El pez payaso, característico por su color naranja, tener rayas blancas y vivir en anémonas, adquirió popularidad por la famosa película de Disney, Buscando a Nemo. A raíz de la cinta, nos quedamos con la impresión de que era una especie bastante carismática y solidaria. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en el Journal of Experimental Biology parece cambiar esa perspectiva. (Lea: ¿Lo invitaron a sembrar árboles tras los incendios? Mala idea, mejor restaurar)
De acuerdo con la investigación, el pez payaso podría tener una personalidad intimidante y llegarían a defender su espacio de una forma bastante agresiva, sobre todo de aquellos peces a los que consideran como enemigos y no como parte de su colonia.
Esto se debe a que “pueden reconocer peces que no quieren cerca de ellos basándose en la cantidad de barras blancas en el cuerpo del intruso”, explican los investigadores en el documento. Añaden que en la actualidad hay 28 especies descritas de pez payaso y, a lo largo de su cuerpo, pueden contar con ninguna o hasta con tres franjas blancas.
En investigaciones pasadas ya se había logrado establecer que el pez payaso permite que otras especies de este pez visiten su hogar. Pero, en caso de que un ejemplar (así sea de su propia especie) quiera entrar a su hogar y no forme parte de su colonia, el pez más grande lo perseguirá hasta morderlo.
Pero, con el propósito de determinar cuáles son los peces que sí pueden entrar al hogar y cuáles no, un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa, en Japón, se dieron a la tarea de realizar dos experimentos. Los llevaron a cabo con peces payaso criados en laboratorio, los cuales nunca habían tenido contacto con algún otro ejemplar de otra especie.
El objetivo era analizar la reacción de los peces frente a intrusos de su propia especie y de otras especies. En el primer experimento, los investigadores pusieron en pequeñas cajas dentro de un tanque a varias especies de pez payaso que tenían varios números de franjas blancas. (Puede leer: Volvió a nevar en el Parque Nacional El Cocuy luego del incendio de la semana pasada)
En este punto analizaron con qué frecuencia y durante cuánto tiempo los peces miraban fijamente la caja y la rodeaban. Encontraron que el pez payaso común era el que tenía comportamientos más agresivos con los integrantes de su propia especie con tres bandas blancas.
“Lucharon contra el 80% de los peces hasta tres segundos. Incluso mantuvieron un enfrentamiento de 11 segundos con un pez”, explican los investigadores. En cuanto a los intrusos de otras especies, como el pez payaso zorrillo, por ejemplo, no fue confrontado. Una de las razones que plantea el equipo es que no cuenta con barras laterales a lo largo de su cuerpo, pues solo cuenta con una línea blanca a lo largo de su espalda.
Otras de las especies, como el pez payaso de Clarke, que tiene dos barras en su cuerpo, y el pez payaso de tres barras fueron “ligeramente intimidados”, según dicen los investigadores. (Lea también: “Necesitamos artistas para traer de vuelta el amor por la naturaleza”: Andrea Wulf)
Para el segundo experimento, los investigadores le mostraron a una colonia de peces payaso diversos discos de plástico, que fueron pintados con los colores característicos. Aquí también midieron el nivel de agresión. “Al igual que los peces vivos, los modelos de plástico que tenían dos barras fueron atacados con menor frecuencia. Aquellos sin barras vieron el comportamiento menos agresivo”, añadieron.
Kina Hayashi, coautora del estudio y ecologista, explica en un comunicado que los resultados sugieren que “estas especies son capaces de contar el número de barras para reconocer la especie del intruso”.
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