El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo y se encuentra entre los productos básicos más comercializados. Se estima que sostiene la vida de unos 25 millones de agricultores y es una de las principales fuentes de recursos de muchos países de bajos ingresos. Aunque Brasil y Vietnam son los mayores productores de café del mundo, y juntos representan casi el 50 % de la producción mundial, naciones africanas como Burundi y Etiopía dependen de este cultivo.
Los precios del café aumentaron un 38,8 % en 2024 con respecto a sus niveles promedio del año anterior, y podrían seguir subiendo en 2025. Una de las principales causas de ese precio, dice un estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, es el clima.
¿Cómo se podría explica eso? Se producen y comercializan dos variedades principales de café a nivel mundial: Arábica y Robusta. El Arábica, que representa aproximadamente el 60 % de la producción mundial de café, es un café de mayor calidad y valor, utilizado principalmente en el mercado del café tostado y molido. El café Robusta, típicamente de menor calidad y precio que el Arábica, se utiliza principalmente en café instantáneo y para mezclar con Arábicas.
En 2021, Brasil, el mayor productor de café Arábica, sufrió una combinación de sequías prolongadas y heladas inesperadas en Minas Gerais, una de las regiones clave para el cultivo. Estas condiciones adversas redujeron significativamente la producción del grano. A su vez, Colombia, otro actor clave en el mercado cafetero, también enfrentó condiciones climáticas desfavorables que afectaron sus cosechas.
La situación no fue distinta en otros países productores. En Vietnam, el clima seco prolongado provocó una caída del 20 % en la producción de café entre 2023 y 2024. Mientras tanto, en Indonesia, las lluvias excesivas durante abril y mayo de 2023 dañaron las cerezas de café, lo que resultó en una reducción del 16,5 % en la producción de la temporada 2023/24 en comparación con la anterior.
“Los altos precios deberían proporcionar incentivos para invertir más en tecnología e investigación y desarrollo en el sector del café -que depende en gran medida de los pequeños campesinos- para aumentar la resistencia al clima”, aseguró Boubaker Ben-Belhassen, director de la División de Mercados y Comercio de la FAO, añadiendo que el cambio climático está afectando a la producción de café a largo plazo.
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