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Durante años, Bahía Solano ha tenido acceso a la electricidad gracias al diésel y al agua. En ese municipio funciona una planta de generación de energía con ACPM y una pequeña central hidroeléctrica que abastecen a la comunidad. Pero, ahora, el gobierno quiere cambiar eso, instalando un parque de generación solar para que sea la principal fuente de energía del municipio, soportado por los dos sistemas que ya existen. El proyecto será financiado con la plata que ha destinado el gobierno para su política de comunidades energéticas.
Para hacerlo, el Ministerio de Minas y Energía adjudicó un contrato por COP 83.000 millones a Gensa S.A., la empresa de servicios públicos que opera los sistemas de energía en Bahía Solano desde 2015 y que, además, tiene experiencia en la construcción de sistemas de energías renovables. Ese contrato hace parte de los convenios que ha firmado la entidad en los últimos días para construir comunidades energéticas en Colombia, como contamos en nuestra edición de fin de semana.
La intención de hacer esto en Bahía Solano, como señala Gensa en un documento enviado a El Espectador, surgió después de una decisión judicial de septiembre de 2024. En ella, el Tribunal Administrativo del Chocó le ordena al Minminas y a la empresa que, en un plazo de seis meses, “las gestiones administrativas, presupuestales y financieras para la formulación del proyecto de traslado de la central de generación de energía ubicada en zona urbana de dicho municipio y gestionar los recursos correspondientes ante el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas No Interconectadas (FAZNI)”, explica Gensa.
El proyecto para instalar paneles solares en ese municipio busca beneficiar a 2.295 hogares, lo que representa a unas 10.000 personas. Según la empresa, se trata de “una solución definitiva y amigable con el medio ambiente que resuelva las necesidades energéticas de dicha población”.
Solo hay algo que no cuadra en lo que quieren hacer Gensa y el Minminas, como contamos en nuestra edición de fin de semana: el contrato debería ejecutarse en dos meses. La fecha de entrega es el 31 de diciembre, algo que varios expertos consideran “inviable”.
¿Un parque solar en dos meses?
Hacer comunidades energéticas no es una tarea sencilla. De acuerdo con la metodología del Minminas, son cinco etapas que incluyen la selección de la comunidad, el estudio de viabilidad de los proyectos, su estructuración, la implementación y la consolidación. Este proceso, según el Governance Action Hub, requiere de un alto nivel de confianza entre las comunidades y las empresas que ejecutan las obras, el saneamiento de los predios en donde se va a construir, entre otros aspectos que toman tiempo.
Si se tratara solo de la cuarta etapa, la de implementación, los tiempos también parecen ser muy reducidos. De acuerdo con Santiago Ortega, director de Emergente, una organización dedicada a la asesoría y desarrollo de proyectos de energía solar, podrían necesitar 300 equipos de cuatro personas para instalar soluciones energéticas en 2.295 hogares. “A mi juicio, eso es muy poco tiempo y demasiada gente para instalar esos proyectos”, dijo el experto.
Además de esto, Gensa ha firmado contratos con objetivos similares con el Minminas y otras entidades públicas, pero que han tomado mucho más tiempo. Hay varios ejemplos:
En 2021, Gensa firmó un contrato con el IPSE, una entidad pública encargada de promover proyectos de energías renovables, con el fin de instalar sistemas solares para 216 usuarios, casi todos hogares, en Putumayo, Córdoba y Bolívar. Ese contrato tuvo un plazo inicial de cinco meses, pero, las obras terminaron extendiéndose por un año y medio. Finalizaron en diciembre de 2022.
En 2020 también se firmó un convenio entre Gensa y el IPSE, esta vez para instalar sistemas de generación de energía en Solano, Caquetá. De acuerdo con uno de los documentos de planificación del proyecto, el cronograma estimado para cumplir con la fase de instalación es de 15 meses.
Ninguno de estos proyectos supera el 50 % de la cantidad de hogares a los que el Minminas quiere llevar energía solar en Bahía Solano. Al preguntarle a Víctor Paternina, director de Energía Eléctrica y encargado por la entidad de estos contratos, por el plazo reducido para ejecutarlos, dijo que dentro del proyecto se contempla una etapa de “replanteamiento” que en la que “realmente sabremos cuánto se demorarán”.
Sin embargo, el cronograma del contrato de Bahía Solano no contempla esa etapa de replanteamiento y establece que para el 31 de diciembre deberán entregarse todas las obras, además de haber capacitado a los 2.295 hogares en el funcionamiento de las comunidades energéticas.
Ante esto, el funcionario aseguró que detrás de estos contratos hubo “una decisión política y es ‘ejecutamos o no ejecutamos y dejamos de beneficiar a estas comunidades’. La decisión política que se toma por parte del gobierno es ejecutemos”.
Cuando un proyecto debe ejecutarse en plazos que superan el año en el que se firma, las entidades deben tramitar vigencias futuras para contar con los recursos el siguiente año. Sin embargo, Paternina dijo que esto no se tramitó por falta de tiempo, pues es algo que se “está demorando entre cuatro y cinco meses”.
También le preguntamos a Gensa por qué, si ha firmado contratos para proyectos menos ambiciosos con plazos mucho más extensos, aceptó un cronograma tan reducido para la construcción del parque solar en Bahía Solano. Dentro del documento que remitieron en respuesta a nuestras preguntas, incluyeron varios elementos técnicos del proyecto, como su capacidad, pero no se refirieron al plazo establecido para cumplirlo.
A diferencia de la Distribuidora del Pacífico, que es la empresa al frente de los otros dos contratos que adjudicó el Minminas, Gensa no ha declinado su contrato y asegura que se “encuentra en revisiones jurídicas y financieras”.
A la fecha, no se ha firmado el acta de inicio de este contrato y ya solo quedan 56 días para acabar el año, lo que estrecha aún más los tiempos para su ejecución.
Conozca más detalles de los contratos para comunidades energéticas en el artículo que publicamos el domingo.
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Por Andrés Mauricio Díaz Páez
