
Vivero comunitario de especie nativas a las afueras de San Pedro de la Sierra.
Foto: Wilder García.
Ángel Rey Rojas, un campesino de la Sierra Nevada de Santa Marta, lleva varios años intentando remediar la huella que dejó su papá en el paisaje. Mientras observa cómo las estribaciones y ramas de la sierra se pliegan en el horizonte, cuenta cómo hace más de seis décadas su padre, Roberto Rojas, llegó a San Pedro de la Sierra tras huir de la violencia en Rionegro, Santander —a más de 500 kilómetros de distancia—, donde lo perseguían por ser liberal.
Su padre fue uno de los “colonos pioneros” que en la década de los sesenta llegó...

Por Fernán Fortich
Periodista con enfoque en temas ambientales, posthumanistas y sociales.@fernanfortichrffortich@elespectador.com

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