Por medio de su cuenta de Twitter, la Fundación ProAves de Colombia publicó unas imágenes, tomadas el 31 de enero, para denunciar la tala y quema de bosques de palma de cera para despejar el terreno y sembrar arracacha. En ellas se ven enormes parches negros dentro del bosque, en el cañón del río Toche, ubicado en zona rural de Ibagué. (Lea: Buenas noticias: en Colombia encuentran siete nuevas especies para la ciencia)
Según la fundación, están abriendo nuevos cultivos de arracacha y, para despejar el terreno, fumigan con glifosato los bosques de palma de cera. “Luego prenden fuego a la vegetación seca y estas quemas dejan enormes cicatrices en el ecosistema”, añadió.
Además, explicó la fundación, no solo están causando un daño irreparable a los ecosistemas, pues muchas de las palmas no se regeneran, sino que pueden contribuir a la disminución de los ejemplares de los loros orejiamarillo, una especie que se encuentra en peligro de extinción, según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Tras la denuncia, la Alcaldía de Ibagué informó que realizara una comisión conformada por funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima). Además, se desplazarán hasta el corregimiento para verificar la zona. (Puede leer: Una estrategia para proteger el agua y los ecosistemas de Colombia)
Javier Triana, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de esta capital, aseguró que “la zona de Toche es conocida a nivel mundial como una reserva y como el bosque de palma de cera más grande en el planeta (…) ya nos hemos comunicado con Cortolima para realizar una visita y poder hacer una evaluación del impacto”.