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A poco menos de un mes de que comience la COP30, un grupo de organizaciones que incluye el Fondo Bezos para la Tierra, Climate Analytics, Climate High-Level Champions, Climate Works Foundation y el Instituto de Recursos Mundiales, publican un informe que evalúa los esfuerzos colectivos para combatir la crisis climática en sectores clave.
Conocido como “El Estado de la Acción Climática 2025”, el informe concluye que, si bien en los diez años posteriores a la adopción del Acuerdo de París se ha iniciado la transición hacia cero emisiones netas, aún queda un largo camino por recorrer. En todos los sectores, según el documento, la acción climática no se ha materializado al ritmo y la escala necesarios para alcanzar el objetivo. Ninguno de los 45 indicadores evaluados está en vías de alcanzar sus objetivos de mantener el aumento en 1,5 °C para finales de esta década.
Al mirar en detalle las cifras, saltan más advertencias. Los esfuerzos globales en 29 indicadores están muy lejos de concretarse, de modo que será necesario duplicar al menos el ritmo —y, para la mayoría, cuadruplicarlo— durante esta década para mantener el límite de 1,5 °C al alcance. El informe destaca con preocupación varios puntos. En primer lugar, el progreso logrado para detener la pérdida permanente de bosques (la deforestación) ha caído dentro de esta categoría por tercera entrega consecutiva. “La deforestación, por sí sola, no solo representa poco más del 10 por ciento de las emisiones globales de GEI, sino que, junto con otras formas de cambio de uso del suelo, también plantea una de las amenazas más significativas para la biodiversidad en los ecosistemas terrestres”, se lee.
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En segundo lugar, el informe considera igual de preocupante los lentos esfuerzos para eliminar gradualmente la electricidad generada a partir del carbón, la mayor fuente de emisiones de GEI en el sector energético. “Las disminuciones mediocres en este indicador también obstaculizan la mitigación en los edificios, la industria y el transporte que, en diversos grados, dependen de una red eléctrica descarbonizada”, agregan. Por otro lado, critican que el aumento de la financiación climática total, en particular de fuentes públicas, sigue muy lejos de lo previsto. La financiación pública de combustibles fósiles, por ejemplo, ha crecido un promedio de 75.000 millones de dólares anuales desde 2014; los avances en la descarbonización del acero se han estancado y la proporción de viajes en turismo, muchos de los cuales aún utilizan motores de combustión interna, sigue aumentando.
Sin embargo, no todo es tan malo. El progreso en otros seis indicadores avanza en la dirección correcta a un ritmo prometedor, aunque aún insuficiente. La financiación climática privada, por ejemplo, aumentó tan drásticamente que los esfuerzos globales para movilizar estos fondos pasaron de estar “muy lejos de lo previsto” en el Estado de la Acción Climática 2023 a estar “fuera de lo previsto”. Entre 2022 y 2023, estos fondos aumentaron de aproximadamente USD 870.000 millones de dólares a un máximo histórico de USD 1,3 billones, impulsados en gran parte por consumidores individuales, empresas e inversores institucionales, especialmente en China y Europa Occidental.
Las ventas de vehículos eléctricos también siguen aumentando, impulsadas por un crecimiento que el informe califica de “impresionante” en China, el principal consumidor y fabricante mundial de estos vehículos. Sin embargo, en otros mercados importantes el impulso se ha estancado y ha frenado el progreso global. En consecuencia, las tasas de crecimiento anual de la participación de los vehículos eléctricos en las ventas totales de vehículos ligeros cayeron a un promedio del 20 % en 2023 y 2024, en comparación con tasas de crecimiento de más del 60 % en cada uno de los tres años anteriores.
Finalmente, entonces, el informe deja una serie de recomendaciones. El mundo debe, dice, eliminar progresivamente el carbón a un ritmo más de diez veces superior, lo que equivaldría a retirar casi 360 centrales eléctricas de carbón de tamaño medio cada año y detener todos los proyectos en curso. Además, reducir la deforestación nueve veces más rápido. Los niveles actuales son demasiado altos, advierten los científicos: aproximadamente el equivalente a perder permanentemente casi 22 campos de fútbol de bosque por minuto en 2024. El mundo también debe ampliar las redes de tránsito rápido cinco veces más rápido, lo que equivaldría a construir al menos 1.400 km (870 millas) de carriles para trenes ligeros, metros y autobuses al año. Reducir el consumo de carne de res, cordero y cabra en regiones de alto consumo también debería ser imprescindible y debe hacerse cinco veces más rápido (equivalente a reducir el consumo en dos o menos porciones por semana en América del Norte y del Sur, Australia y Nueva Zelanda).
La eliminación tecnológica de dióxido de carbono a gran escala debe ser diez veces más rápida, lo que equivale a construir cada mes nueve de las mayores instalaciones de captura directa de aire que se encuentran actualmente en construcción. Y por último, aumentar la financiación climática en casi un billón de dólares anuales, lo que equivale a aproximadamente dos tercios de la financiación pública de combustibles fósiles en 2023.
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