El huracán Beryl llegó este viernes a México después de causar diversos grados de destrucción en Granada y San Vicente y las Granadinas. “Nuestros colegas en San Vicente reportaron que la gente llegaba desde Isla Unión hasta San Vicente sin nada más que la ropa que llevaba puesta”, explicó la oficial de Gestión de Desastres de la Federación Internacional para el Caribe, Rhea Pierre, en una videoconferencia desde Puerto España, Trinidad y Tobago. Al tocar tierra en México este viernes, Beryl azotó la costa con vientos de 177 kilómetros por hora (km/h), antes de avanzar lentamente hacia el interior del territorio.
La tormenta sigue siendo un huracán de categoría 2 y se espera que se debilite a medida que cruce la península de Yucatán y emerja hacia el Golfo de México. “Nos hemos preparado para esta temporada de huracanes y yo diría que una tormenta tan fuerte tan temprano es extremadamente rara. También es un aviso de que la temporada de huracanes que promete ser muy intensa”, declaró Vanessa Huguenin, portavoz de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
“Basta con que un huracán toque tierra para hacer retroceder años de desarrollo socioeconómico. Por ejemplo, el huracán María en 2017 le costó a Dominica el 800% de su producto interno bruto. Las alertas tempranas de la comunidad de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la mejora de la gestión del riesgo de desastres han reducido drásticamente las muertes, pero los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe siguen sufriendo”, anotó el Secretario General Adjunto de la OMM, Ko Barrett.
Hay que recordar que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático predice que la proporción de ciclones tropicales intensos y las tasas de precipitación media y máxima aumentarán como resultado del cambio climático. El aumento del nivel del mar, agravado por las marejadas ciclónicas, incrementa el riesgo potencial para las comunidades costeras. Beryl podría ser una prueba de ello: El huracán se intensificó de depresión tropical a huracán mayor en 42 horas.
Eso, según la OMM, no tiene precedentes para junio, “pero está en línea con la tendencia reciente hacia una intensificación muy rápida, como fue el caso del huracán Otis, que creció a huracán de categoría 5 durante la noche y azotó el balneario mexicano de Acapulco en octubre pasado”. Una de las razones de que haya ocurrido apunta a los niveles extremadamente altos de contenido térmico del océano. El contenido térmico del océano del Caribe actual es el que normalmente tenemos a mediados de septiembre, según Philip Klotzbach, que forma parte de la red de expertos científicos de la OMM. Las temperaturas de la superficie del mar en esta región han alcanzado niveles récord para el mes respectivo durante 14 meses (hasta mayo).
El Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA pronostica para esta temporada de huracanes del Atlántico un rango de 17 a 25 tormentas con nombre (el promedio es 14). De ellas, se pronostica que entre 8 y 13 se convertirán en huracanes (el promedio es 7), incluidos entre 4 y 7 huracanes importantes (el promedio es 3). La temporada dura del 1 de junio al 30 de noviembre y es vigilada cuidadosamente por el Programa de Ciclones Tropicales de la Organización Meteorológica Mundial.
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