Tal vez el oso gobi (Ursus arctos ssp. gobiensis) no sea tan popular como el oso de anteojos, que recorre los Andes colombianos. Tampoco como el oso panda, que tiene fama global. Pero verlo puede causarle un sobresalto a cualquier investigador de mamíferos: es una de las especies más amenazadas; está casi al borde de la extinción. “En peligro crítico” es como lo categorizó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Ver al oso gobi, que en realidad es una subespecie de oso pardo (Ursus arctos), es casi imposible por una razón: se cree que quedan entre treinta y cuarenta ejemplares. Vive en el desierto de Mongolia (o desierto Gobi), una zona donde suele escasear el agua y las temperaturas pueden alcanzar, en verano, hasta 40° C.
Eso explica la emoción que manifestaron las personas que estaban rodando el documental The Wild Ones, de Apple TV, que busca filmar a algunas de las especies más amenazadas del planeta, para llamar la atención sobre la necesidad de conservarlas.
Luego de instalar unas cámaras trampa, como le llaman a las cámaras que ubican para filmar a la vida silvestre, se percataron de que frente al lente pasó una pareja de osos.
La emoción es visible en las escenas que subieron a Youtube hace unas semanas. Pero lo mejor vino después: un osezno perseguía a la pareja de adultos.
A inicios de marzo, la BBC también publicó unas escenas narradas por David Attenborough en las que se veía a otro oso gobi atravesando el desierto.
Había recorrido una distancia enorme para tomar agua de un oasis y refrescarse un poco. “Es un símbolo de esperanza”, decía Attenborough, mientras recordaba la resistencia de esa especie, cuya dieta, principalmente, está basada en plantas.
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