de que la investigación científica solo debe quedar en manos de las grandes economías para que a nosotros nos llegue gratis. “Al científico aquí solo lo ven como alguien que se debe tener para dar la imagen de que sé es un país culto,” afirmó.