Con 17 veces más mercurio que el permitido

Científicos colombianos midieron la concentración de mercurio en el cuerpo de 200 personas que viven a lo largo del río Caquetá, así como en 46 especímenes de pescado. Los resultados sobrepasan todos los límites saludables.

Pablo Correa
16 de noviembre de 2016 - 03:00 a. m.
Balsa minera en el río Caquetá en 2013. / Javier Cajiao.
Balsa minera en el río Caquetá en 2013. / Javier Cajiao.

En noviembre de 2014, un grupo de científicos colombianos, encabezados por el toxicólogo Jesús Olivero, de la Universidad de Cartagena, funcionarios de Parques Nacionales, miembros del Ministerio del Interior y líderes de comunidades indígenas asentadas a lo largo del río Caquetá, emprendieron un viaje por el corazón de la Amazonia. Pretendían evaluar qué tan grande era el impacto de la minería ilegal y el desmedido uso de mercurio en la salud de los habitantes de esa región.

El viaje los llevó aguas abajo del río Caquetá. De la comunidad de San Francisco a Las Palmas. Pasaron por el Remanso de El Tigre, por Mariapolis y Manacaro. La travesía terminó en La Pedrera, donde existe un pequeño aeropuerto. Con unas tijeras cuidadosamente esterilizadas, y con el permiso de los taitas, iban cortando pequeños mechones de pelo y depositándolos en sobres blancos. En total tomaron muestras a 200 personas de diferentes edades. También, con la ayuda de los pescadores, atraparon 46 pescados de diferentes especies. En neveras con hielo conservaron las muestras.

En los meses siguientes trabajaron en la aplicación de pruebas de laboratorio para medir el nivel de mercurio. Los resultados revelan una situación muy delicada y preocupante. “Los resultados de este estudio indican que las concentraciones de mercurio en el cabello de las personas que viven a lo largo del río Caquetá en el Amazonas excedieron la dosis de referencia de Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (1 μg/g) y de la Organización Mundial de la Salud (5 μg/g) en el 94 % de las muestras”, concluyeron los autores. De hecho, el 79 % de las muestras de pelo duplicaron el nivel permitido por la OMS.

Algunos datos preliminares habían salido a la luz pública en agosto del año pasado. Ahora, en la revista Environmental Science and Pollution Research se acaba de revelar la totalidad de los hallazgos.

El mercurio es un contaminante que implica severos riesgos para los humanos. Si bien es un compuesto químico que se halla de forma natural en el ambiente, su uso incontrolado e inadecuado por parte de mineros está provocando un aumento en su concentración en ciertas zonas. Los mineros, principalmente ilegales, lo usan para separar las pequeñas partículas de oro del lodo y la tierra en que se encuentran escondidas. El mercurio desechado en el proceso de amalgamiento generalmente es arrojado a la tierra o el agua. Allí se transforma en metilmercurio y comienza a acumularse en la cadena alimenticia.

Por esta razón los investigadores querían medir la concentración en diferentes especies de peces del río Caquetá y conocer mejor los hábitos alimenticios de las comunidades. En cinco de las especies de pescado analizadas, los científicos detectaron niveles de mercurio que excedían el máximo permitido por la Comisión Europea de Comunidades (05 μg/g). El 74 % de las personas que declaran consumir pescado, lo hacen siete días a la semana.

El altísimo consumo de este tipo de proteína, sumado al problema de minería ilegal en el vecindario, explicaría por qué en estas comunidades los niveles de mercurio en sus cuerpos son superiores a lo más altos reportados hasta ahora en Colombia en comunidades de la parte baja del departamento de Bolívar.

Para Olivero, una primera medida para reducir el riesgo de exposición a mercurio es que los indígenas consuman pescados más pequeños, pues en ellos la acumulación de mercurio es menor. También, que se reduzca el amamantamiento de los bebés recién nacidos, pues son los más vulnerables a la contaminación por mercurio, ya que su sistema nervioso está en formación. De hecho, entre las muestras tomadas a dos bebés indígenas, uno de un mes y otro de seis meses, se encontraron niveles de mercurio 14 veces y 23 veces superiores a lo recomendable.

Las conclusiones de la investigación refuerzan la idea, como lo señalan los autores, de que “prohibir y controlar la minería de oro en estas áreas es una prioridad”.

Por Pablo Correa

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