Descubren la ciudad más antigua y grande de la Amazonía
Arqueólogos hallaron un gran sistema de asentamientos precolombinos construido entre los años 500 a.C. y 300 a 600 d.C. Señalan que es comparable con los sistemas urbanos mayas.
Los arqueólogos descubrieron el sistema de urbanismo agrario “más antiguo y más grande jamás documentado en el Amazonas”, en el Valle del Upano, en la Amazonía ecuatoriana. Así lo describieron en un reciente artículo en la prestigiosa revista Science, que además protagonizó la portada de la publicación. La investigación fue liderada por el arqueólogo francés Stéphen Rostain, del Centro Nacional de Investigación Científica (Francia), y es coautor Fernando Mejía, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), entre otros. (Le puede interesar: Bill Gates llama a los dirigentes políticos a evitar un desastre climático)
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Los arqueólogos descubrieron el sistema de urbanismo agrario “más antiguo y más grande jamás documentado en el Amazonas”, en el Valle del Upano, en la Amazonía ecuatoriana. Así lo describieron en un reciente artículo en la prestigiosa revista Science, que además protagonizó la portada de la publicación. La investigación fue liderada por el arqueólogo francés Stéphen Rostain, del Centro Nacional de Investigación Científica (Francia), y es coautor Fernando Mejía, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), entre otros. (Le puede interesar: Bill Gates llama a los dirigentes políticos a evitar un desastre climático)
Tras 20 años de trabajo de campo, con apoyo de imágenes Lidar (Light detection and ranging o detección y alcance de luz) tomadas con tecnología láser desde aviones, se identificaron 12 asentamientos en centros urbanos, construidos entre los años 500 a.C. y 300 a 600 d.C., en un área que comprendía unos 300 kilómetros cuadrados (km²) de selva.
En estos asentamientos había plazas y plataformas de tierra conectadas por senderos y carreteras de largas distancias, así como drenajes extensos, canales y terrazas agrícolas, lo que sugiere la existencia de una ingeniería avanzada. El patrón de asentamiento “está compuesto por densos sitios con grupos domésticos estandarizados de plataformas alrededor de plazas y monumentos cívicos”, señala el artículo.
Mientras que al sur del Valle del Upano se concentraban humedales, la zona ubicada al norte era propensa a la agrupación de las terrazas agrícolas. Sin embargo, advierte la publicación, el sistema se conectó por una red de carreteras pese a las “restricciones geomórficas” de toda la zona. “Los caminos rectos se cruzan en ángulos rectos o casi rectos, sin desviarse frente a cerros o barrancos”, señalan. (Le recomendamos: Científicos e indígenas identificaron más de 30 especies de peces eléctricos en el Amazonas)
Este sistema de centros urbanos, asociado a las culturas Kilamope y —posteriormente— Upano, es comparable con los sistemas urbanos mayas que se han identificado en México y Guatemala. “El norte de la Amazonia puede haber sido subestimado en términos de potencial arqueológico”, afirma el estudio, así como en términos de patrimonio ambiental, cultural e indígena.
De acuerdo con Science, la investigación “proporciona una prueba más de que la Amazonia no es el bosque prístino que alguna vez fue presentado”, especialmente en anteriores estudios sobre el período precolombino. Según explicó Mejía para la Agencia Sinc, los indígenas que actualmente viven en esa zona, “hoy divididos en los grupos Suárez y Asuaras, son descendientes directos de un grupo común que ocupó este territorio”.
Además de la publicación en Sicence, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural también publicó el año pasado en su Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología un estudio con los primeros resultados de la implementación de las imágenes Lidar en esta zona. Allí, concluyeron que las causas de la heterogeneidad de los centros pueden relacionarse con la “distancia cronológica en su construcción, la adaptación topográfica de las formas elementales, las necesidades derivadas del uso de los sitios (ya sean de tipo económico, político, administrativo o religioso) o las tradiciones constructivas de las distintas comunidades” en esos siglos. (También puede leer: Después de 130 años, encuentran un oso hormiguero que se creía extinto en Brasil)
Los intercambios entre los centros urbanos se basaban en las producciones especializadas de cada grupo. Ahora, en lo que respecta a nivel regional, más allá de la Cuenca Amazónica, el estudio advierte que continúan siendo difíciles de comprender las relaciones y la influencia con el mundo andino.
El estudio de esta área arrancó en los años 70 y hasta 2015 se empezó a emplear la tecnología de imágenes Lidar, bajo la batuta de Rostain y otros investigadores como Pedro Porras y Ernesto Salazar. En palabras de Mejía, la dificultad en anteriores décadas fue que “tanto el arqueólogo francés como Salazar (que al principio llegaron a colaborar), tenían que ir buscando posibles nuevos emplazamientos caminando a través de la selva, y aun así, llevaron a cabo y publicaron relevantes estudios”.
Después, con las imágenes Lidar, se logró “registrar la superficie y luego, mediante algoritmos, eliminar capas de vegetación, casas y construcciones modernas, carreteras, etc., para reconstruir el terreno sin nada encima. Así se obtuvieron resultados sorprendentes: se reconocieron miles de montículos (6.000), algunos aislados a lo largo de todo el valle, pero muchos agrupados en una docena de poblados o sitios arqueológicos. El más grande con casi 10 km de largo por 4 de ancho. Es un preurbanismo que no se ve en zonas más estudiadas de la costa”.
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