¿Por qué algunas organizaciones privadas en Sudáfrica, e incluso el gobierno de ese país, tienen grandes reservas de cuernos de rinocerontes guardadas, como se guarda una botella de vino? Durante décadas, en algunas culturas han mantenido la creencia de que el cuerno de rinoceronte tiene propiedades medicinales, a pesar de que no hay evidencia científica que respalde estas afirmaciones. En otras sociedades, especialmente de Asia, se trata de un símbolo de estatus y se utiliza, también, en la fabricación de objetos de lujo. Todo esto impulsó la caza furtiva, poniendo en peligro las poblaciones de rinocerontes en la naturaleza.
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Hoy, estiman los científicos, en países como Sudáfrica quedan menos de 23.000 rinocerontes de una población histórica de 500.000. Solo en 2023, se perdieron 449 rinocerontes debido a la caza furtiva.
Desde 1977 existe una prohibición mundial de la compraventa internacional de cuernos de rinoceronte, con el fin de tratar de desincentivar la caza. Pero entonces, y si no hay un mercado legal, ¿por qué el Gobierno de Sudáfrica tenía para 2020, según reporta la Fundación EMS, una organización sudafricana de justicia social y conservación, unas reservas de 27.641 kilogramos de cuerno de rinoceronte? ¿Cómo las obtuvo y, sobre todo, para qué las sigue guardando? 47.544 kilogramos más, estaban para ese año en manos privadas. Es el último reporte sobre el tema que se conoce. “El motivo principal para almacenar cuernos de rinoceronte parece ser la esperanza de que el mercado internacional se vuelva a abrir en el futuro”, responde Jason Gilchrist, ecologista e investigador en conservación de mamíferos, en una columna en The Conversation.
En teoría, estos cuernos vienen de confiscaciones realizadas por el Estado a cazadores furtivos, otros son obtenidos mediante la recolección regular (ya volveremos a este tema), y otros más fueron obtenidos de animales muertos. Se supone que estas reservas se almacenan de forma segura para evitar que el cuerno sea robado y vendido en el mercado ilegal, pero un nuevo informe de la Fundación EMS revela que existen temores de que se estén desviando cuernos de estas reservas al mercado ilegal. En 2023, por ejemplo, una reserva del gobierno sudafricano fue objeto de un robo, y los ladrones que irrumpieron lograron hacerse con 51 cuernos. Las propias estadísticas del gobierno sudafricano también indican una disminución de las reservas de más de 4,000 cuernos de rinoceronte entre 2019 y 2020, que no se destruyeron.
El informe de EMS sostiene que las reservas contribuyen a crear una demanda de cuernos de rinoceronte más accesibles y en mayores cantidades, además de representar un peligro para quienes los protegen. La fundación pide la destrucción de los cuernos como “un compromiso de no comerciar” y como un símbolo de la “inutilidad del cuerno de rinoceronte como mercancía”. Sin embargo, el asunto no es tan sencillo.
Una historia compleja
Se han considerado muchas ideas para detener la caza de los rinocerontes. Si los animales son cazados para arrancarles sus cuernos (lo que, inevitablemente, lleva a su muerte), se ha considerado vigilar y controlar a los animales en zonas donde el riesgo de caza es menor, e incluso quitarles los cuernos bajo anestesia, para hacerlos menos atractivos para los cazadores. Esta idea, sin embargo, es cuestionada por organizaciones de protección de vida silvestre como la Fundación EMS. No está claro que esa estrategia haya funcionado con éxito para la conservación del animal, dicen. Y las dudas parten de una lógica: el cuerno del rinoceronte vuelve a crecer. Si la estrategia quisiera ser exitosa, tendría que estarse cortando el cuerno periódicamente.
Esa posibilidad, en todo caso, ha generado un gran debate: el papel de las intervenciones basadas en el mercado para lograr la conservación de las especies en peligro de extinción. Es algo que se ha llamado “ganadería de vida silvestre” y que tiene que ver con las reservas de cuerno que se han obtenido de manera regular. Básicamente, los defensores de esta posición señalan que las prohibiciones y otras políticas para restringir la recolección y el comercio de especies silvestres no han logrado garantizar resultados. Y en su lugar, entonces, señalan que generar competencia para los productos de origen ilegal mediante la provisión de productos de alta calidad y sostenibles, puede reducir la recolección ilegal.
