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Un equipo del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA) halló una punta de flecha incrustada en una costilla humana durante la campaña de excavación de junio en el yacimiento del Roc de les Orenetes, ubicado en el municipio de Queralbs, en los Pirineos de Girona, a más de 1.800 metros de altitud. La excavación es dirigida por el investigador Carlos Tornero, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y del IPHES-CERCA.
El hallazgo fue localizado en un sepulcro utilizado hace más de 4.000 años. El proyectil, elaborado en sílex, impactó por la espalda y permanecía alojado en el hueso, que presenta signos de regeneración. Según los investigadores, esto indica que el individuo sobrevivió durante un tiempo tras el impacto.
El sitio arqueológico fue identificado en los años 60 y ha sido excavado de forma sistemática desde 2019. Contiene los restos óseos de más de 60 personas, probablemente pertenecientes a una comunidad de pastores que utilizó la cueva durante al menos dos siglos. Los estudios liderados por Miguel Ángel Moreno, especialista en osteoarqueología de la Universidad de Edimburgo, han determinado que el grupo incluía hombres, mujeres y niños, con estructuras óseas asociadas a actividades físicas intensas.
Durante investigaciones anteriores, se habían identificado lesiones en algunos esqueletos, como marcas de corte y fracturas con indicios de haber sido provocadas por herramientas como hachas o cuchillos. Sin embargo, hasta este hallazgo no se había confirmado el uso directo de flechas en heridas humanas. La pieza localizada es idéntica a otras puntas de flecha encontradas en el yacimiento.
El análisis preliminar indica que la trayectoria del proyectil fue posterior-anterior, con penetración desde la espalda. Los investigadores buscan ahora determinar si el impacto provocó la muerte inmediata o si la causa fue posterior, por infección u otras complicaciones. El fragmento de costilla se encuentra en proceso de análisis por microtomografía de rayos X en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos. Posteriormente será evaluado mediante técnicas químicas, genómicas y proteómicas en centros de investigación en Barcelona y Estados Unidos.
El hallazgo refuerza las hipótesis sobre episodios de violencia interpersonal en comunidades humanas que habitaron zonas de alta montaña durante la prehistoria reciente en el sur de Europa.
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