A pesar de la pandemia y las prohibiciones de turismo que ha acarreado, una pequeña granja en Bangladesh atrae cada vez a más turistas que quieren conocer a “Rani”, la que sería la vaca más pequeña del mundo.
A pesar de la suspensión del transporte público en todo el país por el récord de infecciones y muertes por coronavirus, la gente acude en ‘rickshaws’ a la granja de Charigram, a 30 kilómetros al suroeste de Daca.
¿La razón? El animal de 23 meses mide solo 51 centímetros de altura y pesa sólo 26 kilogramos.
Aunque su tamaño aún está en proceso de verificación del Guinnes Record para saber si es o no la vaca más pequeña registrada, el animal ha acaparado la atención de los medios.
M.A. Hasan Howlader, gerente de la granja Shikor Agro, usa un metro para probar a los visitantes que Rani es más pequeña que Manikyam, una vaca del estado indio de Kerala que actualmente ostenta el récord mundial y que medía 61 centímetros de alto en 2014, según la organización de los récords mundiales Guinness.
“La gente viene desde muy lejos a pesar del confinamiento”, comentó Howlader a la AFP, añadiendo que la organización de los récords mundiales Guinness había prometido una decisión en tres meses. “Más de 15.000 personas han venido a ver a Rani sólo en los últimos tres días”, precisó.
Rani pertenece a una especie cuya carne es muy apreciada en Bangladés. Las otras vacas de la granja duplican su tamaño.
Según Sajedul Islam, veterinario del gobierno para la región, la altura de Rani se debe a la consanguinidad y es poco probable que crezca.