En el caso de los rinocerontes, eso implicaría permitir que los propietarios privados de tierras y los ganaderos de vida silvestre, puedan criar rinocerontes para “cosechar” su cuerno. En Sudáfrica (país que conserva más de la mitad de rinocerontes blancos en vida silvestre), los ganaderos privados son actores clave en la conservación de este animal, ya que un tercio de los rinocerontes están actualmente protegidos en tierras privadas. El Gobierno de ese país propuso en 2016, y en el marco de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, una propuesta para permitir el comercio interno de “cuernos, partes, productos o derivados de rinocerontes”.
Sin embargo, la conferencia confirmó la prohibición del comercio. “Si se levantara la prohibición, es evidente que se podría ganar mucho dinero vendiendo la enorme cantidad de cuernos almacenados. En el mercado negro, el cuerno de rinoceronte se compra y se vende por entre 1$0.694 y $22.257 dólares estadounidenses el kilo en Vietnam”, escribe Gilchrist en The Conversation. Además de ello, la idea de que un mercado “legal” o regularizado de venta de cuernos podría desincentivar el mercado y la caza ilegal, tiene cuestionamientos.
Una investigación publicada en 2018 señala que una de las preocupaciones clave de la llamada “ganadería de vida silvestre”, es que podría incentivar los ganaderos a “criar” intensivamente estos animales, manteniéndolos en pequeños recintos, para poder cosechar más fácilmente su cuerno. En otro estudio, publicado en 2020, se señala, además, otra serie de dudas como que esto podría abrir la puerta al “lavado” de vida silvestre cazada furtivamente por instituciones de cría registradas, y que, además, este camino no siempre reduce la presión de caza furtiva sobre las poblaciones silvestres.
Esta última investigación es interesante porque es un esfuerzo por dar un panorama sobre la ganadería de vida silvestre a nivel global, una práctica, dicen los investigadores, poco transparente. Allí señalan que entre 2000 y 2020, se criaron comercialmente al menos 487 especies de animales salvajes en todo el mundo, incluidas al menos 27 anfibios, 133 reptiles, 249 aves y 79 especies de mamíferos. De estas especies, más de un tercio se consideraban entonces amenazadas o casi amenazadas a nivel mundial por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, y alrededor de dos tercios están incluidas en los Apéndices de la CITES, lo que significa que se les ofrece al menos algún grado de protección o tienen algún tipo de regulación en relación con el comercio. (Puede ver: La Corte Constitucional falla en un caso de bonos de carbono)
Los datos relativos al número de individuos criados en granjas para cada especie fueron difíciles de determinar, pero en la literatura que citan los investigadores se registraron informes de entre 936.321.047 y 963.711.547 animales salvajes criados en granjas individuales. En medio de este tipo de prácticas es que se ha dejado la puerta abierta a que, en un futuro, el comercio de cuernos de rinocerontes pueda volver a ser legal en ciertas circunstancias. En septiembre de 2023, recuerda la Fundación EMS, el Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente de Sudáfrica publicó el proyecto de posición política sobre la conservación y el uso sostenible de elefantes, leones, leopardos y rinocerontes.
“Los objetivos de política, aunque apoyan la eliminación gradual de la domesticación y la intensificación de la gestión de los rinocerontes, no establecen específicamente que Sudáfrica no tiene la intención de permitir el comercio internacional de cuernos de rinoceronte y marfil de elefante, dejando así la puerta abierta de par en par”, dice la organización, que cita el siguiente aparte de esa política: “Sudáfrica trabajará con los estados del área de distribución para apoyar una propuesta para el comercio internacional de cuernos de rinocerontes silvestres protegidos, con fines de conservación, cuando las condiciones sean favorables”.
Gilchrist resume en The Conversation las posiciones: “Los partidarios del comercio quieren un futuro con un comercio internacional legal de cuernos de rinoceronte y sostienen que esa es la vía para salvar al rinoceronte. Los partidarios del no comercio creen que un comercio legal de cuernos de rinoceronte haría que el futuro de los rinocerontes salvajes en libertad fuera aún más difícil de lo que es ahora”. Para el académico, la clave, sin embargo, es reducir la demanda. Y eso implica, agrega, “promover un cambio de comportamiento entre los consumidores, por ejemplo mediante campañas de publicidad y educación, convirtiendo el cuerno de rinoceronte en una insignia de vergüenza en lugar de un medallón de estatus”. (Puede ver: Colombia logró la cifra más baja de deforestación en décadas, ¿podrá sostenerla?).
El ecologista está en contra de “salvar” a los rinocerontes domesticándolos. “Quiero ver animales salvajes viviendo una vida natural en su entorno natural, contribuyendo al ecosistema”.