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“El futuro no solo debe ser carbono neutro, sino positivo para la biodiversidad”: Cristián Samper

El presidente de Wildlife Conservation Society (WCS) es uno de los panelistas invitados a la cumbre de premios nobel Nuestro Planeta, Nuestro Futuro. El evento, que no solo reúne a ganadores del premio Nobel, sino a científicos y empresarios, busca descifrar qué se puede hacer en esta década para tener un planeta sostenible.

María Mónica Monsalve S. / @mariamonic91
28 de abril de 2021 - 02:04 a. m.
Cristián Samper, director y presidente de WCS. / WCS
Cristián Samper, director y presidente de WCS. / WCS
Foto: Cortesía

Desde el lunes de esta semana, 26 de abril de 2020, se está desarrollando la cumbre de premios nobel bautizada Nuestro Planeta, Nuestro Futuro. El evento, que durará tres días, ha reunido a ganadores del Premio Nobel, científicos, empresas y jóvenes líderes para responder una pregunta que, aunque parece sencilla, nos ha puesta en bastantes aprietos durante los últimos años. ¿Qué se puede lograr en esta década para encaminar al mundo hacia un futuro más sostenible y próspero para toda la humanidad?

Uno de los panelistas del evento es el colombiano Cristián Samper, presidente y director ejecutivo de Wildlife Conservation Society (WCS) desde el 2012. Samper, quien además fue director del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural y dirigió el Instituto Humboldt, hará parte de una mesa que discutirá sobre el rol de las industrias en las soluciones sostenibles. Su intervención se dará mañana, 28 de abril, a las 9:00 am de Colombia.

En la narrativa de cambio climático la industria ha sido presentado como “el malo” o el “enemigo”. ¿Cómo cambiar este panorama para que sean parte de la solución?

Sin duda la industria y el desarrollo de los últimos 100 años ha tenido un impacto, pero la industria y el sector privado se han despertado y están mirando soluciones. El sector agrícola, por ejemplo, ha transformado áreas muy grandes ligadas a la deforestación, pero hoy varias empresas están cambiando las prácticas de producción para evitarlo. Ya hay alianzas y mesas de trabajo con distintas empresas agrícolas y agropecuarias, donde el compromiso es que vamos a tratar de producir más alimentos, pero sin expender la frontera agrícola.

El tema energético ha sido más controversial. Los combustibles fósiles son el mayor responsable de la polución y el cambio climático a nivel mundial. Pero, de nuevo, se está dando un cambio con la transición a energía renovables. Va rápido, pero no lo suficientemente rápido. Así que creo que hay que eliminar los subsidios para industrias fósiles y ponerlos en el tema de energías renovables. (Le puede interesar: Crisis del coronavirus: el momento justo para hablar de energías renovables)

La responsabilidad de la industria en el cambio climático es clara, pero se habla menos de la relación de la industria y la pérdida de biodiversidad…

La principal causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial es la transformación de hábitats y eso está ligado a la producción agropecuaria. Se ha transformado, más o menos, el 77% de la superficie terrestre del planeta y, en su mayoría, ha sido para la producción de alimentos. El segundo tema es la sobre explotación de algunas especies, sobre todo en el ámbito marino. Sin duda uno de los grandes retos es cómo incrementar la producción de alimentos que necesitamos, pero hacerlo sin acabar con la biodiversidad. Y, bueno, hay una relación importante entre biodiversidad y cambio climático, porque el uso de la tierra y la producción de alimentos contribuye más o menos al 20% de las emisiones de gases efecto invernadero a nivel mundial. Entonces tenemos que transformar los sistemas productivos, no solo para no impactar la biodiversidad, sino para reducir las emisiones de carbono.

¿Entonces combatir el cambio climático y la biodiversidad son dos frentes que van juntos?

Correcto. Esa es la gran relación que hasta ahora se ha perdido. No se ha aprovechado la sinergia entre estas dos. El cálculo que hay es que, aproximadamente, una tercera parte de las soluciones globales al cambio climático son las soluciones basadas en la naturaleza. Temas como conservación, el cambio de producción y la reforestación o restauración. Y esas soluciones no solo ayudan con el cambio climático, sino con la biodiversidad y la generación de empleo. (Lea también: ¿Qué prometió Duque en la Cumbre del Clima de Biden?)

El lema de la cumbre es volver al camino de la sostenibilidad. ¿Cuáles son los puntos clave para lograrlo?

El tema de la producción de energía, como ya lo dije, es fundamental. Ligado a eso está el tema de transporte y el de la construcción de ciudades sostenibles. Tenemos que ver a las ciudades como parte de la solución y no del problema, porque estas permiten controlar parte de la población. Pero hay que hacerlas más eficientes y mejores. También hay que mejorar la producción de alimentos y materia primera. Y, claro, la conservación. Para mí es lo primero. Pero a la final todo debe verse como un gradiente.

