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La autoridad ambiental de San Andrés y Providencia expresó su preocupación ante las constantes evidencias, en particular, a través de redes sociales, sobre la manipulación de fauna marina en actividades turísticas en las islas y reservas de la zona.
Ante esto, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (CORALINA), recordó que estas actividades pueden implicar sanciones tanto para los turistas como las empresas implicadas en estos hechos.
“Esta práctica, además de representar un riesgo directo para la biodiversidad de la Reserva de Biosfera Seaflower, vulnera disposiciones expresas que buscan garantizar un turismo responsable, respetuoso de los ecosistemas marinos y coherente con los compromisos internacionales adquiridos por Colombia”, indicó a través de un comunicado.
La autoridad ambiental indicó que existen varias resoluciones y acuerdos que prohíben, por ejemplo, las actividades turísticas asociadas con rayas o que prohíben alimentar y/o alimentar peces, rayas y tiburones. En particular, en la resolución 205 de 2022, se reitera la prohibición de interactuar con fauna marina en áreas protegidas.
Además, el acuerdo 002 de 2019 del Consejo Directivo de CORALINA, “prohíbe cualquier tipo de contacto o afectación sobre recursos hidrobiológicos, incluyendo tiburones, rayas, estrellas, erizos, pepinos de mar, tortugas, moluscos, corales y otros”.
“La declaratoria de la Reserva de Biosfera Seaflower y su zonificación como Área Marina Protegida (AMP) imponen un régimen especial de conservación que prohíbe expresamente la extracción, captura, manipulación o contacto con especies marinas con fines turísticos o recreativos”, indicó CORALINA, a través de un comunicado.
¿Cuáles son las sanciones?
La autoridad ambiental recordó que, a través de la Ley 2387 de 2024, se pueden imponer medidas correctivas, que son las acciones dirigidas a recuperar, restaurar o reparar las condiciones del medio ambiente. Estas pueden ser aplicadas a cualquier persona y empresas que incurran en este tipo de prácticas.
Además de esto, en el estudio de estas infracciones, se presume la culpa o dolo del infractor, quien tendrá a su cargo desvirtuarlas. Las multas, de comprobarse la responsabilidad, van desde amonestaciones escritas, multas y acciones de restauración.
“CORALINA exhorta a toda la comunidad residente, visitantes, prestadores de servicios turísticos y autoridades locales a comprometerse activamente con la conservación de nuestros ecosistemas marinos. Manipular fauna silvestre no es una atracción turística, es una amenaza ambiental”, indicó la autoridad ambiental.
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