Esta semana, entre el 24 y el 28 de febrero, se llevará a cabo el 62º período de sesiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC-62), una plataforma científica que busca informar las decisiones que toman los países para combatir esa problemática.
El IPCC fue creado en 1988 y ha tenido diferentes ciclos de reunión desde entonces. Gracias a la información que recopilan y analizan, sabemos que el mundo debe limitar el aumento de temperatura a un promedio mundial de 1,5 °C adicionales para 2100. De lo contrario, podría haber una catástrofe climática.
A pesar de su rol fundamental en las decisiones que toman los países miembro de las Naciones Unidas (ONU), durante este ciclo en particular hay incertidumbre generada por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
El encuentro número 62 del IPCC tiene como objetivo tomar decisiones claves, como las publicaciones que se harán de aquí a 2028, el año en que los países se reunirán para saber cómo va el cumplimiento de sus metas climáticas para 2030.
Sin embargo, algunos científicos que hacen parte de este grupo han informado a Reuters que Donald Trump decidió retirar a la delegación de su país de la reunión. Aunque esto no implica que científicos estadounidenses puedan participar de manera independiente, sí puede significar una barrera importante para la labor del IPCC, por el apoyo financiero que brinda ese país para que funcione el grupo.
Además, la posible retirada de la delegación estadounidense llega en un momento de tensiones al interior del IPCC, que se esperaba que fueran el centro de discusión durante esta semana.
El año pasado, durante el período de reunión 61, un grupo de países (dentro de los que se encuentran Kenia, India, China y Sudáfrica) se opuso a que los informes del IPCC fueran publicados en unas fechas propuestas por el panel científico.
Estas fechas serían importantes porque darían tiempo suficiente para que las decisiones de los países se basen en la evidencia científica más reciente. No hacerlo en esas fechas implicaría que las decisiones se tomen con base en información que posiblemente esté desactualizada.
“Las evaluaciones del IPCC son la base de una política climática informada y las realizan miles de científicos del clima de todo el mundo, incluidos los de Estados Unidos. Es muy lamentable que los científicos estadounidenses se encuentren con obstáculos para participar en las reuniones en curso en las que se están ultimando las líneas generales del próximo ciclo de evaluación. La ciencia no conoce fronteras, y cuando los científicos no pueden asistir a estas deliberaciones por motivos políticos, todos perdemos colectivamente”, dijo Aditi Mukherji, una de las científicas que hace parte del IPCC, en un comunicado.
Al final de esta semana, se espera que el IPCC tome una decisión sobre el cronograma de publicaciones que tendrá con miras a 2028. Sin embargo, las tensiones que ha generado la posible salida de Estados Unidos y el impacto que esto genera podrían desviar la discusión.
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