Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los residuos plásticos amenazan con ocasionar una catástrofe marina colosal, sin embargo, hay un tipo de desecho que, aunque actúa de manera silenciosa e imperceptible, podría llevar a algunas especies a su extinción.
Se trata de los microplásticos, pequeñas partículas casi invisibles al ojo humano presentes en geles de ducha, cremas exfoliantes, pasta de dientes y productos cosméticos que terminan en lagos, ríos y océanos, además de integrarse a toda la cadena alimentaria. Una simple ducha, por ejemplo, podría desprender 100 mil de estos fragmentos al agua.
Por esta razón, se ha convertido en un serio problema ambiental del cual se tiene poca información, debido a su capacidad de camuflaje. El año pasado, un estudio publicó que existen 529 posibles víctimas de su amenaza. Países como Reino Unido y Canadá han respondido al respecto prohibiendo su comercialización para proteger el delicado ecosistema marino.
Lea más: Microplásticos, la amenaza imperceptible que vive en el mar
Un reciente análisis científico publicado el 5 de febrero en la revista Trends in Ecology & Evolution determinó que las grandes especies también se encuentran en un inminente peligro, en especial la ballena barbuda o el tiburón peregrino.
Estos animales se alimentan a través del filtrado de agua de mar, es decir que diariamente tragan cientos de metros cúbicos de agua de mar con el fin de filtrarla y obtener plancton, su alimento. Al ingerirla, millones de microplásticos llegan a su estómago.
Estos residuos no solo pueden acumularse en sus estómagos y bloquear el funcionamiento de sus órganos, sino que también tienen efectos secundarios tóxicos en su cuerpo.
Elitza Germanov, investigador de la Fundación Marine Megafauna y coautor del estudio, afirmó a The Guardian que “a pesar de la creciente investigación sobre microplásticos en el medio marino, solo hay unos pocos estudios que examinan los efectos sobre los animales que filtran el agua para adquirir su alimento. Todavía estamos tratando de entender la magnitud del problema”.
Le puede interesar: Osos polares podrían extinguirse más rápido de lo que se creía
Además de esto, las toxinas podrían alterar las hormonas que regulan su desarrollo y funciones reproductivas, según el estudio.
Los científicos autores de la investigación invitaron a la comunidad a indagar con más rigurosidad sobre el tema, teniendo en cuenta que estas partículas también regresan a la boca de las personas, al consumir agua, pescados o moluscos que hayan estado expuestos a una contaminación de este tipo.