Desde hace varios años sabemos que Colombia es uno de los países con mayor cantidad de especies de aves registradas en el mundo. Algunas listas hablan de 1.932 especies, otras de 1.968, que representan aproximadamente el 20 % de las especies de aves conocidas. Ahora sabemos algo más: entre 2010 y 2022 Colombia fue el país donde más creció el aviturismo, que busca observar estos animales en su hábitat natural.
Así lo confirma un estudio liderado por la ecóloga colombiana Natalia Ocampo Peñuela e investigadores de la Universidad de California, Santa Cruz, de Estados Unidos, que analizó los cambios en la actividad de observación de aves para comprender qué motiva a los turistas a visitar un país para “pajarear”, como se le conoce comúnmente a esta actividad.
Para esto, los investigadores analizaron tres factores: el capital aviario total de cada país, es decir, la riqueza de especies; el Índice de Paz Global y el Índice de Desarrollo Humano. Lo que creían inicialmente es que el aviturismo es mayor en países con mayor capital aviario y mayores niveles de desarrollo humano y estabilidad social.
Eso fue básicamente lo que encontraron tras analizar los datos de 155 países, tomados de una plataforma de ciencia ciudadana llamada eBird, donde las personas van dejando los registros de las aves que identifican y los lugares que visitan. Esto les permitió concluir que “los avituristas no solo van a donde hay aves, sino también donde hay seguridad y estabilidad”, menciona Ocampo Peñuela, autora principal del estudio publicado en la revista People and Nature.
En términos generales, el estudio encontró que el aviturismo ha crecido globalmente entre 2010 y 2022, pero no de la misma manera en todos los países. Por ejemplo, aunque los destinos más populares se encontraban en Latinoamérica, Venezuela y Bolivia estuvieron entre los países menos visitados por extranjeros durante el periodo analizado.
Otro factor que destaca el estudio es que lo que más consideran los turistas al momento de elegir qué país visitar para pajarear es el Índice de Desarrollo Humano. Por eso, las regiones como Europa, con bajo capital de aves, a menudo tienen un alto Índice de Desarrollo Humano y, en consecuencia, altos números de turismo.
Colombia parecer ser una excepción
Uno de los resultados más interesantes fue el del caso de Colombia, el país donde más ha crecido el aviturismo. Según el estudio, en 2022 hubo 40 veces más turistas que en 2010. Para Justin Stokes, subdirector de Conservación de Audubon, una organización dedicada a la protección, especialmente, de estos animales, y quien no participó del estudio, este país es “el lugar predilecto para las aves; una zona fundamental para las residentes, las migratorias y las que pasan tiempo en todo el continente americano”.
Si bien Colombia no tiene el mejor índice de desarrollo, ni de seguridad, el crecimiento del aviturismo puede estar relacionado con dos factores. Por un lado, explica la ecóloga colombiana, está el Acuerdo de Paz que firmó el país con uno de los grupos armados en 2016 y que pudo haber influido. “Después de ese año, se vio un aumento marcado que tiene que ver, en parte, con que la percepción de seguridad del país cambió a nivel global. Las personas empezaron a ir más a Colombia y ha habido un proceso de “bola de nieve” donde todas las personas cuando regresan a sus países, cuentan sus experiencias y generan interés en otros posibles visitantes”.
La otra posible respuesta son las campañas que se han hecho desde el interior del país para promover el aviturismo. Una de estas es la ley 2373 de 2024 en la que se declara a Colombia como el “País de las aves”, para impulsar políticas, programas y acciones de manejo y conservación que permitan el desarrollo del ecoturismo como estrategia de desarrollo sostenible.
Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Colombia podría recibir aproximadamente 14.978 observadores de aves anualmente, que generarían ingresos por USD 9 millones, y 7.516 nuevos puestos de trabajo. Además, esta actividad también puede aportar a la conservación de las aves debido a que es necesario mantener los hábitats y las especies en buen estado para poder desarrollarla.
Además, algo que destaca el estudio es que en Colombia, además del turismo por parte de personas de otros países, ha crecido la observación hecha por residentes. “Muchos colombianos han empezado a pajarear más”, menciona Ocampo.
El panorama en otros países
Algo similar ocurre en India, que al igual que Colombia ha tenido un crecimiento acelerado en el aviturismo. Sin embargo, en este país la tendencia parece estar impulsada por los residentes y no por el turismo internacional.
Algunos países como Costa Rica y Sudáfrica también reciben una gran cantidad de turistas aficionados a la observación de aves debido a su rica avifauna, mientras que otros, como Venezuela, Bolivia y Papúa Nueva Guinea, reciben una actividad relativamente baja debido a la baja estabilidad social, a pesar de contar con aves diversas y únicas.
Para los investigadores, estas tendencias coinciden con las de la industria del turismo en general, ya que “que los turistas tienden a considerar factores asociados con el desarrollo, como la comodidad y los servicios, además de las atracciones al seleccionar sus destinos”.