La cumbre también habla de otro tema: ¿qué aprendimos de la pandemia? Tuvimos una emergencia y, de alguna manera, medimos cómo afrontaremos retos mayores, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Las tres grandes crisis que enfrenta el planeta en este momento son esas. Ahora estamos muy enfocados en la pandemia, pero detrás está el cambio climático y, encima de eso, la pérdida de biodiversidad. La diferencia de fondo es que con el cambio climático se puede pensar en capturar carbono, pero esa opción no está con la biodiversidad: una vez se pierde una especie se pierde para siempre. Pensar que tenemos un millón de especies en peligro de extinción es algo grave. De hecho, hay una caricatura alemana que me encanta porque pone esto en perspectiva (ver el trino sobre la caricatura).

Pero, bueno, creo que la pandemia sí nos dio lecciones buenas y malas. Buenas porque se resaltó el papel de la ciencia, tanto para entender el tema como para dar soluciones desde el papel de la medicina y la tecnología. Pero también nos ha resaltado y reforzado las grandes inequidades que tenemos, tanto dentro de la sociedad y entre países. Es absurdo. Pero, en el fondo, lo que espero que la pandemia nos demuestre es que se necesita mayor cooperación a nivel internacional, porque son problemas globales que requieren soluciones globales. El cambio climático es un gran ejemplo. El 70% de las emisiones vienen de 10 países que impactan a todo el mundo y los países que están en la mitad del Pacífico, y que no contribuyen al problema, sufren las peores consecuencias. Es el gran reto.

Ya que habla de ciencia, y que la cumbre tuvo un día dedicado al tema, ¿cree que la ciencia y los científicos han logrado sumergirse en la sociedad y seguir siendo una voz de autoridad?

El año pasado fui parte de un estudio de la Academia de Ciencias de Estados Unidos en el que miramos las percepciones de la ciencia en América. Lo interesante que encontramos es que la ciencia y el científico todavía es una voz muy reconocida. Es algo que no podemos perder de vista. La ciencia nos da el conocimiento para conocer, conservar y utilizar la biodiversidad. Pero sin duda hace falta a veces que esa ciencia se traduzca en lenguajes concretos y en resultados que estén al alcance de la sociedad. Es otro gran reto.

En el evento hay una gran diversidad de participantes como Al Gore o Jennifer Doudna, quien recientemente se ganó el Nobel de Química. También está el Dalái Lama. ¿Por qué cree que a él también lo convocan y cuál es el rol que la filosofía y la espiritualidad cumplen en cómo vamos a combatir las crisis ambientales?

Nosotros somos parte de la naturaleza y es lo que llamamos una visión bio céntrica del mundo. Tenemos que entender que dependemos y somos responsables del cuidado de la naturaleza. Es interesante ver que hay religiones y perspectivas que tienen puntos de vista muy diferentes, con una visión más holística, donde se ve al ser humano como parte de esa naturaleza. Bajo esa visión la naturaleza se cuida, no se administra, utiliza o explota. Creo que esa filosofía es algo muy importante. Hay que repensarnos esa relación con la naturaleza, no solo basados en la ciencia, sino en los sentimientos y en la espiritualidad. Esto nos puede ayudar a encontrar otros caminos. Como lo dijimos en un reporte que publicamos hace un par de meses con las Naciones Unidas, es el momento de hacer la paz con la naturaleza.

El Acuerdo de París dejó una idea clara: la temperatura mundial no podrá aumentar 2°C en comparación con la era preindustrial para evitar un colapso mayor. ¿Existe algo parecido en tema de pérdida de biodiversidad?

Con diez de las entidades de conservación más grandes del mundo lo hemos estado trabajando y estamos a punto de someter un manuscrito. Estamos proponiendo un futuro que tenga dos características: carbono neutral y positivo para la naturaleza. Reconocemos que se han perdido especies, poblaciones y ecosistemas. Pero lo que queremos es que de aquí al año 2030 podamos cambiar esa trayectoria, que todas las decisiones que se tomen nos lleven a la inflexión en esa curva. Que podamos decir que todas las acciones que hicimos tuvieron un efecto acumulado positivo sobre la naturaleza. Se podría medir más bosques o menor extinción de especies, o distintos indicadores. Es que uno ve y el tema de carbono ha calado, todo el mundo está hablando de eso. Ahora necesitamos que también suceda con la biodiversidad. (Le sugerimos: ¿Qué pactaron los líderes mundiales para revertir la pérdida de la naturaleza?)

Por María Mónica Monsalve S. / @mariamonic91

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