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Gracias a una cámara trampa, un grupo de científicos confirmó hace pocas semanas la existencia del conejo de Omiltemi (Sylvilagus insonus), una especie que se creía extinta hace 120 años, cuando fue descrito por primera vez. Habita en la Sierra Madre del Sur, en el estado de Guerrero, en México.
La ciencia contaba con pocas pruebas de su existencia. Pieles que habían sido entregadas por campesinos, según dijo uno de los investigadores a Mongabay, constituían uno de los indicios clave.
En 2009, una fotografía tomada por John Davies y publicada en el portal iNaturalistMX, dedicado a la discusión científica y a la identificación de especies, constituyó un segundo indicio fundamental. En ese momento, la imagen creó confusión, pues no era claro si correspondía a una especie de conejo habitual de México y que pertenece al mismo género: el conejo de monte (Sylvilagus cunicularius).
Las imágenes de las cámaras trampa obtenidas recientemente, y una serie de entrevistas con población cercana, resolvieron la duda. El trabajo fue adelantado por científicos del Instituto para el Manejo y Conservación de la Biodiversidad (INMACOB) y la ONG internacional Re:wild. El conejo fue avistado en diferentes zonas de la Sierra, lo que parece ser un buen indicio sobre su distribución.
“El conejo de cola de algodón de Omiltemi es una especie de nicho y rango restringido, que se encuentra únicamente en los bosques de coníferas de la Sierra Madre del Sur y el equipo de la expedición espera aprender más sobre su comportamiento, ecología y tamaño de la población”, explicó Re:wild a través de un comunicado.
Ahora, estudiar el estado de conservación de esta especie será clave para su supervivencia, pues la Sierra Madre del Sur, único ecosistema en el que se encuentra, ha sufrido varias presiones humanas durante las últimas décadas.
“Todos los miembros de la comunidad local entrevistados por la expedición sobre la especie expresaron su disposición a ayudar a proteger al conejo si los científicos determinan que amenazas como la caza furtiva y la caza de subsistencia podrían estar causando la disminución de la población. Los lugareños informaron haber visto a los conejos con mayor frecuencia durante los meses de verano, y el equipo de la expedición también los vio con frecuencia en los bordes de las carreteras entre mayo y septiembre”, dijo Re:wild.
La organización también alertó que, aunque el territorio del conejo se encuentra dentro de un área protegida, no existen medidas especiales para su conservación.
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