Ricardo Torres explicó que la política nacional para el tratamiento de aguas residuales se ha venido mejorando en los últimos años con la inclusión de nuevos indicadores de contaminación. Sin embargo, hay un porcentaje significativo de las aguas residuales que no son tratadas o su tratamiento es deficiente, lo que pone en riesgo la biodiversidad y a nosotros mismos.
Durante la transmisión “Salud ambiental” de Cuarentena musical Pacífico y Caribe con los expertos Farith Díaz y Dayana Agudelo, el científico tumaqueño dijo también que en el Pacífico colombiano no se están manejando bien las aguas residuales y que muchas industrias vierten sus residuos al mar o a los ríos circundantes, por lo que recomienda mejorar la infraestructura, aumentar el personal capacitado de plantas de tratamiento y garantizar el cumplimiento de las normas en materia ambiental.
¿Existe un diagnóstico nacional de la contaminación por aguas residuales?
Las aguas residuales se pueden clasificar de acuerdo con su origen en aguas residuales municipales o urbanas, aguas residuales industriales, hospitalarias, provenientes de la industria avícola, entre otras. Las características de estas aguas difieren y, por tanto, su grado de contaminación y el tipo de tratamiento (primario, secundario, terciario) también difiere. En cuanto a diagnósticos de contaminación por aguas residuales en el país, algunas universidades a través de sus grupos de investigación han realizado diagnósticos locales o regionales; mientras que el Gobierno nacional a través del Ideam publicó el año pasado el último Estudio Nacional del Agua, en el que se incluyen las aguas residuales. La realidad es que existe un porcentaje significativo de las aguas residuales en Colombia que no son tratadas o su tratamiento es deficiente. Esto pone en riesgo la rica biodiversidad de nuestro país y a nosotros mismos.
¿Qué evaluación tiene de la política nacional para el tratamiento de aguas residuales?
Se ha venido mejorando en los últimos años con la inclusión de nuevos indicadores de contaminación, como el análisis de fenoles en ciertas industrias. Sin embargo, hay dos temas que me preocupan en particular: el primero es la ausencia de regulación para contaminantes emergentes, como fármacos o productos del cuidado personal que provienen de industrias, aguas residuales hospitalarias o incluso de los hogares, y que pueden generar problemas delicados en la salud como alteraciones en el sistema endocrino, inducir cáncer, entre otros, sin contar con las afectaciones a las plantas o animales. Países como Suiza ya incluyen dentro de su política nacional la regulación y eliminación de contaminantes emergentes en sus aguas residuales. El otro tema preocupante es que no se le ha dado el valor que merece a la calidad de nuestras aguas. Un buen número de empresas prefiere pagar la multa (lo que nunca compensa los daños ambientales), a introducir sistemas de tratamiento de aguas eficientes en sus procesos.
¿Qué otro tipo de contaminación que afecta la salud le preocupa?
Dentro de los agentes contaminantes de la actualidad, la proliferación de bacterias resistentes a los medicamentos merece especial atención. Dentro de estos microorganismos, que ya hemos detectado en conjunto con colegas microbiólogos de la Universidad de Antioquia, tanto en aguas residuales hospitalarias, como municipales, de varias ciudades de Colombia, algunos se resisten incluso a antibióticos de último recurso como los carbapenémicos. El origen de bacterias resistentes en el ambiente, proviene en buena medida de la ineficiencia de las plantas de aguas residuales para eliminar los antibióticos. La continua llegada de los antibióticos a ríos y lagos ha provocado que las bacterias se hayan acostumbrado a convivir con ellos desarrollando diferentes mecanismos para defenderse.
La Organización Mundial de la Salud, estimó que, en 2050, si no se toman acciones, las infecciones por bacterias resistentes ocasionarán más muertes que el cáncer, ya que prácticamente no habrá ningún antibiótico capaz de eliminarlas.
También le puede interesar: “El uso de mercurio en minería de oro está fuera de control”
¿Cuál es su diagnóstico de la situación en el Pacífico colombiano con la contaminación por aguas residuales?
El Pacífico colombiano es una de las zonas con mayores problemas sociales y económicos del país, y en el tema de las aguas residuales no es una excepción. Muchas industrias vierten sus residuos directamente al mar o a los ríos circundantes. La mayor parte de los hospitales no cuentan con plantas de tratamiento, o los que tienen no operan adecuadamente. Los municipios del Pacífico tampoco tienen plantas de tratamientos para sus aguas residuales.
En el Pacífico hace falta tanto infraestructura como personal capacitado para la implementación de plantas de tratamiento de las aguas residuales que ahí se generan. Esto es particularmente preocupante, ya que el Pacífico colombiano es una de las zonas más biodiversas del mundo.
¿Cuáles serían tres pasos necesarios para enfrentar con mayor eficacia desde el nivel territorial, la academia y el gobierno nacional la problemática de la contaminación por aguas residuales?
Primero, la educación. Tanto los entes territoriales, la academia y el Gobierno pueden aportar en sensibilizar a la población colombiana de manera que entendamos que todos hacemos parte del ciclo del ciclo del agua, y que las sustancias contaminantes que adicionemos a nuestros ríos, lagos o mares pueden volver a nosotros o poner en riesgo a personas que se abastecen de ellos.
Segundo, es importante que los investigadores puedan desarrollar sistemas de tratamiento de aguas más sencillos de operar, económicos y efectivos, adaptables al contexto colombiano, que permitan no solo la eliminación de los contaminantes tradicionales, sino también los contaminantes emergentes.
Tercero, una mayor rigurosidad del Gobierno colombiano para el cumplimiento de la norma y evitar que algunas empresas prefieran la multa o infrinjan la ley; pero también, incluir en la legislación nuevos contaminantes, como los emergentes, que a futuro pueden convertirse en un problema de salud pública para el país.
Para esto se requiere también de una mayor inversión en Ciencia y Tecnología, para que el país pueda crecer en la detección y análisis de dichos contaminantes, así como en el desarrollo de nuevos sistemas de tratamiento de aguas que permitan salvaguardar la salud de la presente y futuras generaciones de colombianos y preservar nuestra variada y rica biodiversidad.
*De Fundación Color de Colombia para El Espectador.