El plan del Ministerio para enfrentar El Niño

El ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, aseguró que el fenómeno ya está impactando al país con una madurez del 90 % y advirtió la sequía en nueve departamentos.

Paula Andrea Casas Mogollón
05 de diciembre de 2018 - 03:01 a. m.
El fenómeno de El Niño de hace tres años le costó al país $1,6 billones, al quedar los municipios en emergencia por desabastecimiento de agua. / Archivo El Espectador
El fenómeno de El Niño de hace tres años le costó al país $1,6 billones, al quedar los municipios en emergencia por desabastecimiento de agua. / Archivo El Espectador

Ya pasaron tres años desde la última vez en que el fenómeno de El Niño puso en problemas a Colombia. En aquella época, según informó el Ministerio de Ambiente, se presentó el desabastecimiento de agua potable en 313 municipios, cerca de 40.000 animales murieron por la falta de alimento y se registraron 6.495 incendios, por las altas temperaturas, que afectaron 221.906 hectáreas. Casanare fue el departamento que más sufrió.

A este desolador panorama se sumó el de las reservas hídricas, que se redujeron en un 40,76 % por la falta de precipitaciones. Por todo esto, el fenómeno de El Niño de finales de 2015 y comienzos de 2016 fue considerado uno de los más intensos del mundo en los últimos sesenta años.

El lunes, el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, advirtió que el país está ad portas de un nuevo Niño. Dijo que este fenómeno ya está impactando el país con una madurez del 90 %. Para evitar que se repita el escenario de 2015, la cartera decidió tomar medidas mediante un documento Conpes para formular estrategias que mitiguen los efectos a finales de este año y comienzos de 2019.

Con este Conpes se espera destinar $55.256 millones para implementar estrategias y minimizar los impactos de este suceso, ya que el de hace tres años le costó al país $1,6 billones.

“Está lloviendo menos de lo que estamos acostumbrados; tener un aguacero no quiere decir que está lloviendo mucho. Lo realmente importante es la prevención, preparamos a tiempo para lo que será la sequía”, explicó Lozano en rueda de prensa.

El Ministerio busca que con la información recolectada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), cada sector empiece a crear una estrategia y a diseñar sus prioridades para enfrentarlo. La idea es adelantarse a las consecuencias de la sequía y poner especial atención a los territorios más vulnerables.

Por tal razón, Lozano solicitó una mayor atención para el departamento del Amazonas y la región de la Orinoquia, ya que en estas zonas hay una alta probabilidad de que se presenten incendios forestales. En los ecosistemas boscosos de esta última ya se han registrado sequías.

“Cada fenómeno es atípico y cuenta con unas características. El que se está presentando está secando rápidamente las regiones. Noviembre fue muy seco en todo el país, se redujeron en un 70 % las precipitaciones y esto se reflejó en la Orinoquia, que antes de lo previsto ya muestra sequía en sus ecosistemas”, agregó el jefe de esta cartera.

El funcionario advirtió que en algunas regiones las temperaturas van a aumentar hasta un grado por encima del promedio, esto debido a que, según los estudios para la realización del Conpes, en diciembre de 2018, y enero y febrero de 2019 casi no va a llover. Añadió que hay una alta posibilidad de que el fenómeno se extienda hasta marzo y abril, aunque las lluvias van a estar por debajo del promedio.

“Se espera un déficit del 60 al 80 % en las precipitaciones e incluso mayor en algunas regiones. Es importante explicar que El Niño es el calentamiento de las aguas del océano Pacífico, que al calentarse tan cerca de nuestras costas ebulle el agua y por lo tanto cae en forma de aguaceros”, aclaró Lozano.

El Conpes también contempla uno de los efectos menos conocidos de El Niño: las heladas que, para la temporada, golpearán especialmente a Boyacá y Cundinamarca. Lozano explicó que cuando “se presentan tres días de permanente sol, sin nubes ni humedad, la liberación del calor se hace tan rápido que la temperatura se reduce por debajo de cero y produce heladas”.

El documento de 58 páginas implica una gran tarea de articulación de los ministerios y entidades encargados de la gestión del riesgo. Aunque ya está lista la hoja de ruta y el plan de acción, todavía no se ha definido la metodología de trabajo para lograr ese fin.

Por Paula Andrea Casas Mogollón

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