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La Organización Meteorológica Mundial (OMM) validó hace algunos días un nuevo récord mundial: el rayo más largo que ha caído sobre la Tierra. La magnitud del rayo llevó a que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo clasificará como un “megarrayo”.
La Secretaria General de la OMM, la argentina Celeste Saulo, resaltó que “este récord pone de relieve cuestiones de importancia para la seguridad pública respecto a las nubes electrificadas, en las cuales se pueden producir rayos que recorren distancias enormes y que pueden tener graves repercusiones en el sector de la aviación, así como provocar incendios forestales”.
Y es que, según la agencia meteorológica, los rayos, aunque son una fuente de asombro, también constituyen un gran peligro que se cobre numerosas vidas cada año en todo el mundo, “lo que convierte a estos fenómenos en una de las prioridades de la iniciativa internacional Alertas Tempranas para Todos”.
El megarrayo en cuestión se produjo en octubre de 2017, en medio de un gran conjunto de tormentas, que se extendió desde el oriente de Texas hasta las cercanías de la ciudad de Kansas City, en Misuri, Estados Unidos.
Esta es una de las zonas con mayor actividad de tormentas a nivel mundial: las Grandes Llanuras en América del Norte. En términos técnicos, explica la OMM, allí tienen lugar sistemas conectivos de mesoescala “cuya dinámica hace posible que se produzcan megarratos extraordinarios”.
En concreto, el megarrayo tuvo una extensión de 829 kilómetros, una distancia superior a la que separa Bogotá de Riohacha, la capital de La Guajira o, incluso, es superior a la distancia que hay entre Medellín y el extremo norte del país.
La distancia recorrida por este rayo es 61 kilómetros superior a la que recorrió un rayo en el sur de los Estados Unidos, registrado a finales de abril de 2020 y que hasta ahora ostentaba el récord.
¿Por qué el nuevo récord lo ostenta un rayo que cayó en 2017? Curiosamente, dice la OMM, este megarrayo “no fue detectado en el análisis original de la tormenta que se llevó a cabo en 2017, sino que fue descubierto al volver a revisar los datos relativos a este episodio”.
Eso sí, aclara la agencia, tanto en el caso del récord anterior como en el actual se utilizó el método del arco de círculo máximo para medir la extensión. De hecho, los resultados de su análisis fueron publicados en la revista académica Bulletin of the American Meteorological Society.
“Este nuevo récord pone de manifiesto el increíble poder del entorno natural. Asimismo, la evaluación de la OMM sobre fenómenos extremos relacionados con el medio ambiente tales como este rayo, que batió el récord de distancia máxima recorrida, atestiguan el considerable progreso científico en materia de observación, documentación y análisis de tales fenómenos”, concluyó Randall Cerveny, ponente de la OMM sobre los registros mundiales de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos.
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